Un perro ‘presuntamente’ abandonado se sube al alféizar de una ventana de un cuarto piso para reclamar la atención de los vecinos.
♦ La imagen lo dice todo. O es un perro temerario que no le tiene miedo a las alturas o es que con su arriesgada presencia está pidiendo ayuda ‘a ladridos’ a quien lo quiera mirar; más parece que es esto último lo que el animal está reclamando, que alguien lo rescate (los bomberos son los más indicado para ello) de un encierro involuntario en un piso en la cuarta planta de un edificio de viviendas que se ha convertido para su desgracia en ‘cárcel improvisada’ y de la que desea salir lo antes posible.
La imagen, enviada a la redacción por Nayade Jiménez este lunes 29 de agosto, y que provoca vértigo a los que tengan un mínimo de sensibilidad, nos delata lo que se podría considerar un ‘presunto’ caso de abandono [y por consiguiente, maltrato] de un animal doméstico: «Buenas noches. Les escribo por un grave asunto que ocurre en el barrio de Juan de la cierva [Getafe], exactamente en la calle Salamanca. En un cuarto piso hay un perro abandonado; esa vivienda fue ocupada, pero se marcharon dejando al animal y además sellando la puerta con silicona».
«Los vecinos llamaron a la policía —continúa en su escrito de denuncia Nayade, y desde donde reclama que alguien con autoridad tome cartas en el asunto para salvar al perro—, pero dicen que no pueden acceder a la vivienda y que los únicos que podrían serían los bomberos, pero, claro, dicho servicio tiene que ser abonado por los vecinos o por el Ayuntamiento; los vecinos no pueden hacerse cargo de dicho gasto y el Ayuntamiento no toma cartas en el asunto. Están dejando morir al animal, pasan los días y nadie acude en su ayuda».
«Escribí a la página del Ayuntamiento y a la de Sara Hernández [alcaldesa de Getafe] en cuanto me enteré de todo este asunto —añade—, pero no me gustaría que pasasen muchos más días y que animal muera u ocurra una tragedia, ya que el perrito desesperado se sube a una de la ventanas donde hay un aparato de aire acondicionado; si ese animal cayera a la calle y justo pasase alguien… no quiero ni pensar, la verdad. Les mando fotos para que vean la situación del animalito» [Nayade Jiménez].
Como es obvio, ante una situación ‘insólita’ y preocupante como la que presenta este perro en una vivienda del barrio de Juan de la cierva, y por la peligrosidad que requiere la acción, el rescate es tarea de los bomberos, como bien indica Nayade Jiménez, cumpliendo un servicio que deberían llevar a cabo una vez comprobado que el animal se encuentra en estado de abandono en una vivienda deshabitada. Pero los bomberos actuarán cuando se les requiera -nadie duda de su eficacia y celeridad en cualquier caso de emergencia o en el ejercicio de sus funciones— y es ahí donde las autoridades municipales, desde el departamento o delegación correspondiente -y con más motivo si ya han sido advertidas como indica la remitente—, se hagan eco tomando las medidas oportunas y eviten el sufrimiento innecesario de un animal abandonado, aunque también suponga un gasto económico.
Desde la redacción de este periódico denunciamos el abandono y el maltrato de cualquier animal doméstico y nos sumamos a la demanda de Nayade Jiménez para que el perro recupere su libertad, deje de sufrir, y olvide si puede que, aún siendo ‘el mejor amigo de sus dueños’, fue víctima de un caso más de abandono.