LEGANÉS

El pasotismo del Ayuntamiento de Leganés en Urbanismo podría dejar a familias en la calle

► MG23 CONSULTORÍA, empresa leganense, lleva esperando más de cinco meses la licencia para comenzar unas obras en Poza del Agua.

► Propietarios: “debido a este retraso de la licencia por parte del Ayuntamiento de Leganés, nos vamos a ver en la calle”.

► El Ayuntamiento alega “falta de personal y volumen de trabajo” y la empresa y propietarios ven muy poca seriedad.

No se le debería presuponer a un Ayuntamiento como el de Leganés pasividad, desidia e incapacidad de sacar el trabajo adelante en los plazos pertinentes. Sin embargo, en la vida, una cosa es lo que debería ser y otra y lo que realmente es. Es decir, la realidad. En esta oportunidad, les vamos a contar la historia de MG23 CONSULTORÍA y el área de Urbanismo del consistorio leganense.

MG23 CONSULTORÍA construye en nuestro municipio. Opera en nuestro municipio. Realiza viviendas para vecinos y vecinas de nuestro municipio. Da trabajo y tiene subcontratas leganenses. Y, por supuesto, paga aquí sus impuestos, dinero para el pueblo. Hablamos con su administradora, Susana Gordo.
Desde MG23 solicitaron, el 22 de febrero de 2017, una licencia de obra Mayor al Ayuntamiento de Leganés. En todo momento, y desde una postura razonable, nos señalan desde la constructora que “nosotros entendemos que todo esto lleva su tiempo. Hablamos de dos, tres meses…” Y, efectivamente, eso sería lo estándar. Es que, además, por Ley si nos encontramos ante más de tres meses de demora se entiende silencio administrativo y uno ya podría dar comienzo a su obra, si bien no es la opción que se suela llevar a cabo. Evidentemente, y por otro lado, se puede dar la circunstancia de que, desde la administración local, se hubiese hecho llegar alguna notificación a la empresa. Esto es, toda vez revisada la licencia, señalar qué cosas podrían faltar y enviarlo de nuevo para subsanarlo. Pero, no es el caso de MG23.

“Entonces, transcurrido este tiempo, nosotros nos hemos pasado por allí, personalmente, para preguntar cómo iba el tema de la licencia, una vez que expiraron esos tres meses que comentábamos antes. Nos decían que sí, que ahí la tenían, pero que no habían visto nada todavía. Que tienen mucho trabajo y no lo sacan todo adelante. Eso hablando con los funcionarios”, nos comenta Susana.

Precisamente, esos mismos funcionarios les recomendaron volver a pasarse transcurridos 15 días para ver si les podían dar alguna novedad. Y desde MG23 así lo hicieron. ¿Y qué pasó? Que todo seguía igual. Sí, ahí estaba aún la licencia y ahí podía seguir estando.

Como nos recuerdan desde MG23, no hay que olvidar que cuando uno presenta una licencia, tienes que pagar unas tasas, si no, no te la cogen. En el caso que aquí presentamos el montante de este concepto asciende a la nada despreciable cifra de 3.345 euros. Insistimos, desde esta empresa se completó toda la documentación para no dar lugar a mayor dilación en los plazos. Conocen el terreno y es que, en otras ocasiones, les dieron las licencias una vez transcurridos los cuatro meses desde que fueron presentadas. Por ahí, remarcan, “y eso encadenándonos en la mesa del director general de Urbanismo”.

Así las cosas, los días siguen pasando. La pasividad, como vemos, está instalada, cuanto menos, en la delegación de Urbanismo, pero está alejada, muy alejada, de MG23. Es por ello que, viendo cómo iba el tema y la prolongación de los tiempos, decidieron meter una reclamación mediante un escrito de su abogado con el mismo fin, sacar adelante la licencia.

Qué duda cabe de que estamos ante una situación de urgencia. Graves perjuicios económicos podría tener que soportar esta empresa de la ciudad por la dejadez institucional. Estamos ante un caso que tendría que haber dado ya el pistoletazo de salida. Concretamente, la idea era empezar los trabajos en mayo del presente año para que doce meses después esos vecinos y vecinas pudieran estar ya disfrutando de sus nuevos hogares en Poza del Agua, específicamente cuatro chalets.

Desde MG23 preocupa como empresa que la operación pudiese quedar reducida a su cancelación. Sin embargo, hablando con Susana, uno se da cuenta de que el cariz humano no se negocia y la empresa está con sus clientes y quiere mantener la seriedad de la palabra dada. Obviamente, saben la lógica indignación que puede existir en los futuros propietarios. “Ya están concertados los que van a ir, pero es comprensible que la gente se ponga nerviosa y quieren que resolvamos el problema que para eso nos pagan y se lo tenemos que dar llave en mano”, inciden desde la constructora.

No se puede negar que desde MG23 están dando todos los pasos habidos y por haber para solucionar un estancamiento que no han provocado ellos. En esa línea, también han llamado a la delegación hasta tres veces, pero les han hecho caso omiso, no obteniendo respuesta. “En situaciones así, hay que intentar dar una solución por parte de la administración local, que estamos dando puestos de trabajo. Es que se podría dar el caso de despedir a gente con todo lo que eso conlleva, si no nos dan la licencia. Son familias y se podrían quedar en la calle. Es algo beneficioso para Leganés porque también van a coger sus impuestos”, expresa Susana.

MG23 opera en nuestra ciudad y comenzará también a hacerlo en Villanueva de la Cañada. Este dato nos sirve para poner, por sí solo, una fotografía de contraste: en Villanueva de la Cañada, aproximadamente, están tardando con las licencias un mes. Ahí queda.

