Si configurásemos un mapa actual de los agentes vecinales, municipales o sociales que están en pie de guerra con Santiago Llorente, tendríamos que pintarlo casi a escala real para meter a todos. Nos referimos, entre otros, a los trabajadores municipales (que se ven obligados a pelear diariamente por hacer valer sus derechos laborales) a los que este Gobierno socialista y comunista quiere asfixiar a base de privatizaciones, a los sindicatos (a los que, como a tantos otros, da portazos literales), a todos los vecinos usuarios de instalaciones deportivas y el nefasto estado en el que nos las encontramos cuando vamos a entrenar, a las madres y padres de colegios y escuelas infantiles a los que expulsa del Pleno de manera totalitaria e impropia de alguien que se reclama como demócrata, a los vecinos de La Fortuna de los que se ríe en su cara cuando asegura que les ha puesto unos servicios médicos de urgencias, pero a lo que se ha limitado es a plantar una ambulancia (UAD) en la calle, ¿ese es el trato que merecen?
A los que tiene contentos, como habitúa, es a los de su cuerda. A las gentes de partido y que no saben hacer otra cosa sino mamar de los pechos políticos de Llorente. Sin ir más lejos, sus directores irregulares, según sentencia judicial, se siguen levantando más de 50.000 euros.
Ahora, a esa larga lista de descontentos con la gestión (eufemismo de las tropelías que hace el alcalde al que le tienen que poner vallas por Leganés quejándose de su persona) se pueden unir todas las gentes amantes de la cultura (desde las tablas o desde las butacas) y concretamente del noble y necesario arte del teatro. Nos quedamos sin él, más allá de la recalcitrante programación archiconocida y con olor a naftalina que generan desde la delegación de Cultura. Así las cosas, los cierres de los teatros están echados. Se ha encargado de bajarlos el sucedáneo de alcalde con el que cuenta Leganés. Adiós al teatro de barrio, adiós al teatro solidario, adiós a cualquier uso por parte de los vecinos de los teatros del municipio.
Pero, la desastrosa gestión que está llevando a cabo el Gobierno local (PSOE e IU, no voy a poner la coletilla de “CM” porque Rubén Bejarano da rueda de prensa de su aniversario en el Ejecutivo con carteles de “IU” detrás) no sólo los lleva a cerrar teatros sino que han tenido que suspender todas las funciones y actuaciones que estaban previstas desde finales de septiembre hasta el 2017. Al principio habían dicho que sí (se hicieron las reservas con distintas compañías, asociaciones, etc) y luego que no, por lo que tuvieron que ir anulando compromisos; lo cual es más penoso si cabe. Personalmente, tengo la suerte de formar parte de CREPASO, una compañía teatral 100% solidaria. Llevamos actuando mucho tiempo en Leganés. Absolutamente todo lo que se recauda en nuestras obras va destinado, íntegramente, a las asociaciones que participan. CREPASO no es una opción amateur (lo cual es muy respetable también), es una opción profesional, pero solidaria. Es decir, la gente que conforma el proyecto tiene idea de lo que supone caminar sobre las tablas que levantan un escenario. Pues bien, una nueva obra marcaba el calendario más inminente de CREPASO, el 14 de octubre en el C.C Julián Besteiro de Leganés. Una de las asociaciones que estaba gestionando la reserva del teatro era la Asociación Canina de Leganés. Prácticamente, a unas dos semanas de la función, la persona de la asociación que estaba con el papeleo de la reserva, me llama y me dice que desde el teatro aseguran que hay que anularla. Lógicamente, a un chaval de toda la vida de Zarzaquemada poco le sorprende ya la de cosas que pueden ocurrir en Leganés. Sin embargo, eso no quita para que moleste.
En esta tesitura, me corresponde, de manera personal, llamar al Ayuntamiento para conocer qué ha pasado. Pido que me pasen con Cultura. Hablé con dos funcionarios (que me trataron de manera formidable y muy atenta) y les expuse el tema. Lo que me figuraba (aunque obviamente no comparta la excusa que rompe las reservas): la falta de dinero. La primera persona con la que hablo, de la Unidad de Cultura, me comenta que “seguramente, a partir de las 15h, yo tenga la misma opinión que usted sobre el concejal de Cultura”, señoría no hacen falta más preguntas. Me pasan con Miguel Ángel Villaverde, jefe de sección técnica de Cultura. Me dice que “me fastidia igual o más tener que suspender actuaciones”. Hablamos sobre los 15 minutos, aunque poco podíamos hacer. Somos una compañía autosuficiente. De la misma forma que las demás reservas, compramos nosotros el material, la cartelería… ¿Qué pone el Ayuntamiento? Las horas del técnico. Si queremos tirar por lo alto, eso vale sobre los 100 euros. ¿Es mucho o poco? Como todo en la vida depende de con qué lo compares.
