LEGANÉS

El Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés cumple 30 años

 

Inauguración del Hospital de Leganés en marzo de 1988 con la presencia de Severo Ochoa, del Ministro de Sanidad, Julián García Vargas, y del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra.

 

El Hospital Universitario Severo Ochoa  (HUSO) de Leganés cumple 30 años. Cuando cumplió los 25, el lema escogido para el anivesario fue: «Más que un hospital, tu hospital», la misma filosofía que quiere mantener cinco años después con «Tu Hospital, cerca de ti».

El centro ha organizado una pequeña fiesta de cumpleaños, que tendrá lugar el próximo día 5 de abril, con la entrega de Reconocimientos y el estreno del Vídeo  del Hospital. El acto estará presentado por María López,  periodista de  Telemadrid.

 

Además del acto central, el Hospital  ha organizado una apretada agenda de actividades para celebrar su trigésimo aniversario que se desarrollarán durante los meses de abril, mayo y junio. En el programa hay  conferencias de interés médico y general, charlas especializadas, el musical ’30 años contigo’, una jornada de puertas abiertas en la cocina del Hospital y una carrera solidaria por las enfermedades raras.

► Programa de Actividades 30 Aniversario

Alfonso Guerra y Severo Ochoa durante el acto de inauguración del Hospital ubicado en Leganés

Un poco de historia

El Hospital Severo Ochoa (HUSO) abrió sus puertas en 1987. Un año después, el doctor Severo Ochoa, el Premio Nobel que le da el nombre, inauguraba el centro acompañado por el que fuese vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, y el ministro de Sanidad, Julián García Vargas. Severo Ochoa era ya un hombre mayor que atesoraba toda una vida dedicada al campo de la medicina y la investigación.

El objetivo por aquel entonces fue crear un gran centro de atención sanitaria para el Área 9 que incluyera los municipios de Leganés, Fuenlabrada, Humanes y Moraleja de Enmedio. Suponía, por tanto, prestar atención sanitaria a una población censada de más de 314.000 habitantes.

El modelo arquitectónico del hospital siguió las directrices que el Instituto Nacional de Sanidad mantuvo para sus proyectos durante los años ochenta y que tomaban como referencia los sistemas Harness y Nucleus del National Health Service británico, es decir, plantas en forma de punto de cruz. La adaptación de esos modelos partió de los colaboradores de María Pérez Sheriff, que lo aplicaron en varios hospitales españoles. En la construcción del Severo Ochoa trabajaron arquitectos de dos generaciones: Flórez, arquitecto habitual de residencias sanitarias, y un equipo más joven compuesto por López Fando y Fernández Inglada.

El Hospital Universitario Severo Ochoa está sustentado por volúmenes de ladrillo y hormigón. Aportan a su estructura y diseño un aspecto sólido. Se define por un cuerpo central de cuatro plantas, organizado por una serie de tres módulos de cruz, y dos pasillos de circulación paralelos a los que se acoplan otras dos series de tres módulos. El cuerpo central se dedica a la hospitalización y la planta baja a apoyos clínicos y diversas especialidades.

La fuerte presión asistencial y el crecimiento de la población del Área 9 derivaron en 1990 en la realización de un estudio sobre las necesidades de la asistencia especializada. Sus conclusiones pusieron de manifiesto la carencia de camas para enfermos agudos y la urgente necesidad de ampliación, que llegó en una primera fase en 2001. Hasta entonces sólo se habían realizado pequeñas obras en los servicios de urgencias, radiodiagnóstico y consultas externas en la búsqueda de una distribución más funcional.

El hospital ganó 5.000 metros cuadrados y la reforma de otros 4.800. Supuso la actuación sobre las urgencias generales, las consultas externas, las pruebas especiales, la zona de admisión y la entrada principal del centro. En octubre de 2009 se sumó la segunda fase de ampliación, la que dotó al hospital de un edificio anexo externo para gerencia, administración y dirección médica y de enfermería.

En la actualidad, el Hospital Universitario Severo Ochoa cuenta con una superficie cercana a los 44.000 metros cuadrados con 400 camas, 13 quirófanos, 4 paritorios, más de 20 ecógrafos, 1 mamógrafo, 2 TAC y 2 resonancias magnéticas, entre otras tecnologías de última generación.

 

Acto de entrega del Premio Nobel al doctor Severo Ochoa en 1959

El doctor Severo Ochoa

Severo Ochoa nació en Luarca (Asturias) el 24 de septiembre de 1905. Tomó el nombre de su padre, un abogado y empresario casado con Carmen Albornoz. Severo Ochoa hijo brilló en los estudios. En la Escuela de Medicina de la Universidad de Madrid obtuvo una graduación con honores en 1929. Aquí fue asistente del profesor Juan Negrín, pero también estuvo vinculado a la Universidad de Glasgow, en la que trabajó junto al profesor Noel Paton.

Tras su graduación, Severo Ochoa se incorporó a trabajar al lado del renombrado Otto Meyerhof en el Kaiser Wilhelm Institut für Medizinische Forschung de Alemania. Durante este período se especializó en bioquímica y fisiología del músculo.

En 1931 contrajo matrimonio con Carmen García Cobián. Ese mismo año Severo Ochoa fue nombrado catedrático de fisiología en la Universidad de Madrid. También visitó el National Institute for Medical Research de Londres, donde trabajó con el Dr. H. W. Dudley en la especialidad de enzimología. En 1934 decidió regresar a Madrid, donde fue nombrado jefe del Departamento de Fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas. Más tarde realizó varias investigaciones en el Meyerhof’s Laboratory de Heidelberg (Alemania) sobre las enzimas en la glicólisis y la fermentación. En 1937 trabajó en el Plymouth Marine Biological Laboratory y de 1938 a 1941 investigó la función biológica de la vitamina B1 con el profesor R. A. Peters, en la Universidad de Oxford.

Durante su estancia en Oxford se mostró especialmente interesado por los mecanismos de las enzimas en el proceso de oxidación del metabolismo. En Estados Unidos trabajó en la Washington University School of Medicine de San Luis y estuvo, codo con codo, con Carl y Gerty Cori, dos renombrados científicos especialistas en enzimología.

En 1942 fue nombrado investigador asociado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. En este centro también desempeñó los cargos de profesor asistente de bioquímica, profesor de farmacología, profesor de bioquímica y, más tarde, presidente del Departamento de Bioquímica. En 1956 se hizo ciudadano estadounidense.

Un precursor

Las investigaciones científicas de Severo Ochoa se centraron sobre todo en los procesos enzimáticos y su incidencia en la oxidación biológica y en la síntesis y la transferencia de energía. Sus descubrimientos contribuyeron al conocimiento del papel de los carbohidratos y los ácidos grasos en el metabolismo, así como la biosíntesis de ciertos ácidos. Sus estudios de las funciones de la vitamina B1 y otros procesos bioquímicos resultaron de gran importancia para la medicina moderna y para el conocimiento del código genético de los seres humanos.

Su permanente contacto con el estudio y su pertinaz trabajo en el campo de la investigación médica le valieron, en 1959, el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, galardón que compartió con su discípulo Arthur Kornberg. Fue su consagración por los descubrimientos que el doctor había logrado sobre la biosíntesis de los ácidos nucleicos. Pero el Dr. Severo Ochoa recibió otros reconocimientos, como el Doctor Honoris Causa por más de diez universidades de diferentes partes del mundo.

Después de una vida dedicada y consagrada a la ciencia, Severo Ochoa falleció en Madrid, el 1 de noviembre de 1993, a la edad de 88 años.

 

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