DESDE LA DOBLE A

Derecho a la risa en Leganés

virginia-moreno

 

Antes de nada, para los y las navegantes escocidos, esclarecer que este texto periodístico pertenece al género de opinión. Como tal, la opinión no es contemplada en el derecho de rectificación y queda fuera de la protección de éste.

Dicho lo cual, me congratula que el reportaje, en exclusiva, que ofrecimos en este medio, sobre las “bondades” de los 11 directores generales irregulares, según la Justicia, nombrados por Santiago Llorente haya tenido tanta repercusión. Y además, ha irritado sobremanera al poder en Leganés, que no es, ni más ni menos, que el Gobierno y estos 11 enchufados. Y digo enchufados porque, más allá de ser nombrados de manera irregular como hemos apuntado anteriormente, no han sido seleccionados por su capacidad, mérito o no ha existido libre concurrencia.

Bien, en esta oportunidad, me gustaría destacar a una de las más irritadas, en mi opinión. Se trata de Virginia Moreno Bonilla, directora general irregular de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Leganés. Y digo irritada por su forma de proceder ante mi reportaje. He tenido la oportunidad y gusto de recibir una pataleta revestida de “derecho de rectificación” (siempre he pensado que es más idóneo llamarlo derecho de réplica, luego desarrollo esto).

Ciertamente, me sorprende este escrito burofaxeado. En primer lugar, este derecho suele ejercitarse mediante la remisión del escrito al director del medio. Es un honor, sin duda alguna, para mi persona que el escrito vaya a mi nombre, pero no ostento esa figura en este periódico. Pero, como orgulloso generador del reportaje, lo acepto alegremente.

En segundo lugar, se tiene que remitir dentro de los siete días naturales siguientes al de publicación que se desea rectificar. Bien, en la web lo publicamos a fecha 1 de septiembre de 2016. En papel, a fecha 5 de septiembre de 2016. La rectificación de Moreno Bonilla llega el 19 de septiembre de 2016. En fin.

En tercer lugar, la rectificación tiene que limitarse a los hechos de la información que se anhela rectificar. Es decir, no tiene que aconsejar el abogado al periodista nada ni contar otra serie de historias ni usar tonos que suenan amenazadores. Ahora profundizamos.

En cuarto lugar, la extensión de la rectificación no debe exceder a los hechos de la información que se desea rectificar. En el reportaje, la parte de Moreno Bonilla ocupa 154 palabras, un parrafito. Su suerte de rectificación ocupa dos folios. La cuestión de medida siempre habita en los matices, parece.

En quinto lugar, se presupone al derecho de rectificación como personalísimo, a no ser que el agraviado esté muerto. Es decir, serán ejercidos por el afectado. En cualquier caso, saludamos cordialmente al representante legal de Moreno Bonilla que ha tenido a bien la redacción de esta misiva.

Sin embargo, lo más interesante es centrarse en el qué, más allá del cómo tan particular y que respetamos. Es decir, qué nos cuenta, a través de terceros, la irregular directora de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Leganés.

Empieza con un “estimado señor, Don Adrián Argudo Sánchez”. De verdad, con una es suficiente, no necesito tres. O estimado, o señor o Don, más allá del gris y necio lenguaje administrativo. Además, si luego tenemos párrafos en los que yo infiero tono amenazante, los parabienes del encabezamiento, sobran.

En el segundo párrafo señala que en mi reportaje existen “meras suposiciones que intencionadamente se presentan como aseveraciones en su medio”. No sé qué entiende este representante (ni me importa) por periodismo, pero aquí no cocinamos suposiciones.

Más adelante, entrecomilla una frase de mi reportaje, la siguiente: “Todos. Los 11 directores generales nombrados por Santiago Llorente son gentes de partido, vinculados al PSOE e IU, con el carnet”. Y dice, este letrado, que aquí “se vierten datos falsos”. No. Hay que saber de lenguaje. Hay que saber de puntuación gramatical (no sólo de puntuación de empresas). Yo digo, son gentes de partido, (COMA), vinculados al PSOE e IU, (COMA), con el carnet”. Pero, la frase no termina ahí, la cortan a su gusto; no hombre, no. Termina con “y que han desempeñado otras funciones durante legislaturas pasadas (la mayoría sólo conoce el oficio de la política)”.

