DI VINA COSECHA

Malditas obras

Las obras que inició el anterior Gobierno Local de Juan Soler están gafadas. Quizás, por culpa de las prisas de última hora o de la incapacidad de los que tenían responsabilidad sobre los proyectos.

La remodelación del Centro Municipal de la Mujer, en la calle San Eugenio, que tenían un plazo de ejecución de dos meses y, por tanto, debía estar finalizadas el 22 de diciembre de 2014, siguen su ritmo cansino. El equipo de Sara Hernández acaba de concederles dos meses más. El anterior ejecutivo tambie´n prefirió sancionar el retraso y no resolver el contrato. Es la leche. A estas alturas, la constructora Inmaquel acumula un retraso de siete meses por unos trabajos valorados, según la adjudicación, en 114.000 euros. En total, 11 meses para unos trabajos que ellos mismo se comprometieron a realizar en dos. Lo mismo, la sanción por retraso es mayor que las certificaciones a cobrar.

Las obras del Teatro Madrid estaban paralizadas prácticamente desde los días previos a las elecciones locales por los precios contradictorios reclamados gracias a un proyecto defectuoso y porque la adjudicataria, Dragados, no ha cobrado ni un euro hasta el momento. La Junta de Gobierno Local ha dado marcha a tras en uno de los proyectos bandera del equipo de Juan Soler. Entre unos y otros, el agujero será de dos millones, más o menos. Los precios contradictorios son responsabilidad del arquitecto, … y de la propia constructora que seguramente lo conocía desde cuando valoró los trabajos.

Los trabajos para ejecutar el futuro colegio Miguel de Cervantes, en los Molinos, se han adjudicado con meses de retraso a la tercera oferta tras incumplir las dos primeras. Así, el colegio estará operativo, como muy pronto, para el mes de enero, después de las vacaciones de Navidad.

Las obras de remodelación del antiguo colegio Ramón y Cajal en el Sector 3 para Colegio de Educación Especial, al igual que las anteriores, han venido a mostrar de nuevo un proyecto y un presupuesto incompleto. Seguramente, ni el arquitecto redactor del proyecto ni los responsables de urbanismo se percataron (porque no lo habían visitado) que las ventanas no tenían doble acristalamiento, que la potencia eléctrica era insuficiente… Suma y sigue; tiempo y dinero.  ¿Es que los arquitectos ya no saben hacer proyectos o es que lo hacen a propósito?

Las de remodelación de la Plaza Tirso de Molina (futura Plaza de Pedro Cid) también han sido paralizadas por el Gobierno Local para pactar con los vecinos pequeños cambios entre los que se han citado la nueva ubicación de los parasoles y los bancos…

Es la maldición del ladrillo; de los que se han ido y de los han vuelto.

 

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