El intrépido exsecretario general del PSOE está comprobando en sus carnes prietas, modeladas a golpe de gimnasio y playa, la lógica del poder y, de primera mano, la traición de los que hasta ahora le daban palmaditas y le reían las gracias. ¡Qué gracioso se creía, tan cerca de pasar a la historia de España; sí, a la historia de España, con mayúsculas. Suárez, González, Rodríguez y, claro, Sánchez, dejando a un lado de la heráldica presidencial a apellidos con más raigambre y abolengo —de los del NoEsNo—, como los Calvo Sotelo, Aznar o Rajoy. Oportunidad histórica, confluencia planetaria, hoy al parecer descartada totalmente.
Perdidos Getafe, Fuenlabrada, Móstoles —del cinturón rojo— y otros municipios importantes en la ‘defensa de Madrid‘, el sector ‘sanchista’ se ha atrincherado, reducido a la mínima expresión, en Alcorcón. Y para dar más empaque geográfico a la resistencia a vascos y andaluces, el grupo de los pocos dirigentes que aún le son fieles, se han constituido como ‘Plataforma Madrid con Pedro Sánchez’. Poco Madrid, ciertamente.
No pasarán, dicen las pancartas de los que esperan en Alcorcón a los ejércitos del norte y del sur, como si volviera el terror a la llegada de regulares y legionarios. No sabe Pedro que el enemigo no es el del no, el verdadero enemigo está siempre dentro. ¿Y qué hacer? Poco o nada. No sirve vigilar. Con el enemigo interno solo cabe el exterminio [político]. Llegarán y arrasarán las trincheras. Susana Díaz, rememorando al general Mola en los primeros días de octubre de 1936 ante la idea de tomar pronto Madrid, ha reservado mesa en un local cerca de la calle Ferraz y ha pedido que le vayan poniendo un café en una taza de loza fina de La Cartuja. Mola nunca llegó, pero hay quien le puso la infusión, con su cucharita y su azucarillo, en un velador de la Puerta del Sol. Y se reían los milicianos leales y los tipos más castizos de las peligrosas calle de Madrid ante el desafío del general rebelde mientras caían obuses como si lloviera… ¡Ay Susana, ay Susana…!
El ejército del otrora líder y campeón del #noesno, junto a Sara Hernández, Manuel Robles y David Lucas, está menguado. La citada plataforma, aunque a lo malo, malo, se queda solo en plata, ha convocado un acto de apoyo al defenestrado político y candidato a las primarias que tendrá lugar próximo lunes 13 de febrero —al menos no es martes para los supersticiosos— en la Agrupación Socialista de Alcorcón. Un mitin que contará con las intervenciones de los diputados socialistas Odón Elorza y Adriana Lastra así como de la secretaria general de PSOE Alcorcón, Natalia de Andrés. ¿Solo? Parece el chiste aquel en el que un personaje, agarrado a un arbusto como único sostén antes de caer al precipicio, pedía ayuda; y que tras oír la voz divina que le anunciaba su salvación, gritaba como un loco «sí, sí, pero ¿no hay nadie más?»
No se espera que acudan los dirigentes socialistas que solo hace tres meses formaban a las órdenes de Sánchez; ni siquiera a saludar; oye, lo siendo Pedro… el sillón es el sillón… más allá de lealtades. Nada de nada, al margen de negar al contrario, había en el batallón de Sánchez . Un proyecto sin fondo. Más parece que, —dirigiéndose a Susana aunque sea a través del interpuesto Patxi, ¡ay Susana!, ¡oh Susana!—, están rememorando , las canciones de la guerra de Marruecos y, luego, de la última guerra civil; ahora, renovada disputa, entre socialistas… «si me quieres escribir, ya sabes mi paradero; en el frente de Getafe, primera linea de fuego,..» Y si hace falta le ponen el café de la traición y la burla.
Ya conoce [de sobra] Susana que el ejército de Sánchez está diezmado, en desbandada, sin jefes ni oficiales; han echado a correr como conejos asustados, huyen de su anterior líder como si tuviera la peste bubónica; pendejos y pendejas.., dicen en las tabernas y restaurantes que pueblan la orilla del Guadalquivir al otro lado del puente de San Telmo. ¿No queda ningún alcalde de Madrid con Pedrito Zánchez? Qué asco de café,.. digo de política. Póngame uzteh una manzanilla de Zanlúcah y unos pescaítos de Cáiz que ya voy pallá.
