No es a mí mismo a quien dirijo esta pregunta, pues yo lo tengo muy claro. Es al ciudadano, y digo expresamente “al ciudadano”, pues es el primero que tiene que tomar conciencia de lo que está en juego, una vez que los remedios caseros de los políticos a nivel de la UE se han mostrado ineficaces. Y, si no estamos convencidos, no vamos a actuar tampoco.
La solidaridad es una de las características, QUIZÁS LA MÁS IMPORTANTE, de toda democracia. Es la caridad cristiana, pero elevada a categoría de derecho, al estar reflejada en casi todas las constituciones y también en el Tratado de la UE: “Deseando acrecentar la solidaridad entre los pueblos”nos dice ya el preámbulo del Tratado de la UE. Claro que las constituciones suelen ser en muchos puntos letra muerta, como sucede con la Constitución española.
No voy a tratar de convenceros. Los argumentos no convencen. Es uno mismo el que tiene que convencerse a sí mismo en un acto de sinceridad consigo mismo y con la realidad. Si no estamos convencidos de que en la UE hay un alto grado de sinceridad, pensemos en las dos veces que nos ha tenido que rescatar Europa a los españoles. Miremos a nuestro alrededor y pensemos cómo se han cofinanciado muchas de nuestras carreteras y autovías y la mayoría de los túneles de nuestras ciudades. Esto es sólo un ejemplo. Y esta es la realidad.
Y digo esto porque se avecinan dos ataques frontales a la UE, a la que vulgar y a veces despectivamente llamamos “Bruselas”. Nos van a llover miles de millones de euros para reconstruir nuestra sanidad y nuestra maltrecha economía. Sin embargo, van a llegar atados a ciertas condiciones, y los políticos no van a poder utilizarlos como trofeos de conquista. Entonces van a surgir las críticas a “Bruselas” por parte de algunos políticos y, en consecuencia,va a aumentar el euroescepticismo entre los ciudadanos.
Estamos también a las puertas de otro hecho muy propicio para airear nuestro nacionalismo: la elección del presidente del Eurogrupo, con la ministra española de Economía ente los candidatos al puesto. Es de suponer que la elección va a ser plenamente democrática y que se elegirá a la persona más adecuada. Si Nadia Calviño sale elegida, no es para que echemos las campanas al vuelo. Y si no sale, no es para que lloremos. Lo importante es que en la UE nos gobiernen los mejores políticos, sean españoles o no. Los cargos en la UE no son canonjías que se tengan que repartir entre los países. Y os diré otra cosa: el hecho de que tengamos al frente de la UE políticos españoles no quiere decir que sean los mejores para España, aunque puede ser que sí lo sean para su respectivo partido político.