Moreno Bonilla sí cumple una de las unidades de sentido gramatical de esa oración. Sí ha estado (y está) vinculada al PSOE. Sin necesidad de remontarnos a épocas pretéritas en las que estuvo trabajando con Gobiernos socialistas al frente del Ayuntamiento, es que esta legislatura ha sido nombrada, de forma irregular eso sí, por un alcalde socialista. ¿Hay vínculo o no? Y además, como dice esa frase que han cortado, sí desempeñó otras tareas para Gobiernos socialistas en otras legislaturas. Luego, podemos entrar en la subjetiva graduación de vínculos. No será, pues, tan falso y por tanto no “constituye de falsedad”. El papel, y el de burofax más, aguantan mucho.

En la siguiente página, porque como ya digo es largo, escribe que “cuando se refiere al Caso Cuadrifolio falta señalar el archivo y sobreseimiento del mismo”. Bien, el reportaje lo escribo yo. En el párrafo que se dedica a Moreno se dice que “estuvo salpicada por el Caso Cuadrifolio”. Y eso es cierto, fue absuelta, pero estuvo en el banquillo. Ahora podemos entrar en una clase de la asignatura El Reportaje en Profundidad. El reportaje lo escribe el periodista y si éste cree que hay datos o hechos archiconocidos por la audiencia puede no ponerlos. Considero archiconocido por la audiencia el archivo del “Caso Cuadrifolio”. No es un reportaje del “Caso Cuadrifolio” en sí, es de los 11 directores irregulares. Ya en su momento se publicó en prensa este sobreseimiento. Se menciona que estuvo salpicada, porque estuvo en el banquillo y es cierto.

También podíamos haber agregado la situación lamentable de colegios públicos del municipio. Pero, el reportaje era de los directores generales irregulares no una suerte de Wikipedia del Cuadrifolio. Además, dice que “tal omisión comporta un sesgo negativo a la presentación que se hace sobre su persona”. Si tendré yo la culpa de que Moreno fuese al banquillo. Luego dice que Moreno “jamás ha proferido como “amenazó con “tirar de la manta”. Esta frase que se le atribuye a Moreno, y que reflejo en el reportaje, está publicada en otros medios y son varias las fuentes que me la han apuntado. Y está entrecomillada; dato importante.

Dice también que “es asimismo errónea la descripción que realiza de lo que usted denomina “Caso Alvina”. Vamos a ver, yo no lo denomino así. Está ya denominado como tal antes de salir yo de la Universidad. Pero, tampoco dice por qué es errónea. El famoso mail de Moreno, que luego detallamos, es real.

Y llegamos al último párrafo, en el que, con todo mi derecho, infiero un claro tono amenazante por parte del letrado que firma el escrito. Me dice, puesto que está dirigido a mi persona, que “también aconsejo, que en adelante no se le incluya en ningún juego político y para cualquier referencia no irá más allá que en lo relacionado con el trabajo que desempeña, en estos momentos asociado al cargo que ocupa, avalado por su trayectoria y currículum personal, y siempre con la información contrastada con su persona. El presente apercibimiento que se dirige a usted se hace sin perjuicio de cuántas acciones se estimen oportunas en la defensa de sus legítimos intereses”.

Tiene sustancia el párrafo. A un periodista nadie, absolutamente nadie, en pleno siglo XXI le tiene que aconsejar nada. No se la “incluye en ningún juego político”. Repito, no sé qué concepción de los medios, ni me interesa, tendrá esta persona, pero en este periódico nos dedicamos a nuestra profesión, al periodismo. No a meter absolutamente a nadie en “juegos políticos”. Básicamente, porque somos periodistas y no políticos. Dice que “para cualquier referencia no irá más allá que en lo relacionado con el trabajo que desempeña”. Me pierdo, ¿se ha tratado algún vector personal de Moreno Bonilla? Absolutamente ninguno. Produce risa, que también es un derecho. No se habla de sus atributos como persona, de los que estoy convencido que serán muy buenos. Se habla de ella como cargo municipal que se levanta más de 50.000 euros y le pagamos todos los leganenses. Nada personal. Como cargo público que le pagamos, podemos hablar. Más faltaría.

