GETAFE

Marcial Donado, historiador y constructor de catedrales

Marcial Donado junto a la maqueta de la Iglesia de Arenas de San Juan, donde reside desde 1997

Hay aficionados que hacen maquetas de edificios públicos; incluso, arquitectos que llevan sus proyectos del papel a las tres dimensiones a base de madera de balsa, contrachapado, segueta, cola de carpintero y pintura acrílica. Y hay maestros de obras O constructores de catedrales, capaces de dar vida a los monumentos, a escala reducida, gracias a la madera de olivo y al metal trabajado de forma artesana. Marcial Donado López es uno de ellos. Es un hombre, diríamos, del renacimiento; un artista polifacético que ha cultivado a lo largo de su vida la pasión por la historia local, la construcción de edificios emblemáticos en madera, la pintura, el dibujo y la fotografía. Tiene su corazón desdoblado entre Getafe y Arenas de San Juan, en Ciudad Real, donde reside desde finales del siglo pasado.

Marcial Donado nació en Valdepeñas hace ochenta años, aunque se siente de aquí. No es de extrañar. Es la historia repetida de muchos emigrantes, del aluvión que llegaba del agro manchego, extremeño o andaluz a la ciudad en busca de un futuro laboral mejor. Aquí fue ‘quinto’ y conoció a María, la que sería su mujer y compañera; aquí empezó a trabajar en Construcciones Aeronáuticas, se casó y tuvo cuatro hijos [getafenses]. Getafe ha sido su ciudad adoptiva durante más de 45 años, hasta que en 1997 se trasladó al pueblo natal de su esposa, Arenas de San Juan.

Maqueta del Hospitalillo de San José

A pesar de su oficio de matricero, su espíritu inquieto, su afán por investigar y hurgar en los archivos y bibliotecas, ese halo del ‘quattrocento’ que le agitaba por dentro le llevó a desempolvar antiguos legajos y revisar o clasificar documentos centenarios que se arruinaban por el moho y la suciedad en las dependencias del Hospitalillo de San José o en la entonces iglesia parroquial de La Magdalena. No era una tarea fácil, ni cómoda. La necesidad de desentrañar la escritura antigua de los llamados ‘becerros’ por la piel que encuadernaba los libros antiguos, le llevó a cursar durante un año y medio estudios de paleografía.

Marcial Donado es, junto a otros nombres como Manuel de la Peña, José Fariña Jamardo, Lorenzo Azofra o Victor Manuel Muñoz, parte destacada de esa pléyade de vecinos interesados por la historia getafense. Su primer libro, ‘Notas sobre San Eugenio, la Iglesia Chica’ fue publicado por el Grupo de Empresa de Construcciones; tuvo tanta aceptación, que tuvo que ampliar y enriquecer la edición con nuevas aportaciones que se tradujeron en ‘El Getafe de la Iglesia Chica’, quizás uno de sus mejores trabajos, dentro de un extenso catálogo de libros publicados e inéditos.

Maqueta de la antigua iglesia de San Eugenio, en la Plaza del General Palacio, la ‘Iglesia Chica’, hoy desaparecida

Sus trabajos históricos están documentados con celo, respaldados por la investigación rigurosa del archivero, llenos de citas y textos antiguos; quizás, esa prolija labor de arqueología historiográfica que le otorgan las fuentes originales, pesan sobre la claridad de sus textos, reservándolos casi en exclusiva a los escasos interesados en los temas históricos que trata. Hay que destacar de él, en contra de las prácticas de otros ‘historiadores’ locales, el rigor de su trabajo al publicar la relación de las fuentes y la bibliografía utilizada. No es vano el asunto, en un mundo en el que muchos toman y usan obras ajenas que presentan como propias. El plagio se extiende como una especie de peste intelectual.

Maqueta de la Catedral de la Magdalena

Constructor de catedrales

Marcial Donado, como se puede comprobar en las fotografías, es un consumado constructor de iglesias. Además de templos, que con el tiempo se han convertido en catedrales como La Magdalena, también ha realizado tallas —asegura que más de 40.000 figuritas— y cofres u objetos preciosos a base de madera y metal. También pinta, dibuja y hace fotografías, unas aficiones a las que no ha dedicado el tiempo y el afán que a sus dos grandes pasiones: la historia y las maquetas.

¿Cómo empezó su afición por estos trabajos manuales? «De toda la vida. Trabajaba como matricero en Construcciones. Lo primero que hice, creo, fue un tablero de ajedrez»; luego sus figuras, la Iglesia Chica, La Magdalena… Donado explica que cada uno de esos trabajos le ha llevado, como si fueran pequeños ‘escoriales’, una cantidad enorme de tiempo. Pero ¿cuánto? «A la de la Magdalena le dediqué más de 700 horas. Fue un trabajo arduo y afanoso».

