Hoy escribo sobre un padre, para mi ejemplar, la historia llegó a mis manos casi por casualidad, lo hizo a través de un libro, ese relato me llevó a la fascinación por aquel tándem que labró increíbles gestas deportivas y de ello, a escribir en este medio sobre el denominado como equipo Hoyt.
Este equipo, compuesto un padre y un Hijo ( Dick y Rick) ha recorrido más de mil carreras, incluyendo maratones y triatlones, e incluso algún que otro Ironman que por si no lo sabéis es una de las pruebas deportivas más exigentes del mundo hasta aquí todo entra dentro de una cierta lógica, sin embargo lo que hace excepcional esta historia es que Rick, el hijo, nació con una con una cuadriplejia. Al principio, conforme relata el libro, muchos doctores recomendaron a los padres ingresarlo en un centro especializado, a lo que estos se negaron en rotundo. Por casualidades, Rick pidió a su padre participar en una carrera, quería asistir en una silla de ruedas. El padre de este nunca había participado en un evento deportivo de este tipo, el reto era doble; acabar la prueba y tirar de la silla de su hijo. Pero los Hoyt, se propusieron superar todos los obstáculos, es así como arranca este vínculo que hará historia, con una carrera de 5 millas, a partir de aquí, se convertirán en un ejemplo de superación para millones de personas.
Rick desarrollo capacidad intelectual suficiente para poder comunicarse a través de un ordenador, fue a raíz de esto, por lo que sus padres descubrieron la pasión de su hijo por los deportes. Gracias a esta afición pudieron compartir más tiempo juntos, ambos se lanzaron a enseñar su historia al mundo y disputaron carreras benéficas, inicialmente estas eran cortas, pero poco a poco pasaron de las 5 millas al maratón. Las cosas fueron cambiando, el entrenamiento y el trabajo constante les llevo a tratar de terminar el gran reto del maratón. Lo que inicialmente fue un maratón paso a ser un Ironman en 1989, en el año 2009, llegaron a las 1000 competiciones en el maratón de Boston. De por sí fueron unos de los supervivientes de dicha carrera, superando un atentado. Al siguiente año regresaron para participar nuevamente en el homenaje a las víctimas.
Rick no se sentía discapacitado mientras corría en la silla junto a su padre, ambos recorrieron los Estados Unidos dando charlas y participando en multitud de eventos, un ejemplo de superación para aquellas todos, pero especialmente para aquellas personas que habían sufrido golpes duros en la vida, correr para dar ejemplo de que se puede.
Finalmente el sueño de Rick no se cumplirá por el reciente fallecimiento de su padre, él quería y soñaba con llevar a su padre en la silla de ruedas. Fue en el año 2013 cuando se levantó una estatua en su honor cerca de la línea de salida del Maratón de Boston, en reconocimiento a su trayectoria. Un año más tarde, corrieron su última carrera en el maratón de Boston, después de 70 maratones tirando del carro, sin duda un ejemplo.
Como yo le digo a mi hijo, que cada cual elija a sus héroes, pero para mí este es un héroe en mayúsculas, un ejemplo de resiliencia y superación, un ejemplo de padre.