Las ayudas del fondo de recuperación de la UE que tantos empresarios –desesperados– están esperando y que deberían estar listas para principios de año, puede ser que se retrasen y sólo Dios sabe hasta cuándo. Antes era Gan Bretaña la culpable, ahora lo son Polonia y Hungría, mañana puede ser cualquier otro país de la UE.
Si los fondos europeos llegan con retraso y, entretanto cientos de empresas tienen que cerrar y miles de trabajadores se van a la calle, la culpa la tendrán Polonia y Hungría, sí, pero también la tendrán París, Berlín, Madrid, Roma… y todos los gobiernos nacionales. En un 10% aproximadamente la culpa la tendría también nuestro jefe de gobierno, no porque sea socialista, pues podría haber sido igualmente del PP, sino porque forma parte del Consejo Europeo y el Consejo Europeo, por su organización interna, está bloqueando los fondos de recuperación. Esta es la pura verdad. Democráticamente, por esta y por otras razones, el Consejo Europeo deja bastante que desear
Por muy bien que haya hecho los deberes la Comisión Europea, hay algo en la UE que no funciona o que no funciona con la velocidad que se exige en el siglo XXI. Hay un cuello de botella en la toma de decisiones de la UE que se llama Consejo y Consejo Europeo, y que en refrán paladino se llama jefes de gobierno de los países miembros. Hasta ahora no he visto ningún jefe de gobierno de ningún país de la UE que pida la supresión del voto a la unanimidad o el derecho de veto. Y ahí está la raíz de todos los males de la UE. Ningún gobierno pide que se suprima, porque todos quieren guardarse ese as en la manda por si algún día tuvieran necesidad de él.
El voto a unanimidad o por consenso es en la mayoría de los casos lo más antidemocrático que existe pues uno los votantes, normalmente el más reaccionario los chantajea a los demás y obliga a los otros a hacer lo que él quiere. Lo hemos visto multitud de veces con Gran Bretaña, lo vimos hace poco con los Países Bajos, en cuando a los bonos europeos, y lo estamos viendo ahora con Polonia y Hungría. Estos dos países no quieren que la concesión de las ayudas del fondo de recuperación se haga depender de unos estándares democráticos que ellos no cumplen y deberían cumplir. Y han rechazado el presupuesto plurianual de la UE
Para mayor vergüenza, la UE, que viene haciendo gala de defensora de los derechos fundamentales y derechos sociales, y que lo es realmente, se ve chantajeada por unos gobiernos que actualmente no podrían entrar en la EU porque no cumplen con los requisitos mínimos pero que forman parte del Consejo Europeo. Y esta institución ya hace muchos años que debería haberse percatado de que esos bloqueos se vienen dando ya demasiadas veces. Todas las recomendaciones y amenazas que la Comisión ha hecho a Polonia han caído en saco roto. Y con Hungría sucede algo similar.
Si Polonia y Hungría bloquean al Consejo Europeo, es porque el Consejo Europeo, con su unanimidad, está bloqueando a la Comisión y a la UE. Donde las dan las toman. Y que cada palo aguante su vela.