Tristemente famoso el año que termina. Triste por las muchas personas que se han ido por causa de la pandemia, triste por todos los que se ha quedado sin trabajo y sin medios de subsistencia, triste por los miles de empresas y tiendas que han tenido que cerrar y triste también por aquellos ciudadanos británicos que tienen que sufrir por causa del Brexit y que a partir de hoy tendrán que ser considerados como no-ciudadanos de la UE.
Gran Bretaña buscaba la soberanía. ¿La soberanía de quién? ¿De los millones de británicos que viven en España y en otros países de la UE? ¿Lo soberanía de los muchos millones de británicos que viajan por trabajo o por vacaciones a los países de la Unión y a partir de ahora tendrán que pasar control? ¿Soberanía para los camineros británicosque hasta ahora atravesaban sin control alguno el Canal de la Mancha? ¿Soberanía para los habitantes de Gibraltar?
No me dan ninguna pena los que votaron a favor de la salida de Gan Bretaña. Me dan pena los que tienen que sufrir contra su voluntad las consecuencias de una decisión egoísta de sus políticos. ¿Hablaban en serio, cuando los políticos británicos buscaban soberanía frente a lo que ellos llaman “esclavitud o dictadura de Bruselas» o se trataba de una burda excusa? ¿Acaso la UE la había obligado a Gran Bretaña a entrar en la UE, cuando lo estuvo solicitando de rodillas durante toda una década?
De soberanía hablan todos los euroescépticos y antieuropeos, también los españoles, y espero que no llegue el día en que nos dejemos embaucar y votemos a favor de la salida de la Unión, como hicieron los británicos. También espero que se suprima para siempre del Tratado de la UE ese artículo 50 que permite una salida tan fácil de la UE, mientras que para la entrada exige el voto unánime de todos los países. La UE es algo mucho más serio que un club de tenis al que se puede apuntar y del que se puede salir cuando a uno le place.
Las colas kilométricas de camiones en el puerto de Dover que hemos visto estos días, es la prueba más evidente de la escasa soberanía de que gozan los Estados europeos, y no porque se la haya quitado la UE.
¡Que no nos engañen los políticos nacionales con sus promesas de soberanismo trasnochado! En un mundo cada vez más globalizado resulta ridículo que los europeos hablemos de soberanías nacionales. Queramos o no, no nos queda otro camino que la integración europea El día de hoy pasará a la historia como un día negro para Europa y “negrísimo” para Gran Bretaña
Un rayo de esperanza para el año nuevo: en la medida de sus posibilidades y de sus competencias, la UE nos ha echado una soga, cuando estábamos ahogándonos económicamente, hace unos años, y sanitariamente en la actualidad, por no hablar de los muchos salvavidas que supone para jóvenes poder encontrar en otros países de la Unión un trabajo que la incompetencia de nuestros políticos nacionales les deniega.
Pase lo que pase, mientras estemos dentro de la Unión, siempre podremos confiar en que Europa estará ahí para echarnos un salvavidas.