DESDE LA DOBLE A

Estómago a prueba de bombas

llorente

 

Hay informaciones que pueden resultar reiterativas. Pero, reiterativa es la acción. La acción del alcalde de Leganés, Santiago Llorente, con su manida manía de tirar de la Visa del Ayuntamiento para costearse desayunos, comidas y cenas. Una costumbre, que era habitual en épocas pretéritas, pero que hoy está totalmente desfasada. Además, coger euros públicos para llevarlos a tu estómago siempre resulta obsceno e indecente.

Santiago Llorente lleva toda la legislatura tragando y engullendo a costa de todos nosotros, de todos los vecinos de Leganés. En una segunda y detallada edición de las comidas del alcalde, que les ofrecimos en este periódico, podemos comprobar que estas praxis son totalmente frecuentes y tienen una regularidad. Aunque fuesen esparcidas en el tiempo también serían igual de condenables, pero no es el caso; son muy frecuentes. Tan corrientes hasta el punto de que hay meses en los que come un 25% de éste a costa de nuestras contribuciones. Habituales hasta el punto en que hay ocasiones en las que en un mismo día come y cena gracias a la tarjeta de todos. Sí, hay días en los que Llorente se marca una pensión completa. Y obscenas e insultantes a nuestra inteligencia hasta el punto de que la media de sus gastos en comidas, cenas y demás banquetes resulta de 262 euros. Nauseabundas hasta el punto de que no sólo se come nuestro dinero en Leganés sino que también en municipios colindantes (donde se reúne con empresarios y los invita en su propio restaurante) e incluso fuera de nuestra Comunidad. Esperemos que ni se le ocurra llevársela de vacaciones. Ahí, te lo pagas tú. Con esta situación, a uno le viene a la cabeza la oronda imagen de Llorente en el chiringuito playero de turno tirando de nuestra tarjeta.

El alcalde tiene un estómago que no se conforma con nada. Simplemente la media de 262 euros por comida o cena, nos dibuja bastante bien las exigencias del máximo edil socialista a la hora de ojear la carta. No hace falta poner en contraste esta imagen de la gauche caviar con los que no tienen absolutamente nada (que no pasaría nada por hacerlo). Ya que hablamos de medias, en esta ocasión, pongámosla en contraste con la media. Con la media de ciudadanos del municipio. Como comprenderás, alcalde, ni de broma gobiernas (este último verbo en la teoría es correcto, en tu práctica no lo sé) una ciudad en la que los vecinos comamos de manera diaria por 262 eurazos. Empatiza de una vez con tus similares, que son tus vecinos. Y si el tren de vida, de 262 eurazos por comida, te lo puedes permitir que sea con tu dinero, no con el nuestro. Cada vez que haces una de esas, nos sienta como una patada a eso que tú tienes tan bien nutrido, al estómago.

Los políticos en Leganés, en cuanto a nóminas vivís muy bien. Cabe recordar que tú te llevas 69 mil euros al año, mientras que los portavoces 60 mil. A los demás, nos cuesta esfuerzo y sacrificio ganar nuestro dinero. Y lo que ganamos es para nuestros hijos, familias, nuestra vida… En absoluto es para que tú te lo metas a tu estómago. Ten una mayor delicadeza. Ahora que acaban de pasarnos el IBI, por ejemplo, (a los que lo atendemos, ahí tenéis al de La Cubierta) lo interpretamos como impuestos para mejorar y avanzar nuestra ciudad. No lo pagamos para que te lo comas tú y tus invitados, esos Misters o Misses X que nunca desvelas. Porque el grado de decencia que ostenta tu Gobierno, que brilla por su ausencia, no nos permite saber a quién convidas con nuestro parné. Vaya choteo que te gastas merced a tus vecinos. Choteo que lo permite tu socio de Gobierno Rubén Bejarano. Precisamente, hoy me empezó a seguir en la red de los 140 caracteres el perfil de IU Leganés (oficial). En su biografía se definen, entre otras cosas, como luchadores por la transformación social. Me parece estupendo, pero estas praxis lóbregas son la antítesis de una transformación social tan justa como necesaria. Creo, y rompo una lanza, que Rubén Bejarano no es amigo de estas situaciones, pero las está amparando y consintiendo. Igual tendría que abandonar un Gobierno que como transformador social tiene lo que una piedra de cabaretera.

Así pues mientras el alcalde se va al famoso Txistu a costa nuestra, lo demás seguimos trabajando. Un selecto socialista a la hora de buscar manteles. No para de comer con nuestras contribuciones. Todo un estómago a prueba de bombas. Luego, no hay dinero para otras cosas. Por favor, deja de hacerlo. No hace ninguna gracia y es muy injusto este ejercer de sátrapa. Por lo que se ve no revienta (de tanto comer), así que le solicito que cese en estas costumbres tan indeseables e impropias de un regidor con un mínimo de decencia. Ya que no se te conmueve el estómago, espero que sí lo haga tu corazón y esto se acabe.

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