► En el año 2011 inauguró el actual órgano de la catedral de Santa María Magdalena.
► En la actualidad ejerce como maestro organista de la Basílica de los Hermanos Capuchinos de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli (Madrid).
► El 20 de diciembre presenta ‘La Armonía del Universo. Siete improvisaciones sobre Nun komm, Der Heiden Heiland’, en la Iglesia parroquial Santa María La Antigua, de Vicalvaro.
Llegó Jesús Ruiz García a Getafe a finales del año 2008 porque necesitaban un organista en la catedral de Santa María Magdalena. Llamado por Javier Ávila, y siendo vicario Javier Romera, se trasladó desde Valdepeñas (Ciudad Real) para ser vecino de Getafe y ocuparse de este instrumento singular, clasificado como de viento o aerófono en la categoría de instrumentos de teclado, y que popularmente está asociado a los templos religiosos, adquiriendo alguno de ellos, por su forma y monumentalidad, la categoría de obra de arte. La catedral, como iglesia principal de la Diócesis y al tener culto con un obispo, necesitaba la presencia profesional de un maestro organista y ese puesto fue ocupado por un joven de 23 años que por entonces iniciaba su trayectoria musical.
En la catedral de Getafe ejerció Jesús Ruiz hasta 2011, teniendo el privilegio de ser él quien ofreciera el primer recital con el órgano actual, que se inauguró el 28 de diciembre de ese año, y cuyo acto litúrgico de bendición fue realizado por el obispo don Joaquín María López de Andújar, contando con la presencia de la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y del alcalde, Juan Soler. Arrancaban ese día oficialmente las primeras notas en el templo de Getafe de un magnífico instrumento reconstruido por Gerhard Grenzing, considerado como uno de los organeros más notables de España. Se trata de un órgano de estilo ibérico que data del siglo XVIII, del que solo quedaban la caja y el secreto (parte que comprende el arca de viento con sus canales y válvulas y en la que se apoyan los tubos); lo demás fue una reconstrucción fiel del que fue su original, con el resultado de una extraordinaria calidad en su sonido, como así se ha podido comprobar en el Festival Internacional de Órgano de Getafe, convertido en un referente del género fuera de nuestras fronteras, y cuya octava edición fue clausurada el pasado 6 de diciembre.
LA VOCACIÓN POR EL ÓRGANO
Se puede decir que la vida profesional de Jesús Ruiz como organista arranca en Getafe. «Tengo un buen recuerdo de esta iglesia y de la gente de la parroquia. Hubo personas que en aquel momento me ayudaron muchísimo, a todos los niveles. Guardo un gran recuerdo de ellas, del calor humano que me dieron», nos comenta. Y él no quiso defraudarlos: entre otras cosas proyectó –paralelamente a su labor como organista– la creación de una escolanía de niños y niñas, compuesta de 21 a 24 miembros: «La estrenamos el 6 de enero del año 2011, durante la misa que entonces presidía el obispo de Getafe, don Joaquín, quien mostró su satisfacción con esta frase: ‘los Reyes nos han traído una escolanía’. Para mí fue un gran logro que abordé con muchísima ilusión y que costó muchísimo trabajo hasta poder presentarla; pero fue un resultado excelente, sonaba muy bien», matiza.
Si bien aquí en Getafe empezó su carrera profesional como organista, ¿cómo le surge a Jesús Ruiz la vocación, cuáles son sus inicios?: «Desde muy pequeño –comenta– yo les dije a mis padres que quería ser organista; incluso a mi profesor, cuando estudiaba en la Escuela de Música de Valdepeñas, le decía que quería estudiar órgano. Me entusiasmé por este instrumento». Y así fue, su primer contacto con él lo tuvo en Torre de Juan Abad (Ciudad Real): «A este pueblo, que tiene un órgano de 1763, de Gaspar de la Redonda, y que fue restaurado en 2002 por el organero Alain Faye, fui con dos amigos míos, ambos músicos, a un concierto ofrecido por Francis Chapelet y, una vez concluido, le pedí permiso al párroco, Don Urbano, para que me dejaran tocar y no me pusieron ninguna objeción». Y a partir de ahí, ya finalizado el profesional de piano en Ciudad Real, se trasladó a Madrid para estudiar clases particulares con Roberto Fresco, organista de la catedral de la Almudena, y a estudiar musicología en el Conservatorio Superior de Madrid. Y en Madrid se quedó.
JESÚS DE MEDINACELI
Una vez pasada la etapa en la catedral de Getafe, desde finales de 2011 ejerce como maestro organista en la Basílica de los Hermanos Capuchinos de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, donde su experiencia se verá enriquecida, mas no sin esfuerzo: «Cuando llego a Jesús de Medinaceli lo primero que descubro es un lugar donde se celebran muchas misas. Reconozco que al principio el trabajo me superó, me encontré con una iglesia que estaba llena de gente, a cualquier hora, desde la nueve de la mañana de un domingo hasta la una de la tarde prácticamente con aforo completo. Me encontré con una parroquia muy concurrida y yo estaba acostumbrado a otra con menos personas, más recogida. La responsabilidad era enorme. Pero al final encontré los mecanismos para poder abordar todo ese trabajo, sobre todo con la presencia siempre de un sustituto habitual, uno o dos, que también me permitieran poder moverme para hacer conciertos y para realizar otro tipo de actividades musicales. Pero he de destacar, sobre todo, que en Jesús de Medinaceli el trabajo es muy bueno, porque tengo libertad creativa, organizo todas las misas, organizo las misas solemnes a nivel musical y, en general, estoy muy satisfecho, estoy muy contento allí».
