CILUSIONADOS

Seguridad y defensa de Europa (Parte I)

“Aunque son innegables las semejanzas entre los Estados Unidos y Europa, tanto por valores compartidos, como por su sistema económico, sin embargo las raíces de su cultura política son distintas y la actitud de Europa frente a muchos tratados internacionales, Protocolo de Kyoto, La Corte Penal Internacional, el Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares…etc. es también diferente a la de los Estados Unidos”.

El párrafo precedente está escrito hace ya tres años y publicado después en mi libro ”Los Estados Unidos de Europa”, “el ciudadano europeo pide paso”- Creo que en el momento actual este párrafo tiene más actualidad aún que entonces. Solamente precisamos cambiar “Protocolo de Kyoto” por “Acuerdo de París sobre el cambio climático”, el acuerdo que el segundo país más contaminante del mundo se niega a aprobar.

Son varios los campos en los que no solamente los Estados miembros de la UE por separado, sino incluso la UE en su conjunto tiene una dependencia excesiva de otros países, y dependencia significa pérdida de libertad, y en la proporción en que los Estados o los gobiernos pierden libertad, en esa misma proporción la pierden sus ciudadanos. En la medida o en la proporción en que los Estados Unidos de Europa sean soberanos, o sea menos dependientes, en esa misma medida podrán defender los intereses de sus representados, los ciudadanos. El grado de libertad de un pueblo o de un Estado o federación de Estados es, por tanto, proporcional a su autosuficiencia. La UE actual, tiene tres campos especialmente débiles en cuanto a autosuficiencia: Seguridad y defensa, fuentes de energía y crecimiento demográfico.

En cuanto al priero de los campos, vuelvo a citar mi libro “El artículo 43 del Tratado de la UE dice que la política de seguridad y defensa forma parte de la política exterior de la UE. La defensa de la UE debe entenderse, por tanto, dentro de este contexto amplio, como un estado de seguridad no sólo frente a las agresiones armadas, sino también frente a su libertad de decisión, frente a las relaciones con sus países vecinos y otros Estados, frente a su estado de bienestar o política social y frente a sus valores característicos.

Finalizada la guerra fría entre los bloques comunista y occidental y caído hace ya 27 años el muro de Berlín, es difícil imaginarse una agresión exterior por parte de un ejército regular. Hay sin embargo otro tipo de guerras y de amenazas ante las cuales la UE no está suficientemente preparada: la guerra híbrida de los rusos en Ucrania, el terrorismo internacional, crimen organizado, armas de destrucción masiva, tráfico internacional de drogas, la amenaza a la seguridad europea por el Noreste y por el Sur. Es imprescindible preguntarse, por tanto, si la UE está suficientemente protegida con los medios con los que actualmente cuenta.

La política de defensa ha estado siempre hasta ahora en manos de los Estados miembros y dentro de un ámbito internacional, la NATO. Pero la experiencia de las últimas décadas está mostrando que los intereses de la NATO no siempre coinciden con los intereses de Europa (caso de IRAK, Ucrania) y que tal y como está organizada la política exterior y de seguridad común de la UE es una maquinaria y lenta. El Eurocuerpo no pasa de tener un carácter simbólico de reconciliación entre Alemania y Francia y al que se fueron sumando otros tres Estados miembros (Bélgica, España y Luxemburgo) y, aunque está realizando labores humanitarias encomiables en terceros países, no se puede considerar como un ejército europeo ni se puede decir que esté contribuyendo de manera decisiva a la seguridad europea.

Aunque en todos los ámbitos de la seguridad sea precisa la colaboración internacional y la mayoría de los Estados miembros de la UE están dentro de la NATO, sin embargo el grado de preparación que tiene la UE por sí sola para hacer frente a todas estas amenazas a su seguridad es tan bajo y tan dependiente de la colaboración exterior, que podemos hablar con toda propiedad de un déficit defensivo”.

Merkel ha dicho abiertamente estos días lo que muchos políticos europeos no se atreven a decir, que es lo mismo que muchos venimos diciendo desde hace ya varios años: el futuro de Europa depende de nosotros. Y Trump y May han dicho abiertamente lo que muchos políticos británicos y americanos han pensado y han querido siempre (no el ciudadano británico, que ha sido también engañado): La Unión Europea es un estorbo para sus ideas imperialistas. Han aprovechado el momento que han creído más oportuno para lanzar el ataque. Pero se han equivocado. El futuro de la UE es ahora más optimista que nunca. Ojalá no nos defrauden nuestros políticos.

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