También ha estado la reclamación por escrito en Registro con idéntico resultado. Bien, maticemos, alguna respuesta ha habido, pero ahora pueden juzgar: “en relación con su reclamación a fecha de 29 de junio relativa a la lentitud en el área para tramitar la licencia solicitada por MG23 Consultoría con fecha de 22 de febrero de 2017, comunicarles que debido al cúmulo de trabajo y la falta de personal del Departamento, los trámites se encuentran muy atrasados”. Lo firma la jefa de Negociado del Departamento. “Pero, ése no es nuestro problema. ¿Alguien se puede creer que eso sea una contestación propia de la máxima institución pública de Leganés? Es que nos contestaron cuando metimos otra reclamación el día 4 de julio, que no nos la quería coger”, recalca Susana. El 4 de julio tuvieron que insistir de nuevo. Y se encuentran con, literalmente, dos líneas que señalan que los trámites se encuentran atrasados.

Viendo esto, aún MG23 da un paso más. El burofax, hasta cuatro. Por ejemplo, el día 13 se le dirige a la atención de Fernando Rodríguez, director general irregular de Urbanismo, según la Justicia. Ya les adelantamos que el contenido es el mismo. Se expone la situación y la lógica gravedad que todo esto puede acarrear. Y el perjuicio económico que el retraso de las obras supone.

Y ojo a esto, ellos son responsables por ley. El funcionario es responsable por ley. Y lo saben. Saben que son responsables. “Pero, ¿quién apechuga con los gastos? Pues el ayuntamiento. Si una empresa se ve perjudicada por ellos, se le piden responsabilidades”, apuntan desde la constructora. ¿Qué quiere decir esto? Pues muy clarito, entraríamos, por tanto, en la situación de que todos los vecinos tendríamos que pacificar económicamente a la empresa agraviada. Sí, de nuestros impuestos por la pasividad de nuestros representantes.

Hemos señalado que fueron varios los burofax enviados. Al no recibir respuesta, el día 20 del presente mes, les vuelven a enviar otro tanto a Fernando Rodríguez como a la concejalía de Urbanismo. Y… nada de contestación con esto.

¿Qué más se le puede pedir a MG23? Las responsabilidades son del Ayuntamiento. Y es obvio que ningún vecino está dispuesto a seguir sacando recursos del erario para compensaciones a empresas por el pasotismo de los verdaderos responsables. ¿Si tuviesen que indemnizar de su bolsillo, sería distinto? Reflexionen.

El factor humano de la desidia

Mientras tanto, nuevocronica.es también ha querido conocer de primera humano el factor más humano de esta historia. Tenemos el caso de unos propietarios de una parcela urbana en la C/Osa Menor de Leganés. En los últimos compases del pasado año decidieron, con la gran ilusión que ello comporta, dar un paso adelante y construirse una vivienda adosada en la misma parcela. Para ello, eligieron a MG23, quien les elaboró el proyecto y como hemos apuntado, solicitó en febrero de 2017 la correspondiente licencia. Y cinco meses y medio después, no pueden empezar porque no está dicha licencia para empezar la construcción por parte del ayuntamiento.

Lean el sentir de estos propietarios, “para nosotros, este retraso está teniendo consecuencias devastadoras, no solamente por nuestra ilusión y la de nuestros hijos. Es que estamos valorando seriamente la posibilidad de cancelar el proyecto e irnos a construir nuestra futura vivienda a otra localidad como Getafe. De hecho, hemos estado viendo parcelas para poder gestionar este hecho y también las consecuencias económicas”.

Esta familia solicitó un préstamo hipotecario para la construcción de la vivienda, que está pagando puntualmente todos los meses con grandes esfuerzos. Pero no sólo queda ahí, han vendido su vivienda actual y tienen fecha de entrega a los nuevos propietarios. “Pero, vemos que no se va a poder cumplir, ya que se va a demorar la entrega de la vivienda en los plazos establecidos debido a este retraso de la licencia por parte del Ayuntamiento de Leganés y nos vamos a ver en la calle; sin piso ni chalet. Eso, o bien indemnizarle al comprado de mi nuestra vivienda con una fuerte cantidad de dinero como incumplimiento de contrato”, me comentan desde esta familia. Como vemos la situación es grave, no estamos ante ninguna broma y el Ayuntamiento de Leganés lo tiene en su mano. Los propietarios son conscientes de las acciones y esfuerzos de MG23, de las que hemos dado buena cuenta en líneas anteriores, y también ellos mismos han llamado, en numerosas ocasiones, a Urbanismo y “sólo nos dicen que tienen falta de personal y acumulación de trabajo. Intentamos concretar una cita con el director de Urbanismo y directamente pasa de nosotros, no tenemos respuesta por su parte. No entendemos cómo una concejalía como la de Urbanismo, que repercute grandes ingresos a nuestro municipio, tenga falta de personal”, apuntan.

Ya lo ven. Ya lo han leído. La lucha desde la constructora y, evidentemente, desde los propietarios. Esta última como faceta más humana de la historia. Ninguna broma. Se pueden ver en la calle. El pasotismo en una administración jamás debería estar permitido. Y muchísimo menos, cuando su responsable, el director general de Urbanismo en este caso, cobra más de 51.000 euros anuales de toda la ciudadanía.

Esperamos un final feliz de este asunto y que la licencia no se demore ni un segundo más y, por tanto, no tenga que haber una nueva edición de denuncia.

 

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