Pero, lo vamos a comparar con el dinero que gasta este Ayuntamiento. Llorente se ha gastado este abril 26.000€ para una corrida de toros que promueve el maltrato animal. Se ha gastado en julio 2,5 millones de euros en una oscura subvención al CD Leganés, club privado y que se embolsa 40 millones de euros en concepto de derechos audiovisuales. Se han gastado 38.000 euros en un evento en La Cubierta que resultó raquítico desde el punto de vista del aforo. Cada director general irregular de Llorente se levanta más de 50.000 euros al año (todos puestos a dedo y con vínculos al partido). Un director de la Asesoría Jurídica puesto a dedo y que como sacamos a la luz, cobra cerca de los 100.000 euros. Llorente ha puesto en marcha una publicación partidista, con el dinero de todos, y que cuesta al vecino más de 100.000 euros. Llorente va a contratar a un fotógrafo personal, a cargo del contribuyente, por 50.000 eurazos y que como ya adelantamos en este medio, tiene vínculos partidistas. También como hemos destapado, Llorente lleva gastado en comidas cerca de los 3.000 euros gracias a la Visa del Ayuntamiento. Avisamos: en breve, habrá otra edición de las comidas del alcalde. Banquetes de los que se niega a decir a quién invita, pero en este periódico ya hemos destapado a algunos, como poderosos empresarios y de fuera de Leganés.
Estas son algunas cifras. Después de ellas, ¿es mucho 100 euros para cultura y solidaridad? Cuando le quitas la cultura a un pueblo, le apagas. Seguramente, así lo quiera Llorente y secuaces. Obrar así es de ser todo un sátrapa. Ya le califiqué otrora con este adjetivo y hace poco un concejal de la Oposición también y se molestó sobremanera. Llorente, o buscas su significado en el diccionario o deja de lamentarte. Es de ser todo un sátrapa suspender el Pleno cuando van las madres a protestar por el lamentable estado de los colegios y ni les escuchas, lo mismo con los trabajadores municipales. Ostentas un récord: ser el alcalde de Leganés que, en menos tiempo, más plenos ha suspendido y ha celebrado a puerta cerrada. Por cierto, pleno y puerta cerrada son conceptos antagónicos. Esa actitud es de sátrapa que se sirve de su sillón para consentir estas tropelías.
Sí hay dinero. Para arreglar las instalaciones deportivas, arreglo de colegios, ayudas sociales, para la cultura, no. Lo hay para lo que lo hay. Para mantener a la nutrida tropa de cortijeros de este alcalde y sus caprichos a costa del riñón de los vecinos.
Molesta mucho que esta semana nos llegue el IBI (ese impuesto que el concesionario de La Cubierta no paga y se lo perdonan), pero tengamos los teatros cerrados. Todo un cuadro que cada día pinta más exasperante. Tenemos dinero para poner la noria más grande de España en las presentes Fiestas de San Nicasio, pero no para poner un servicio de urgencias como merecen los vecinos de La Fortuna. De la misma forma que los antiguos regidores de la Roma clásica actúa Llorente; panem et circenses.
Imagino que a las demás compañías y asociaciones les habrá ocurrido lo mismo. Cuando llega la noticia del suspenso de la obra, el sentimiento es de contrariedad, enfado, indignación… La preparación, los esfuerzos, los ensayos, el compromiso de los componentes del grupo quedan reducidos a recuerdos que no se podrán plasmar próximamente sobre el escenario. Leganés se queda vacío. Cuando falta la cultura no puede una ciudad estar completa.
Institucionalmente, nos queda señalar el apoyo por redes sociales de algunos concejales de ULEG que secundaron estas quejas o de la secretaria general de Podemos en Leganés.
Para terminar esta columna y aunque lo hiciese en privado, aprovecho la ocasión para mostrar mi más sincero agradecimiento en público a todos y cada uno de los componentes de CREPASO, pasados y futuros, y que siempre, de la mejor manera, son capaces de dar vida a un proyecto tan noble como necesario. Ellas y ellos están convencidos de que, aunque sea unos meses más tarde, debemos volver.
El descontento es notorio. Trabajadores municipales (cada vez de más sectores), sindicatos, madres y padres, el área cultural y vecinos en general claman contra esta gestión. CREPASO seguirá esperando una nueva oportunidad (de eso va la vida) junto a las asociaciones que iban a participar porque el mejor momento para rendirse es nunca.