DESDE LA BARRERA

Autocrítica, por favor

Si algo no debería hacer el actual gobierno municipal con motivo del proceso de consolidación de interinos que ahora retoma es vanagloriarse. Y esto  es precisamente lo que están haciendo, por lo que dicen y por lo que omiten, al presentar este como la corrección de una injusticia ajena a ellos. Y no deberían presumir porque esa injusticia no tiene más responsables que los sucesivos gobiernos del PSOE que desde el principio de la democracia se han sucedido en este ayuntamiento.

También omiten reconocer que la injusticia es doble. Injusto es que haya trabajadores municipales que llevan esperando una oferta de empleo muchos años para consolidar su puesto de trabajo y no vivir con la espada de Damocles de la interinidad, pero injusto es también que otras personas que han estado interesadas en acceder a un empleo en el ayuntamiento no hayan podido concurrir a oposiciones porque no se han convocado y hayan visto cómo se cubrían vacantes mediante interinidades con procedimientos más que cuestionables en muchos casos y con fundadas sospechas de nepotismo en buena parte de ellos.

Desde diciembre de 2011, como parte de las medidas antidéficit público, el Gobierno de la nación frenó la posibilidad de hacer ofertas de empleo público salvo en supuestos muy tasados, pero cuando no existían esas limitaciones, el Ayuntamiento de Getafe se caracterizó por la escasez de convocatorias públicas de empleo. Se abusó de la interinidad y de las listas de espera. Por definición, la interinidad está concebida para sustituir temporalmente a un funcionario y, por tanto, no debería prolongarse más allá del tiempo de sustitución. Debería ser, en todo caso, un procedimiento excepcional, pero se convirtió en el habitual.

Así que de piedra me he quedado al leer las declaraciones de la concejal de Recursos Humanos al referirse a los interinos que, dice, “son muchos y con una antigüedad que raya lo indecente”.  Y no porque no tenga razón pues, en efecto, son muchos y la antigüedad no es que raye lo indecente, más bien entra de lleno en ese terreno, sino porque el culpable de esta situación no es otro que su partido por haber generado desde el Gobierno Municipal esa enorme cantidad de interinos y no haber convocado las ofertas de empleo público necesarias. Y ha sido habitual  superar ampliamente los plazos máximos legales para el mantenimiento de la situación de interinidad, así que indecente es una palabra muy adecuada.

En 2011 el voto de UPyD fue decisivo para que no prosperara la proposición de PSOE e IU que pretendía sacar adelante esa segunda fase del proceso de consolidación que se quedó inconclusa al cambiar el gobierno pues, además, fueron hasta negligentes a la hora de “amnistiar” la bolsa de interinidad que habían creado y las elecciones los sorprendieron a medio camino, con uno de los procesos pendiente. Razones había para el voto en contra ya que lo correcto era hacer una oferta de empleo público y, además, este proceso contenía irregularidades que se ponían de manifiesto en los informes de Secretaría de la Junta de Gobierno y Secretaría del Pleno a los que tuve acceso, que ponían reparos.

Mi opinión,  meditada y documentada con el apoyo de esos informes técnicos y jurisprudencia, sigue siendo la que se puede ver en el punto 21, desde la página 61 a la 64 y de la 70 a la 71, de esta acta literal  (lamentablemente, el vídeo no está ya en la web) donde el lector interesado puede consultar de qué reparos hablo. Es decir, que hasta para ese proceso excepcional previsto en la ley, existen unos criterios que hay que respetar para que se aproxime lo más posible al proceso regular de obtención de una plaza de funcionario de acuerdo a los principios de mérito y capacidad.

Si las ofertas de empleo público, que es lo deseable, siguen descartadas por razones legales tal vez lo que cabe exigir sea que el proceso no contenga irregularidades y que haya una fase de oposición con pruebas serias. Para garantizar esto, los grupos de la oposición tendrían que estar alerta pero, hasta el momento, hay dos grupos de los que no consta declaración alguna.

Sin embargo, no habría comentado nada de la rehabilitación de esta segunda fase del proceso, que esperaba incluso antes, de no encontrarme con las increíbles declaraciones de concejal y alcaldesa en las que no vemos ni un atisbo de autocrítica a la política de personal de los gobiernos del PSOE sino, más bien, autobombo. Y, en un caso tan sensible, que atañe a uno de los aspectos más nefastos de la gestión municipal socialista, lo que corresponde es que hagan autocrítica o se callen porque, de lo contrario, al ponerse medallas, están batiendo records de descaro y cinismo, y ¡mira que en el terreno político el listón está alto!

 

 

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