DIARIO DE UN JUBILADO

Ángel Gabilondo, un metafísico en el laberinto

No tiene carnet del PSOE pero acepta ser su candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid                       


Hace años, ya había jugado a ese apasionante juego Cristina Almeida, menos metafísica que Ángel Gabilondo pero más política y con más salero

♦ Ángel Gabilondo no tiene carnet del Partido Socialista Obrero Español, lo ha dicho por activa y por pasiva, tampoco tiene “carne”, es decir, chicha de partido; él es, en el buen sentido de la palabra, un profesional de la metafísica. No tiene carnet del PSOE pero acepta ser su candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. No hay contradicción así que adelante. Es, lo sabe todo el mundo, catedrático de metafísica, esa ciencia del espíritu que está más allá de todo lo que podamos percibir con los sentidos pero que pretende dar explicación de las últimas causas de todo lo que existe. ¿Qué complicado, no? Además, para más inri, desde Kant sabemos que la metafísica como ciencia no es posible.

El filósofo griego Platón afirmaba, en su libro sobre la mejor sociedad posible titulado La República, que los gobernantes deberían ser filósofos o bien los filósofos gobernantes. Un proyecto político que nunca pudo poner en práctica. Es más, terminó afirmando que algo así solo podía ocurrir en la imaginación. Era una utopía. ¿Será por todo esto, por llevarle la contraria a Platón, por lo que Ángel Gabilondo ha aceptado ser el candidato ala presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE?

Hace años, en 1999, ya había jugado a ese apasionante juego Cristina Almeida, menos metafísica que Ángel Gabilondo pero más política y con más salero. Fue un fracaso. No lo consiguió. El despacho de ordeno y mando de la Puerta del Sol siguió ocupado por Esperanza Aguirre, tan castiza pero menos graciosa que Cristina Almeida. Fue una suerte para ella, porque si Rajoy, cuando se refiere a su gente exclama: ¡Joder, que tropa! Que no se podría decir de la tropa socialista de Madrid. El despacho de ordeno y mando de la Puerta del Sol siguió ocupado por Esperanza Aguirre, tan castiza pero menos graciosa que Cristina Almeida. Sinceramente, no creo que Ángel Gabilondo sea consciente de la jaula de grillos sobre la que pretende gobernar a los madrileños. Su hermano, Iñaqui, el periodista, ya le ha avisado afirmando que no había nadie con sentido común que aceptara meter la cabeza en este avispero, su buen hermano el metafísico ha terminado metiendola.

Lo siento por los madrileños, los socialistas de corazón y también por  Ángel Gabilondo. Tuve ocasión de conocerle en un curso de verano de la UNED en El Barco de Ávila sobre el cuidado del sí mismo, ese era el título del curso. Nos habló del gran emperador y filósofo romano Marco Aurelio. Lo que había que hacer para no terminar perdiéndose a sí mismo –según Marco Aurelio–, había que hacerlo ya, no dejarlo para más tarde. Esperemos que este metafísico metido a político no se deje perder a sí mismo para siempre.

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