La nueva composición de la sociedad española en general, y de la getafense en particular ha servido para cambiar en los últimos años la fisonomía de algunos barrios de Getafe, aquellos con un parque de viviendas más antiguo y que han sido ocupados por personas procedentes de otros países que han encontrado acomodo a sus necesidades en estas zonas de la localidad.
En ellas conviven, en un marco de amplitud multicultural y racial, vecinos con necesidades dispares, pero a los que les mueve la inquietud por recibir de las Administraciones todo aquello que como ciudadanos les reclaman.
Pensando en todos ellos, desde el Ayuntamiento se han puesto en marcha acciones encaminadas a fomentar la convivencia, que se antoja complicada en algunos casos concretos, pero que buscan el bien común. Aún así, siempre es necesario dar un paso más en este sentido y aplicar proyectos que les aporten un mayor grado de bienestar.
Recientemente hemos recogido los medios de comunicación actuaciones como la recogida de firmas para evitar en cierre de una mezquita en el barrio de Las Margaritas, en un conflicto que podría deberse a un malentendido, pero que ha puesto en evidencia una situación que requiere de acciones.
Como la que en materia de seguridad han emprendido los diferentes cuerpos de Policía para evitar los robos que afectan a vecinos de estos barrios y muy especialmente a nuestros mayores, quienes indefensos sufren el acoso de los enemigos de lo ajeno. La detención de varios individuos deber servir, por un lado, para transmitir a los vecinos un mensaje relacionado con la puesta en marcha de medidas concretas y, por otro, para disuadir a los empeñados en apropiarse de los que no es suyo.
Y si hablamos de barrios en los que la convivencia multicultural es su principal característica, el ejemplo más claro en Getafe lo tenemos en La Alhóndiga. Aquí, precisamente, es donde el Ayuntamiento está llevando a cabo un Plan de Dinamización y Desarrollo integral, que afecta a todos los sectores y en todos los sentidos.
Por un lado nos encontramos con la adecuación del entorno urbano, la reforma de calles, la adaptación de accesos y la renovación de mobiliario urbano, zonas verdes y espacios deportivos. Todo ello contribuye a que los vecinos de La Alhóndiga disfruten de un marco más agradable.
El proyecto de fomento de la lectura, que durante los fines de semana de noviembre y diciembre está haciendo de los más pequeños los auténticos protagonistas, con talleres, cuentacuentos, lectura de libros. Un elemento más de ayuda en la convivencia.
Y el Plan de Dinamización Comercial para fomentar el comercio y la hostelería y el intercambio entre cliente y establecimiento también es otro de los modelos a poner como ejemplo.
Esta acción en la que el epicentro es La Alhóndiga, bien podría trasladarse al resto de barrios de la ciudad, con actuaciones similares a las aquí desarrolladas y que aportarían modelos de conducta tendentes a mejorar la convivencia. Ese el objetivo. Queda su dimensión.
Fomentar la convivencia
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