Vaya por delante que mis críticas no van en contra de la UE ni contra el proyecto de integración de Europa, que, como ya he dicho muchas veces, por lo que tiene de integrador y por las más de 6 décadas de paz que ha proporcionado a casi toda Europa, entre otras razones, es para mí el acontecimiento político más importante del siglo XX y, probablemente, de toda la historia de Europa,
Pero estamos asistiendo estas últimas semanas del año, con este novelón del Brexit, a la última etapa de un fracaso histórico Lo que empezó como tal -el referéndum y la salida de Gran Bretaña- no puede terminar de otra forma más que como fracaso: la muy probable falta de acuerdo entre Gran Bretaña y la UE y un divorcio por las bravas, aunque en realidad no se puede hablar de divorcio, pues nunca hubo matrimonio, ya que nunca existió amor, sino solamente intereses. Ni Gran Bretaña ni algún otro país debería haber entrado en la UE. Está clarísimo en los tratados que la UE debe ir caminando hacia una “unión cada vez más estrecha”. Pero ni Gran Bretaña ni algún otro país han tenido la intención de pasar de un simple mercado común. Su entrada fue anticonstitucional, podríamos decir, en términos del Derecho de la UE. Fue un engaño a los ciudadanos de la UE y, sobre todo, un engaño a los ciudadanos británicos. Pero no fue un engaño a los políticos sino de los políticos, tanto de los británicos como de los restantes políticos europeos, pues estos últimos, con tal de ampliar el “GRAN MERCADO”, toleraron lo intolerable, Responsabilidad de los políticos británicos, pero también de los restantes políticos europeos.
Conviene recordar al respecto que Gran Bretaña solicitó la entrada en la entonces Comunidad Económica Europa -constituida por los seis países fundadores: Alemania, Francia, Italia y el Benelux, cuando fracasó la EFTA, organización que ella había creado como oposición a la Comunidad Europea.
Estos días también estamos viendo el chantaje que cualquier país -ahora Polonia y Hungría- puede ejercer sobre todo la UE. Francia también ha dicho que no daría su visto bueno al acuerdo de salida de Gran Bretaña, si la UE hace demasiadas concesiones.
En cualquier tema y en cualquier momento puede surgir la bestia nacionalista que todos llevamos dentro, Ya va siendo hora, por tanto, de que se suprima de una vez por todas el voto a la unanimidad, que en el fondo no es más que unveto y el triunfo de los nacionalismos rampantes de unos políticos mediocres.