CILUSIONADOS

Ciudadanos en acción

(Los alemanes tienen Mallorca, los españoles tenemos Berlín)

Mi cuerpo no da para más. Las noticias, una vez al día, ya “me ponen de los nervios”, como se dice ahora, y eso que las cadenas “pelotas” del poder se esfuerzan por hacernos creer lo paradisíaca que es la situación laboral y social en España.

Aunque ya he repetido cientos de veces que ya no es hora de lamentarse sino pasar de la pura palabrería a la acción, son tantas las incógnitas que no llego a despejar, que os las voy a ir lanzando periódicamente, por ver si alguien me ayuda a resolverlas: ¿por qué importamos mano de obra no cualificada, mientras nuestros universitarios y técnicos especializados de todos los ámbitos se nos marchan a Europa?¿Por qué hay tantas empresas que obligan a sus empleados a hacer obras extras sin pagárselas?Empresas internacionales que no se atreven a hacer esto en Francia, ni en Alemania ni en ningún otro país del mundo, pero que tienen barra libre para explotar a sus empleados de una forma alarmante en España. Y todo con la permisividad de unos sindicatos y de un gobierno que se dicen” muy de izquierdas” ¿No se había impuesto la obligación de llevar un control? Iré planteando mis dudas de forma periódica.

Y volviendo al terreno de la práctica, perded toda esperanza de que un próximo gobierno, cualquiera que sea su signo, va a cambiar en positivo la situación. Ha llegado, por tanto, la hora del ciudadano. La hora de entrar en acción. Pero ¿cómo podemos organizarnos de una forma que no se parezca en absoluto a la organización de los partidos políticos.

Primero: prescindiendo en absoluto del dinero. “El tiempo es oro”, dice el refrán. Personas dispuestas a ofrecer gratuitamente su tiempo en favor de la sociedad, eso es lo que se busca. Uno podrá ofrecer una hora al mes, otro podrá ofrecer dos o seis horas al día. Todos cobrarían lo mismo. Es decir, CERO. No habrá codazos o pisotones por ocupar cargos. Solo se pide idealismo y solidaridad. El dinero puede ayudarnos a resolver muchos problemas, pero el dinero en política es la causa de todas nuestras desgracias.

Segundo: organizándonos de forma que no haya jefes ni súbditos; no queremos jefes para salir en la tele que buscan peones para pegar carteles. Los cargos internos o en las listas electorales se decidirán por sorteo. A nadie se le podrá obligar a nada y se podrá renunciar al cargo en cualquier momento. Nadie se unirá por figurar en algún puesto, pues solamente lo conseguiría en el caso de que renuncien al cargo todos los que le preceden.

Tercero: Teniendo flexibilidad de mente para trabajar en equipo.

Cuarto: Haciendo imposible organizarse por afinidades ideológicas. No se trata de imponer ideas, sino de resolver problemas.

¿No estamos protestando siempre del despilfarro de los políticos? Demuestra que hay otra forma de hacer política. No necesitamos dinero, pero sí oro.

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