En los dos últimos meses se ha confabulado en Getafe un acuerdo del Pleno municipal sobre la recuperación de la memoria histórica y una exposición sobre el origen y desarrollo del Hospital de Getafe.
Los ciudadanos de Getafe que tuviesen uso de razón a principios de los ochenta, o las personas preocupadas por la historia de nuestro municipio —dudo que nuestros ediles se incluyan en este apartado—, que hayan visitado la exposición del Hospital habrán salido de allí sorprendidos por los olvidos o manipulaciones históricas de dicha exhibición.
Sobre el papel, a lo mejor, estaba planificado el Hospital por el ínclito ministro Sancho Rof (el del famoso ‘bichito’) y su equipo; pero la voluntad política de llevar a cabo la inversión era nula.
Fueron realmente los vecinos de Getafe, liderados por un Gobierno municipal de izquierdas los que ejercieron la presión popular para que se llevase adelante dicha inversión. Para la historia quedan las 55.000 postales enviadas al ministro por vecinos de Getafe con la reivindicación«¿Nosotras donde parimos?» o los 35 autobuses repletos de getafenses que se plantaron delante del Ministerio de Sanidad, amén de las decenas de reuniones del Gobierno municipal de izquierdas con las autoridades sanitarias para exigir la construcción del Hospital.
Y se consiguió. Y el Hospital se terminó de construir en 1983. Otra batalla social y vecina fue conseguir que lo dotasen de los medios humanos y técnicos para su entrada en funcionamiento.
Es del todo increíble que hoy la Alcaldesa, el PSOE y Ahora Getafe callen, cuando se distorsiona la memoria histórica de Getafe. Una vez más los acuerdos plenarios y la realidad caminan por sendas paralelas.
Entiendo que al PP está historia no le interese y que Ciudadanos la desconozca, pero lo de la Alcaldesa y Ahora Getafe es de escándalo boreal.
A Sara Hernández parece molestarle la historia de su partido y de la izquierda en Getafe, o le parece poco feminista.
Algunos mal pensados le recomiendan que deje de aturdirse con el ruido del momento y haga un pequeño esfuerzo para escuchar el susurro de la Historia.