Sigue produciendo risa. Dice que su cargo está “avalado por su trayectoria y currículum profesional”. Pero, si la llamó el alcalde, no es funcionaria, ni informática, ni pasó méritos ni capacidades, ni libre concurrencia (de eso no quiere rectificar). ¿Por qué no se saca una oposición?

Sigue produciendo risa. Dice que “con la información contrastada con su persona”. Bien, ya he pedido una entrevista con Moreno Bonilla para que contraste, pero su jefa de Prensa en lugar de concedérmela me invita a una rueda de prensa del edil Martín de la Sierra. En fin, uno se pierde definitivamente. Y la última frase, “el presente apercibimiento que se dirige a usted se hace sin perjuicio de cuántas acciones se estimen oportunas en la defensa de sus legítimos intereses”, la considero, en mi libre opinión, amenazante, más allá de los tics y formulismos de estos escritos. No considero haberle hecho nada para esa asertividad sino hacer mi trabajo. No hay fijación hacia su persona. De verdad que no es este periódico, ni ninguno de sus trabajadores, quien la cesó ni tampoco quien la sentó en el banquillo.

Virginia Moreno, para refrescar, regresa al Ayuntamiento tras haber sido cesada en 2010 y tras un periplo en que le salpicaron numerosas polémicas. Sorprendente, regresa de la mano del mismo partido que la cesó. Para que te eche el PSOE algo grave habrás hecho (nota para letrados: es un artículo de opinión). Además, el mismo que la nombra ahora, Santiago Llorente, la cesó, puesto que era concejal socialista en esos momentos. Eso sí, su expediente nadie lo encuentra y nadie, por tanto, conoce las razones por las que fue cesada. Vaya, se perdió. Moreno vuelve en un puesto que, según expresa la intervención general del Ayuntamiento de Leganés, debe de ser para funcionarios o, en caso contrario, ha de ser en pública concurrencia y en igualdad de oportunidades. Esto no existió (ni piden rectificarlo) y Llorente alega que la conocía de etapas pretéritas. Si ella misma, en comparecencia en Pleno, dice “quien me ha llamado”, en alusión al alcalde. No viene por ninguna oposición al puesto ni por la lucha con otros candidatos, simplemente por su sintonía con el PSOE.

Hay que recordar, aunque se embadurne de réplicas, que se encontró una comunicación suya a través de correo electrónico con un funcionario del Ayuntamiento en el que venía a decir qué se tenía que puntuar en un contrato, el famoso “Caso Alvina”, que no sólo lo llamo yo así. Todo daba a entender que había una predisposición para que esa empresa asumiera el contrato de Nuevas Tecnologías. El conocido correo que Moreno dirige a un técnico del Ayuntamiento de Leganés es, “José, te envío la asignación de puntos para el pliego SMS según me envían (el que la envía es el representante de la empresa Alvina) Hay que meter dos o tres cambios. Incorpóralo y lo vemos. Tendríamos que subirlo mañana a Contratación ya que es el que más nos urge para la subvención”. Tras la apertura de un expediente para clarificar lo sucedido, la Junta de Gobierno Local consideró “aconsejable” rescindir el contrato “para evitar dañar la imagen del Ayuntamiento de Leganés”. Suena raro, juzguen ustedes. Pero, es todo muy extraño, cuánto menos que si mete la puntuación, que hay que hacer lo que dice el de la empresa, que luego es la ganadora, que si prisa con el expediente, la subvención… Sin embargo, Moreno no ha roto un plato nunca.

También estuvo, como hemos apuntado, salpicada por el “Caso Cuadrifolio” y el “Caso T-Systems”. Y lo siento, pero no voy a proceder a una exposición de estos casos. Ya habrá otro día un monográfico.

