► Mientras la UE controle nuestras finanzas, pero no controle nuestros niveles de paro, no gozará de la simpatía del pueblo español.
La presidenta de la Comisión, la alemana von der Leyen, apela a la colaboración ciudadana para poder decidir hacia dónde queremos que vaya la Unión Europea. Ya es un gesto muy positivo el que se quiera contar con los ciudadanos para algo más que para elegir cada cuatro años a unos parlamentarios que en el mejor de los casos apenas conocemos y que están maniatados no sólo por sus respectivos partidos nacionales, sino también por el Consejo la Unión, que son los gobiernos nacionales. Espero que este gesto no quede solamente en eso, en un gesto. Espero también que la primera mujer que dirige a la Comisión, es decir al ejecutivo de la Unión, tenga un poco más de sensibilidad social que la mayoría de sus predecesores masculinos.
Me imagino que la mayoría de los ciudadanos queremos una Unión Europea que funcione y que resuelva los problemas. Y para conocer los problemas de los ciudadanos, la Comisión Europea no necesita esperar a que respondamos. A través del Eurobarómetro, puede saber periódica y perfectamente cuáles son los problemas y los intereses de los ciudadanos.
Pero, antes de poder decir qué UE queremos,tenemos que saber qué es la Unió Europa y qué es lo que nos puede dar. Previamente tenemos que sentir que la UE es algo nuestro. Una asignatura obligatoria en toda la UE sobre los valores que representa la Unión, así como una fiesta común en toda la Unión -el día de Europa- podrían ser el primer granito de oro
Mientras tengamos que escuchar todos los días en los telediarios si hace frío o no en el pueblo más remoto de Estados Unidos y no se nos mencione siquiera a los países de nuestro continente ni a la UE, Europa seguirá siendo algo muy lejano.
Una UE que funcione tiene que ser mucho más ágil en sus decisiones. Con las estructuras actuales, cuanto más aumente el número de países de la Unión, más difícil será la gobernanza. O se cambian las estructuras o se prohíbe la entrada de nuevos países. Una Europa que funcione no puede ser la Europa actual, en la que las competencias nacionales y comunitarias está tan mezcladas y tan mal delimitadas, que, unos por otros, la casa queda siempre sin barrer.
Se impone una Europa a dos velocidades:países que quieren ir más deprisa hacia una integración política y otros países que no pueden seguir ese ritmo o quieren quedar estancados en la situación actual. Ni siquiera es necesario modificar los tratados, pues esto ya está previsto en ellos a través del mecanismo de cooperación reforzada. Si se hubiera actuado este mecanismo, quizás no se hubiera producido la salida de la Gran Bretaña
Antes de poder decir qué Europa queremos, tenemos que saber qué es lo nos aporta o puede aportar la UE. Mientras Bruselas sea el chivo expiatorio de la incompetencia de nuestros políticos nacionales, no tendremos una visión objetiva de lo que significa una Europa unida. Mientras no podamos elegir directamente al presidente de la UE, es decir al presidente del Consejo, los ciudadanos no van amostrar interés por las elecciones europeas ni por la UE.