CILUSIONADOS

Las lecciones del coronavirus

Dos semanas de encerramiento forzoso nos han hecho tomar conciencia de la gravedad de la situación pero también de la gravedad de otras muchas cosas. El hecho de que estemos confinados dentro de cuatro paredes no quiere decir que tengamos los ojos cerrados. Conviene que lo sepan los que tratan de adoctrinarnos diariamente con aburridos y vacíos sermones en la tele.

Hablando en positivo, y para que el despertar no nos vuelva a pillar con el paso cambiado, he constatado, en primer lugar, que tenemos unos profesionales de la sanidad y unas fuerzas armadas (ejército y policía), además de muchísimos otros extraordinarios profesionales que nos están facilitando la vida estos días, que no nos merecemos. Para toda esta gente extraordinaria, ¡chapeau, chapeau y Chapeau, para todos ellos y también para sus familias, pues estoy seguro de que los grandes valores que nos están mostrando los han adquirido en sus propias familias

Por otro lado, tenemos unos dirigentes que sí nos merecemos, porque a estos sí los hemos votado, unos dirigentes elegidos por el pueblo español. Y frente al caos que estamos viviendo no nos lavemos las manos, y que cada uno asuma su responsabilidad. Yo me reservo mi crítica para otros momentos, pues creo que ya he dicho bastante. cuando recordé que se estaban cometiendo “crímenes de guerra”,

He constatado también con satisfacción que se está hablando a nivel de la UE de un sueldo básico universal. No tiene por qué ser y no debería ser necesariamente un regalo, pero el derecho a la vida debe estar por encima de todo. Este derecho es algo que tiene que plasmarse en la vida real, no sólo en las constituciones-

Otra lección interesante nos la ha dado la imagen del Parlamento durante la sesión del miércoles. ¿Habéis visto cuántos parlamentarios sobran? ¿Habéis pensado cuánto dinero se puede ahorrar en viajes, dietas, desplazamiento etc.? En el momento de las votaciones de los parlamentos, ¿es necesario desplazarse a Madrid para levantar automáticamente el brazo como un robot, siguiendo las órdenes de uno que los dirige? ¿No se podrían sustituir en los parlamentos unos robots que comen, beben, viajan, por otros robots que solamente cuestan al comprarlos, pero que después ni comen ni beben, ni se desplazan?Si ya los utilizamos en la industria, ¿por qué no utilizarlos en los parlamentos? El 95 % de los parlamentarios son totalmente reemplazables. No los echaríamos de menos, pues ni siquiera los conocemos.

El coronavirus nos ha mostrado mucha solidaridad, pero también mucho egoísmo, tanto a nivel de los ciudadanos como a nivel de los políticos, aunque a nivel de los políticos el egoísmo y el nacionalismo han predominado por encima de la solidaridad. No es admisible que China y Rusia sean más solidarias con Italia que los demás países de la Unión Europea- No es admisible que los países que por diversas razones más se han beneficiado de la existencia de la UE-Holanda y Alemania-se opongan constantemente a la creación de los coronabonos, es decir a unos instrumentos de deuda común de la zona euro, por muy justificada que pueda estar su actitud ante el despilfarro de los gobernantes de otros países. No pueden hacer pagar a losciudadanos la incompetencia de sus gobernantes.

Estamos en la era de las fakenews. Algo muy grave. Pero también es muy grave que en un momento de semidictadura en la información, nos oculten o nos tergiversen la verdad. También esto debería estar penado, lo mismo que deberían estar penadas las falsas promesas electorales que luego no se cumplen. Más grave que las fakenews es ocultar la verdad a los ciudadanos.

En el momento presente preferiría vivir en muchos países antes que, en España, y me siento muy español. ¿No os ha ocurrido nunca el tener ganas o estar a punto de saltar de un coche o de un autobús en marcha al ver cómo conduce el que está al volante? Pues esa es la sensación que tenemos actualmente muchos ciudadanos españoles.

En la era postcoronavirus todo deberá ser muy diferentes, Se impone el derecho a la vida, se impone el derecho a la verdad, se impone el teletrabajo, la videoconferencia, el voluntariadopolítico y la reducción delos políticos profesionales y de los cargos inútiles. Si empleamos el dinero en gastos inútiles, luego no tendremos para los gastos necesarios. Si nos pasamos los tiempos de bonanza haciendo de cigarra, no es extraño que durante el invierno la hormiga se nos ría a la cara.

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