La Delegación que dirige Javier Márquez (PSOE) tuvo 18 meses el expediente parado, las ofertas económicas en su mesa y sin emitir informe pese a que se le ha requerido
Carlos Delgado: «Llorente gimotea acusando falsamente a ULEG, único partido de la Oposición, de impedir contratar profesores, no pintar los coles…, y resulta que por razones espurias, como supuestamente financiar las intoxicaciones informativas de “Al Cabo de la Calle”, está dejando al alumnado de este colegio público Víctor sin un comedor y cocina en condiciones
El partido independiente Unión por Leganés–ULEG ha denunciado que el proyecto para la reforma del comedor y la cocina del colegio público Víctor Pradera de Leganés lleva parado 18 meses por la desidia e intereses ocultos del alcalde y del Director General de Obras del Ayuntamiento de Leganés.
El procedimiento aún está en fase de licitación. El 21 de mayo de 2015 se abrieron las ofertas económicas de las 7 empresas que se habían presentado. Sin embargo, a pesar de habérsele requerido varias veces a la Delegación de Obras, no ha sido hasta el pasado 8 de noviembre de 2016 cuando se ha elaborado un informe de 2 páginas, poniéndose de nuevo en marcha este proceso. Para el portavoz de Unión por Leganés–ULEG, Carlos Delgado, «es intolerable que la obra del comedor y la cocina del colegio no estén ya terminadas por la desidia del gobierno de Santiago Llorente».
«La práctica de echar siempre la culpa a la oposición y en particular a ULEG ya no cuela porque la total ‘irresponsabilidad’ es del director Javier Márquez por no despachar el expediente. En esta ocasión, no hay problemas con el presupuesto, ni siquiera con la oposición. Todo es pura y simplemente que el gobierno de Llorente habla de unas prioridades, como son educación y servicios sociales y la realidad es que Leganés es la última de España en gasto social como certifican varios informes y los alumnos del Víctor Pradera siguen sin tener un comedor y cocina dignos. La demagogia del gobierno del ‘cachopo’ de PSOE e IU es manifiesta y si justo ahora las obras del Víctor Pradera se reactivan es por intereses del ladrillo mediático».
Pago de favores
ULEG se pregunta si el rescate de la adjudicación supone un pago de favores por la intoxicación de Al Cabo de la Calle. Entre las siete empresas que han presentado oferta para la remodelación de la cocina y el comedor se encuentra la constructora González Gervaso cuyo dueño lo es también del periódico Al Cabo de la Calle. Desde ULEG se sospecha fundadamente que «esta ha sido la razón principal para que se haya producido el parón puesto que la relación en la anterior legislatura con el PP de Leganés era evidente. Recordemos que a esta empresa, entre otras turbias operaciones, se le dio el mantenimiento de vía pública a dedo por un extravagante procedimiento de ‘emergencia’ lo que provocó que al Ayuntamiento se le condenara a indemnizar con más de 1 millón de euros a quien previamente se ocupaba del mantenimiento (Reynober Velasco) y a la que se le rescindió ilegalmente el contrato como confirmó la Justicia».
«Ahora, es más que plausible que el PSOE de Llorente, como pago por los servicios mediáticos prestados en la burda campaña de desprestigio que el periódico ha emprendido contra ULEG para tapar el escándalo de la VISA del alcalde, resucite un proyecto que dormía en el cajón, ya que en esta obra la constructora del empresario Felipe González ha presentado la segunda mejor oferta y la primera se encuentra incursa en baja desproporcionada, eso sí, por apenas 900€ de una oferta de 90.000 € o, lo que es lo mismo, está en baja por menos de 1%».
«Mucho nos tememos —aseguran desde ULEG—, que muy buena tendrá que ser la justificación de la baja que haga la empresa más barata para que no se la den a la perteneciente al también dueño del Restaurante Baco de Getafe, lugar de encuentro donde el alcalde, tirando de la tarjeta Ñam (la black municipal de la glotonería) y al calor de las viandas pagadas con dinero público diseña con el ‘lechero’ y con el apoyo del portavoz del PP de Leganés las
‘noticias’ del periódico Al Cabo de la Calle y juega al monopoly urbanístico con la ciudad».
