Por donde pasa va haciendo amigos. Así se quejan de la alcaldesa los vecinos de la cooperativa General Palacios [aunque el apellido del mítico militar se escribía sin s], en el sector 3 de Getafe.
Hasta hace pocas semanas, los residentes en esta urbanización desembocaban en la avenida Arcas del Agua a través de la calle Mozart —espina dorsal de la urbanización y, después del stop, podian incorporarse a cualquiera de los dos sentidos de la avenida.
La minirotonda elíptica que comunica el viejo Sector 3 con el nuevo Buenavista ha sido modificada por el Ayuntamiento con el dinero de todos sustituyendo los ‘inofensivos’ pivotes de plástico y la pintura en la calzada por un ‘peligroso macetero de obra’, por sus minúsculas dimensiones, y bordillos a tutiplén, no menos peligrosos; casi a ‘mala leche’. En las redes sociales un vecino se preguntaba ¿Quién era el genio que ha diseñado la nueva rotonda?
Como pasa casi siempre con las decisiones polémicas, ha sido durante la época estival, —con agosticidad y sin participacion ciudadana— cuando el Ayuntamiento ha ejecutado unas obras que obligan a los vecinos y a los vehículos de emergencias o seguridad a recorrer más de 700 metros y pasar cuatro semáforos para dirigirse a la zona nueva de Buenavista, al Hospital, la avenida de la Libertad, el Polideportivo o el Parque de la Alhóndiga. Sin contar con nadie, molestando a los vecinos y provocando más contaminación de los vehículos. Participación y sostenibilidad.
La forma más sencilla de salir de la ratonera de las calles de los músicos, —encajonada entre la zona de los juzgados, la avenida Arcas del Agua , la de Juan Carlos I y la frontera oeste con Buenavista— es precisamente utilizar la calle Mozart. La otra alternativa es volver a la vía de servicio de la avenida Juan Carlos I en dirección sur y avanzar ‘encajonado’ hasta la siguiente conexión con Buenavista en la calle Tres Carabelas, donde el colegio Aristos.
Los vecinos ante la actitud incomprensiva de la alcaldesa se han dirigido al grupo municipal del PP que ha denunciado «el capricho de Sara Hernández, que ha prohibido a los conductores la maniobra que les conectaba fácilmente con la vereda del Camuerzo sin contar con nadie.
El cambio, caprichoso y caro, implica que para un trayecto que antes se hacía en cinco segundos, ahora haya que recorrer 700 metros de forma innecesaria con cuatro semáforos. El PP de Getafe ha requerido hasta dos veces por escrito información sobre el coste de la obra, así como los criterios técnicos empleados para ejecutar el cambio, pero la alcaldesa —según ha informado el PP—, prefiere guardar silencio.
Los vecinos están muy molestos. Mozar, Mahler, Strauss, incluso Chopin, irradian malestar. Piensan que la alcaldesa ha ejecutado la obra solo para fastidiar y, además, gastando el dinero de sus impuestos [quizás no la votaron bastante…]. La cacareada participación de Sara Hernández en una farsa.
Durante la anterior legislatura, el gobierno municipal —a petición de los vecinos y con un informe favorable elaborado por la Policía Local— autorizó la maniobra. La decisión supuso, además, una reducción del número de accidentes en ese punto y la mejora de la movilidad.