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Entre cavas a carta cabal

► Guía Peñín organizó el II Salón del Cava y Otras Burbujas y el IX Salón de los Destilados y el Vermut

Danzan las burbujas que van vistiendo de sentidos el Palacio de Neptuno, en el corazón de Madrid. Pronto, este majestuoso espacio logra ser morada de sensaciones y conjugar profesionalidad con pasión. Un engranaje que acopla con el valor asignado a cada botella (90 o más puntos), según establece la propia Guía Peñín. Y, huelga decirlo, son del máximo nivel. La armonía perfecta se funde en el rastro de las mieles espumosas. Intercambios de impresiones, para los expertos; puestas de oído, para los noveles. Mientras, ella, sin la que no habría burbujas, habla. Casi susurra. Se posa, suavemente, la mano en su tallo. Porque, como siempre, antes se mira, incluso se huele. Y después, su boca y tus labios se conocen. El néctar que guarda su cáliz va deslizándose elegantemente para explotaren tu lengua, que recoge las bondades de la cosecha.

¿A qué sabe un CastellRoig, un Finca Sabaté i Coca, un Pere Ventura o un Vía de la Plata? Eso me pregunta la Copa, al tiempo que me pide volverla a llenar para repetir dinámica imperante, en este Salón, de los expertos. ¿A qué saben los buenos momentos?, le contesto con otro interrogante. Pues a eso mismo. A un magnífico cava. A un oportuno brindis. A un trago compartido. A un momento que se perderá en la noche inesperada. A un reencuentro que se sabía improbable. A eso me sabe. Y es que los excelentes sabores no sólo prenden el paladar, sino que marcan huella en la memoria. Por eso, estoy seguro, cada maravilla de estos oros líquidos serán notarios de instantes vitales. Compañía perfecta para combinar con la felicidad. Quizás, querida Copa, a eso sabe tu interior. A pequeños mordiscos de felicidad. A luz. A brillo. Por cierto, para poder brillar, téngalo en cuenta, es precisa la oscuridad.

Claro que al tiempo que yo ya tengo nítida mi respuesta, doy con una chica experta en la materia. Y yo que no me  corto en absoluto, pregunto. Intercambiamos impresiones. Me desmonta totalmente. A nuestra conversación acuden términos y conceptos como tamaño de la burbuja, coeficientes, estado de la espuma, rosarios, velocidad, notas… No pasa nada. Quizás hemos querido decir lo mismo, pero expresándolo de forma distinta. ¿O no? Se ríe de mí mi Copa. Es probable que no sepa definir con exactitud sus virtudes, pero ella sabe que ha sido un placer beberla.

Cuentan, no sin razón, desde Guía Peñín, que estas bebidas tienen su punto más álgido en Navidad. Es por ello que han optado por la puesta en marcha de este Salón en una época alejada a la navideña. Pretenden impulsar su consumo en cualquier momento del año. Pues claro que sí. ¿Acaso no hemos dicho antes que no hay pretexto para brindar? Además, yo soy de los que piensan que el espíritu de esas fechas debe acompañarnos los 12 meses. Seguro que, en algún lugar, hay una Ciudad donde siempre es Navidad.

Guía Peñín lo ha vuelto a hacer, con el tridente de fondo. Ya verán. No se los lleven todos. Que, igual, en cosa de tres meses, los rojiblancos estamos descorchando por las calles que abrazaron al lugar testigo. Beban cavas, pero a carta cabal. Salud.

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