Las relaciones entre el Getafe CF y el Ayuntamiento de Getafe son, por decirlo de alguna manera suave, de todo menos plácidas; quizás, tras la época de Pedro Castro, tormentosas. Ni siquiera de buena vecindad, a pesar de la publicidad que el club azulón aporta a la imagen nacional e internacional de Getafe. Del ‘vale todo’ de Pedro Castro al hasta aquí hemos llegado de Sara Hernandez, pasando por la indeferencia —por el fútbol y por el presidente del Club, Ángel Torres—, y la desidia de Juan Soler. No enmedarlo; mejor, no tocarlo.
Una reciente sentencia judicial de la Audiencia Provincial ha concedido una parte de la razón al Getafe CF en su disputa con el Ayuntamiento a cuenta del convenio firmado en enero de 2010 entre Ángel Torres y Pedro Castro. La entidad futbolística reclamaba 3,5 millones de euros de subvención por cada año desde el 2012, aunque el tribunal regional le ha ‘concedido’ solo 1,5 millones de euros . En este primer tiempo del partiode, el presidente ‘azulón’ le ha endosado un parcial de seis millones en contra de las arcas municipales que sostenemos todos los vecinos.
Ahora, tras el ‘varapalo’, el nuevo gobierno municipal, heredero del que firmó el convenio inicial, responsabiliza al anterior equipo de Juan Soler por no haber tomado cartas en el asunto. La disputa, entre tanto, ha llegado al Tribunal Supremo. El Ayuntamiento, para no pagar nada; y el Getafe, que sigue reclamando, —según el convenio inicial— la cantidad de 3,5 millones de euros por temporada. A todo o nada. Cero, seis o casi dieciocho millones de euros. ¡Se juega, señores!
La alcaldesa, Sara Hernández, ha explicado que tras el acuerdo del Pleno se considerará resuelto el convenio con el Getafe C.F. —que se suscribió en Enero de 2010—, desde el 31 de diciembre de 2011. Entre las razones se destaca la falta de acuerdo expreso que indica el propio convenio con la entidad deportiva. Bueno, en todo caso es una decisión que depende de la justicia. Con la justicia también se sueña; unos y otros.
Sin embargo, para no engordar los números rojos con el club en previsión que se considerase aún vigente el convenio, el Ayuntamiento llevará a Pleno una propuesta aprobada previamente por la Comisión de Hacienda para regularizar el uso en precario de las instalaciones municipales, del campo de fútbol y de la Ciudad Deportiva.
Ante la posibilidad de que el Tribunal Supremo, al que han recurrido las dos partes, pudiera entender que el convenio está vigente, el acuerdo plenario señalará el incumplimiento del convenio por parte del Getafe C.F. Entre los argumentos esgrimidos y que se utilizarán para dirimir el pleito se encuentran la ausencia de comunicación al Ayuntamiento de los contratos publicitarios en el ‘Coliseum’ o la falta de cesión al Ayuntamiento de las [100 o 200] entradas para los partidos que disputa el primer equipo, como una de las obligaciones que recogía el convenio inicialmente firmado con Pedro Castro.
Lo más grave de la situación, dentro de esa especie de limbo en el que se encuentran las relaciones del club y del Ayuntamiento sin que haya nada regulado sobre el uso del espacio público es el incumplimiento del convenio por la falta de mantenimiento por parte del Getafe CF de las instalaciones, así como del pago de los distintos suministros de agua, luz y gas, que el Ayuntamiento valora en torno a 300.000 euros anuales, la falta de cuidado de los vestuarios de la ciudad deportiva, o el uso compartido de esta última que contempla igualmente el convenio y el Getafe CF se ha negado a llevar a cabo. Por otra parte, estaría la dejación de funciones de los tres gobiernos municipales que se han sucedido sin que esa cantidad de dinero se haya exigido de algún modo fehaciente. Desde el año 2011, el Ayuntamiento ha subvencionado de forma encubierta al Getafe CF, fuera de convenio, con más de un millón y medio de euros al asumir indebidamente el coste de los servicios.
La alcaldesa, Sara Hernández, ha señalado que esta autorización «es temporal y transitoria hasta que recaiga la sentencia judicial que está pendiente, momento en el cual los representantes del Getafe CF deberán volver a sentarse con nosotros para regularizar, de acuerdo con los criterios del Gobierno Municipal y atendiendo a las necesidades deportivas del equipo, un uso bajo la legalidad necesaria. Esta autorización no supone en ningún caso una prórroga del convenio».
Se supone, —eso al menos pretende el Consistorio— que desde el acuerdo de Pleno, el Getafe CF pasará a hacerse cargo del mantenimiento y el pago de suministros de las instalaciones. Ya veremos… En lo que respeta a la ciudad deportiva de Getafe Norte, el Ayuntamiento también pretende que se respeten los horarios establecidos por el propio club para sus categorías inferiores, y así poder ceder las instalaciones libres a otras entidades de la localidad.
La alcaldesa, ante una decisión que podría malinterpretarse desde la escasa afición, se ha puesto la venda antes de la herida. Así, ha asegurado que «no podíamos permitir que se prolongara en el tiempo un uso sin la legalidad pertinente, cuando cada 15 días muchos y muchas vecinos de Getafe, van a disfrutar de su equipo, —y pelotea un poco para la galería—un equipo del que nos sentimos muy orgullosos. De esta forma ofrecemos seguridad jurídica también al propio club con la afición. El Getafe CF va a seguir jugando en el Coliseum, como ellos desean, como este Gobierno quiere y como desea también la afición». Nada se dice de reclamar las cantidades indebidamente adelantadas al Club. Un millón y medio de euros que son de todos los vecinos y no de la afición del Getafe o del presidente del Club, Ángel Torres.
La alcaldesa ha querido ponerse las medallas que dejó olvidadas Juan Soler y ha recordado que en agosto de 2015, se envió una carta al Getafe CF donde se le comunicaba al club la necesidad de compartir las instalaciones dos horas al día con otras entidades deportivas del municipio, algo a lo que se negaron. En diciembre de 2015 se remitió otra misiva desde el Ayuntamiento donde se señalaba la necesidad de regularizar el uso de las instalaciones. Ni caso. Ángel Torres también sueña con una sentencia en el supremo con la que torcer la voluntad de los políticos. Al fin, mientras el equipo esté en Primera División, parece intocable. Pero eso, como todo, no será eterno. Todo pasa…