GETAFE

Vecinos de Getafe recogen firmas para que regresen las cigüeñas a la torre de la Catedral

Una vecina de Getafe, Ángela Rodríguez, ha iniciado una recogida de firmas en el portal www.change.org contra la retirada del nido de cigüeñas de la torre de la catedral de la Magdalena, que se ha producido tras una solicitud de la Base Aérea por motivos de seguridad, según informó este medio.

En la tarde del pasado día 8 de febrero se llevó a cabo la retirada del nido «por una empresa autorizada y especializada en estas tareas»; actuación que se llevó a instancias de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, considerando que era el momento adecuado, ya que queda fuera «del periodo reproductor de la especie».

Esta decisión se ha llevado a cabo una vez estudiado el informe de seguridad elaborado por la Base Aérea de Getafe y la compañía AIRBUS, al haber constatado que la presencia de estas aves en las pistas y sus alrededores pueden derivar en colisiones con las aeronaves que operan en las mismas, «lo que constituye situaciones con un alto potencial de riesgo, por verse producidas en maniobras especialmente críticas, como son las operaciones de despegue, aproximación y aterrizaje». Todos los años se registra algún incidente, si bien hasta la fecha solo han ocasionado daños materiales a las aeronaves, aseguran las fuentes consultadas.

Hasta la fecha, la solicitud de Ángela Rodríguez dirigida al Ayuntamiento de Getafe, al Gobierno central y al Ministerio de Medio Ambiente, ha recogido 391 firmas de vecinos. En la carta de petición se alega que «el nido llevaba en la torre «muchos años sin ocasionar problemas a la torre de la catedral ni al vecindario»

Además, en la breve de la petición, Ángela añadió que todo el vecindario esta en desacuerdo con esta decisión, ya que «tiraron el nido sin contar lo que podía provocar a las cigüeñas que son un símbolo y que llevan toda una vida en la catedral». Otra vecina, Arancha Castillo, también firmante de la petición, ha dicho que «me parece una canallada por que moleste a no se sabe quién. Tiraron el nido sin contar lo que podía provocar a las cigüeñas.Toda una vida lleva ese nido en la catedral; para mi es simbólico. Qué vergüenza, dejar a las cigüeñas y a sus hijitos sin ubicación y dando vueltas.Que pena más vale que se fijen en cosas peores que hay en Getafe no en unos animales que no hacen ningún daño».

Según otro vecino firmante, Ángel Rodríguez, «las cigüeñas han estado en la torre desde la antiguedad, incluso en los periodos en que los vuelos de aeronaves eran muchísimo más frecuentes que en la actualidad, que son puramente testimoniales. Además —continúa la argumentación este vecino—, a la vista de la autorización concedida por la Consejería de Medio Mmbiente de la Comunidad de Madrid, no queda claro que la retirada del nido se haya realizado en la fecha apropiada»

 

Miguel Gómez tras la reparación de la parte superior del chapitel de la torre de la Magdalena en agosto de 1946. Obsérvese la escalera que hubo que montar para llegar hasta la parte superior

La Magdalena y los aviones

El 9 de noviembre de 1926, según relata Manuel de la Peña en su libro ‘Medio siglo de Aviación en Getafe’, el vértice superior del chapitel que remata la torre de la Magdalena quedó ‘tocado’ por el tremendo ‘porrazo’ de un avión; la cruz y la veleta quedaron torcidas mientras que la bola de 80 cm. de diámetro se desprendió cayendo en la casa de los Valtierra que hacía esquina a la plaza y a la calle Magdalena.

El avión acabó su peripecia en lo que hoy es la calle Rayo; buena parte del pueblo fue corriendo hasta allí. El piloto de la aeronave era Buenaventura Pérez Porro, suboficial de complemento del Grupo de Combate. A pesar de las heridas de gravedad, con la pérdida de un ojo, las ansias de volar de Porro eran tales que obtuvo un permiso de Alfonso XIII para volver al servicio activo.

No era la primera vez Pérez Porro se caía del cielo. Durante el desembarco de Alhucemas, un año antes, su avión fue derribado sobre el mar. Ni tampoco el último. Con tan mal ojo, claro, en el año 1930 se dio un ‘porrazo’ con otro avión en Cuatro Vientos. Su destino, como no podía ser de otra manera, estaba escrito.
El pertinaz —y ya comandante— Pérez Porro, murió en Getafe el 20 de abril de 1950 a consecuencia de otro ‘porrazo’ cuando se preparaba para un concurso acrobático con una avioneta Jugmeister.

La reparación del chapitel se produjo cuando a finales de 1945 el Cabo Montador Electricista Miguel Gómez , destinado en la Base Aérea de Getafe, harto de ver el lamentable estado en que se encontraba decidió ‘hacer algo’ acabando en agosto de 1946 el arriesgado trabajo. Al final de su trabajo se fotografió en el chapitel a modo de ‘giraldillo’. En la bola se realizó una inscripción en recuerdo del esforzado ‘manitas y de su heroica reparación.

Miguel Gómez se jubiló con el empleo de capitán en Getafe, donde también falleció.

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