Marcial Donado empleó más de un año, un par de horas al día, todos los días de la semana, en levantar la Catedral de la Magdalena. Los prolegómenos de su precisa tarea los dedicaba a la toma de datos y de fotografías. «No exagero si digo que de la Catedral, entonces iglesia Parroquial, hice unas setenta u ochenta fotografías, para los detalles y para calibrar las proporciones del monumento; luego realizaba una prueba en cartón. Y, si la consideraba correcta, empezaba el trabajo». Donado no maneja aglomerados ni contrachapados. Juega con materiales nobles, auténticos, sin trampa ni cartón: madera de abedul, haya, cedro canadiense, nogal u olivo. Y metal.

Es un trabajo preciosista que no elude ningún elemento. El tejado tiene unas 4.000 tejas del tamaño de una uña pequeña; no faltan los detalles como la veleta, la cruz o las campanas; «no compro los detalles en el chino ni son adornos de navidad». Tanto las campanas como las verjas o los adornos están realizados gracias a su maestría como matricero. Varilla metálica y chapa, taladro, fresa, lima y sierra. Es pura artesanía, sin piezas falsas ni postizos. Las puertas metálicas están ejecutadas como el trabajo de un herrero en hierro forjado.

Marcial Donado ha realizado unas diez o doce maquetas, aunque las más llamativas son la Catedral de la Magdalena, la Iglesia de Arenas de San Juan, el Hospitalillo de San José o la antigua Iglesia de San Eugenio.

Libros publicados e inéditos

De su ingente producción, Marcial Donado tiene una parte publicada y otra, casi mayor, inédita que el autor encuaderna y etiqueta con un depósito legal (solo para ocho o diez ejemplares) y la advertencia de su propiedad intelectual. Espera el autor que «quizás, algún día, entidades vinculadas con Getafe se interesen en su publicación (con el debido permiso del autor)».

Entre sus trabajos con autoría compartida podemos citar ‘Hospital Mayor de Mendoza desde el siglo XV al XX’, ‘Historia de la Iglesia Catedral de la Magdalena Getafe 1996’, ‘Con los carreteros del Buen Getafe’ y ‘Guía Bibliográfica de Getafe’ (los cuatro con Victor Manuel Muñoz), ‘XXV aniversario de la Peña La Amistad’ (con Francisco Gómez Marón) o ‘Ntra. Sra. de los Ángeles; leyenda, historia y vida hasta comienzos del siglo XX’ (con Manuel de la Peña).

Entre los trabajos firmado en exclusiva están, algunos publicado y otros inéditos, ‘La Ermita de Ntra. Sra. de la Concepción (Cementerio Viejo de Getafe)’, ‘El Getafe de la Iglesia Chica 1985’, ‘Demografía de los siglos XVI, XVII y XIX’, publicado en el Boletín municipal, en el que brindó una primicia histórica, aportando nombres, parroquia, concejo y estado de los treinta y un milicianos del Regimiento de Oviedo que fueron fusilados y enterrados en Getafe la noche del 20 al 21 de julio de 1823. También hay que citar ‘Getafe en el siglo XIX’ con la transcripción del censo de 1889, ‘La noche del adiós (Construcciones Aeronáuticas, su historia, su éxodo, records, modelos fabricados y otra historias)’ o ‘Matrícula de la Magdalena, siglos XIX y XX’.

También ha publicado algunos trabajos sobre la localidad que que le acoge. ‘Arenas de San Juan desde sus orígenes más remotos hasta nuestros días’, ‘Álbum Familiar Arenero’, ‘Arenas de San Juan, un siglo de historia‘, publicados por el Ayuntamiento de la localidad.

El último trabajo que el propio Marcial Donado ha añadido a la lista de libros inéditos, pendientes de pasar por la imprenta, es ‘Historia de Nuestra Señora de los Ángeles 1610-2018′, un trabajo que presentó hace más de un año al Ayuntamiento de Getafe y a la Congregación de la Virgen de los Ángeles. En ningún caso ha obtenido respuesta; ni siquiera negativa.

Requerido por esta falta de contestación, asegura sentirse un poco maltratado. Nadie es profeta en su tierra, ni siquiera en la de adopción. Pero también es claro: «ahora, a estas alturas de la vida, me importa un bledo».

Mantiene, como es lógico, contactos con numerosos amigos de Getafe y, especialmente, con los fundadores y colaboradores del grupo ‘Hablemos de Getafe’, con los que ha colaborado en alguna ocasión para tratar sobre una de sus pasiones: la historia de Getafe.

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