…O la trampa a google ¿Porqué este artículo está en este enlace de internet? ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
Quería conseguir un ‘Paraísos perdidos’ muy visitado. Y para lograrlo, pensaba que debía esforzarme en su redacción y en el interés de su contenido. Pero la verdad es que estamos en agosto, hace demasiado calor y continuo disfrutando de las mismas luces, con las que nací. Que se le va ha hacer: con estos bueyes tengo que arar.
El otro día alternando con gente de este periódico digital, se me ocurrió preguntarles, que porque en la sección de lo más leído. Siempre aparecía el programa de fiestas, en las primeras posiciones. Cuando las fiestas ya se habían terminado. Y me quede pasmado cuando por lo visto, según me informaron, las fiestas de hace más de un año, no las pasadas sino las del dos mil quince, va para las ochenta mil visitas y continua pinchándose a diario.
Por lo visto tiene que ver con los portales y páginas web más populares y las palabras que se eligen para realizar en sus motores de búsqueda. ¡Me caí del caballo! y contemple, con mis labios temblorosos la Luz… Que siempre buscamos los que, por vocación y formación, deseamos la recompensa inmediata con el mínimo esfuerzo.
Aquí ya escribimos más de los que leen. Y la mayoría no tolera más de ciento cuarenta caracteres. Pinché en Google y a la pregunta, qué se repite más en su buscador, les ahorro vergüenzas, viene a ser… ¿Cuánto cuesta?…
Estamos ante el fin de una civilización, todos los seres humanos al que les late el corazón, en este mismo instante en que tú estás leyendo, lo sienten. Estamos frente a un reto nuevo, que nadie sabe hacia dónde nos llevará. La aceleración tecnológica viene acompañada con una decadencia exponencial de las ciencias humanísticas. Ser ignorantes y consumidores, o curiosos y solidarios. Vivimos un tiempo histórico, realmente especial y conflictivo; apasionante y atemorizante…
Elijan participar y equivocarse, o seguir la inercia y perder su dignidad. Ser participes de un renovado “sentido común” o seguir pensando en blanco y negro, izquierdas o derechas, malos y buenos, los míos de siempre y los rivales necesarios de costumbre. Ya no vale, porque esto no sirve, debemos cambiar las reglas del juego.
Esto no funciona, sean flexibles y tiren de la imaginación, no caigan rehenes del miedo a lo desconocido. Utilicen el lenguaje, para pensar de nuevo (consejos da, quien no los tiene… glub) y pese a todo, recuerden, somos hijos de la Ilustración… ¡Felices Fiestas!
Sé que más de mitad de los que han pinchado este enlace no habrán leído completo todo el texto. Ahí está la raíz del problema.
Fotografía: Kukuxumusu