Lo que sí que me pregunto, y estoy en mi pleno derecho, es si esta señora va a continuar mandando correos a los técnicos del Ayuntamiento sugiriendo puntuaciones o cómo valorar a tal empresa o a tal otra.

Una de las cosas más llamativas de esta señora es que ella decía, en su comparecencia en octubre de 2015, que nunca había pasado cargo alguno al Ayuntamiento, apunten:

De enero a marzo de 2009:

— 21.61 euros, servicio de taxi
— 4.65 euros, taxi en Valladolid
— 1.35 euros, autopista de peaje Cambrils (hay que ser ridículo para una persona que se levantaba 80.000 euros pasar un euro…)
— 40 euros, almuerzo-asistencia Comisión de Modernización de la Federación Española de Municipios y Provincias.
— 15.80 euros, servicio de aparcamiento en la sesión del almuerzo anterior
— 11.95 euros, servicio aparcamiento en el Ministerio de Industria

— 12.70€, almuerzo-reunión de seguimiento Ayuntamiento de Fuenlabrada y Leganés
— 16.30€, servicio de taxi en estación Chamartín para asistencia Congreso Nacional de Nuevas Tecnologías y Dependencia
— 33.10€, diversos refrescos y aperitivos reunión con Ayuntamiento de Fuenlabrada en seguimiento temas informáticos y proyecto de gestión económica.

Bien, quien alega que nunca pasó ni un céntimo y sí que lo hizo, tiene un nombre.

Es lo que se puede esperar de una nefasta directora general irregular (recuerdo que continuamos en el campo de la opinión). Y digo nefasta con conocimiento. Porque la red tiene problemas y se cae constantemente, no hay estrategia ninguna en Nuevas Tecnologías, no funcionaban ordenadores o el correo electrónico, la web del Ayuntamiento es del Paleolítico. Moreno, en lugar de Leganés Digital parecemos Leganés Medieval.

Pero, qué se puede pedir a una directora general irregular de Nuevas Tecnologías que no tiene la licenciatura de Informática y que ha estado al frente de Nuevas Tecnologías durante más de 10 años, regresando tras ser cesada. Si tanto amor profesa al servicio público, preséntese a una oposición y gánela, que es como se accede a la función pública. Moreno dice textualmente que “para un dirección de gestión no tienes que ser informático, tienes que tener el perfil adecuado”. Vamos a ver Moreno, convendremos que el perfil adecuado para la máxima responsable de Nuevas Tecnologías sería bueno que contase con estudios en Informática. Y tú no los tienes.

Si ahora es tan buena, ¿por qué la cesaron? Ah, no se sabe, el expediente está en el mismo cajón en que Llorente guardó la O de obrero y la S de socialista.

Ella dice que ahora dedica su tiempo profesional a los estudios de mercados. Y, ¿por eso se levanta más de 50.000 euros al año?

En fin, agregar que el propio alcalde, Santiago Llorente, tras la comparecencia en Pleno de Moreno Bonilla (octubre del año pasado), exclamó un “madrecita”, que dibuja muy bien esta situación. En la red está el vídeo por si lo quieren ver.

En definitiva, hay cosas que hacen reír, quizás por no llorar. Y como titulo este texto, reír también es un derecho y cada cual elige qué le hace gracia.

Al inicio, comentaba que yo, personalmente, no entiendo tanto el derecho de rectificación como tal y prefiero llamarlo de réplica o pataleta porque, en verdad, se trata de alegar o de dar otra versión no siendo requisito que lo informado sea falso.

Por último, para eso navegantes, recodar que este espacio se encuentra dentro de una columna de opinión donde, gracias a mi medio, tengo la oportunidad de escribir artículos correspondientes a tal género periodístico con suma libertad. Por tanto, éste no es espacio para meter rectificaciones o réplicas sino para apostillas y comentarios de los temas, que libremente elijo tratar. En esta oportunidad, (igual que en la anterior escribí sobre la publicación municipal que ha puesto en marcha el Gobierno) he hablado sobre este burofax que tan atentamente nos han hecho recepcionar.

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  1. Pingback: La directora general de Leganés Virginia Moreno exige una rectificación sobre su pasado [y presente] partidista | elbuzon.es

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