«El organista debe creer fielmente en lo que supone
la aportación de la música a la Iglesia»
Pero ¿qué significa ser organista?: «En la iglesia, el organista tiene la labor de acompañar la liturgia, pero para hacerlo bien tiene que estar plenamente convencido de lo que está transmitiendo a través de la música. El organista debe creer fielmente en lo que supone la aportación musical dentro del templo, que tiene una finalidad como la de la Unción, la de lograr que las personas se sientan arropadas y armonizadas en sus creencias religiosas. Es fundamental que el organista de iglesia (que, por cierto, no existe como carrera en España) tiene que saber armonía, tiene que saber improvisar, tiene que saber acompañar, pero sobre todo tiene que tener la capacidad de transmitir la realidad teológica y contribuir a que el pueblo entre en el Misterio que se está celebrando, incluido también el sacerdote».
«Para que el órgano ayude, para que verdaderamente sea efectivo, creo que el organista tiene que tener esa dimensión transcendental, si no, malamente… Lo que tenemos que hacer lo organistas es procurar que el órgano, que además está bendecido (y por lo tanto es sagrado), sea un instrumento que ayude a todos. Por eso es necesario que vuelva a nuestras iglesias de manera natural, ya que ha estado muchísimo tiempo apartado», dice.
Y llegados a este punto, una vez que Jesús Ruiz nos demuestra la importancia de la música en la Iglesia y comprobamos que su función no es una mera figura más, nos comenta que la autocrítica es necesaria y, por supuesto, también hay que aceptar la crítica: «Cuando yo llegué a la Basílica, la música estaba marginada; pero eso ha cambiado. Ahora la gente está cada vez más familiarizada con ella y es más exigente». Entonces –preguntamos– ¿cómo sería la Basílica sin el órgano?, y Jesús nos contesta: «Como dice un fraile amigo mío, un entierro».
En otro orden de cosas, la curiosidad nos invita a preguntar al maestro organista sobre los grandes compositores de su preferencia y él no duda en darnos algunos nombres: «Juan Sebastian Bach (siglo XVIII), siempre será un referente. Francisco Correa de Arauxo (siglo XVII). Me emociona muchísima César Franck (siglo XIX). Y últimamente me estoy sintiendo muy identificado con la música de Maurice Duruflé (siglo XX)».
PROYECTOS DE FUTURO
Y para terminar, nos habla de sus iniciativas futuras: «El proyecto de mi vida es construir un órgano en Jesús de Medinaceli a partir de lo que hay existente y del valor patrimonial, de manera que la basílica tenga un órgano a la altura de la institución. Después de diez años, que hago en 2021, lo que se trata es de conservar parte del material patrimonial que tiene, especialmente la tubería, y construir un nuevo órgano. Y ya estamos en fase de concurso, es decir, se ha pedido presupuesto a los organeros más notables de España y también a una representación de otros países. Todo ello está respaldado por una comisión de prestigio, que valorará los proyectos y controlará que todo esté en su sitio, que salga bien».
Además, nos apunta, «tengo pendiente también dos proyectos más, de los cuales tengo ya escritas algunas cosas: uno es para una improvisación, y otro es una composición para la inauguración de un órgano en la parroquia del Santo Cristo de la Misericordia, de Valdepeñas, del cual yo estoy llevando el asesoramiento, concretamente se trata de un órgano que se ha adquirido en Alemania, un Nenninger de 1975».
‘Misterio de la Navidad’ en la Iglesia parroquial Santa María La Antigua, de Vicalvaro
En el marco del Ciclo internacional de órgano de Vicálvaro, patrocinado por la Junta Municipal de Distrito de Vicálvaro (Madrid) y organizado por la Parroquia Santa María La Antigua, el 20 de diciembre (18:00 h.), Jesús Ruiz presenta el acto ‘La Armonía del Universo. Siete improvisaciones sobre Nun komm, Der Heiden Heiland’, con él al órgano y textos del escritor y dramaturgo Juan Pedro Carrasco García.
Se trata de una puesta en escena en la que se evoca el Misterio de la Navidad. «Este año, el día 20 de diciembre, quería hacer algo especial, que uniera un poco dos artes: el teatro y la música. Para ello, los actores Davina Pazos y Francisco Cánovas, recrean una puesta en escena en la que se evoca al Misterio de la Navidad para que la gente pueda identificarlo con la palabra y la música. La intención es que los asistentes se sientan como parte de la representación, no solo como meros espectadores, ayudados por una ambientación especial a base de efectos de luz».