¿Para cuándo una cadena informativa de y sobre la UE? ¿Quién tiene interés en que sigamos desinformados sobre la UE?
Quizás pensemos que con el monotema actual de los telediarios estamos al menos bien informados sobe el coronavirus. Miles de horas hablándonos de datos que ni siquiera sabemos si son ciertos. Cientos de sermones aburridísimos de nuestros santones políticos. ¿Pero estamos realmente informados? Ni mucho menos. La verdadera información está en manos de unos pocos privilegiados, y la que nos llega a nosotros es información basura.
“Quien tiene la información tiene el poder”. Y repartir la información es repartir el poder. Esta es la cuestión.
Pero es que, además, de los temas importantes ni siquiera nos informan y las noticias que nos llegan ni siquiera sabemos si son verdad. Las “fake news” son también muchas veces producto de nuestros gobiernos. ¿Cómo podemos tomar entonces una decisión? ¿Cómo podemos juzgar a nuestros representantes, si nos falta la más elemental información?
¿Tenemos acaso alguna posibilidad de acceder a una auténtica información? Es verdad que todavía tenemos algún periódico, sobre todo digital, en que no han logrado meter totalmente las garras ni el capital ni los políticos. Pero al ciudadano la mayoría de la información le llega a través de la televisión. Y aquí sí que tenemos que perder toda esperanza.
¿No deberían ser, al menos, las cadenas de televisión estatales y regionales las que nos dieran una información amplia y verídica en lugar de noticias sesgadas?
Dos ejemplos solamente: primero, el rescate de la aerolínea Plus Ultra. Salta la noticia, después la desmiente el gobierno, la oposición no se lo cree. La prensa no quiere o no puede decir la verdad. En la televisión no se volverá a hablar más de esto. El asunto se lleva ante los tribunales. Por tanto, los ciudadanos tendremos que esperar varios años hasta saber la verdad. Esta es la situación.
Cuanto menos trabajan la prensa y los políticos, tanto más tienen que trabajar los tribunales.
Y en el de la UE campo tenemos el segundo ejemplo: el escondite de las vacunas de AstraZeneca en Italia. Surge la noticia de que hay 29 millones de vacunas escondidas en Italia para mandarlas al Reino Unido, mientras esta empresa sigue incumpliendo con la UE. AstraZeneca da su versión contraria. Esperamos ahora alguna respuesta de la Comisión
“La verdad os hará libres” nos dice el Evangelio. Eso lo saben muy bien incluso los que se dicen ateos. Por eso no les conviene que los ciudadanos estemos informados.
Con este caos y desierto informático, ¿podemos acaso sacar pecho y presumir de estar entre las mejores democracias del mundo? Con los 5 millones de parados, con una juventud sin futuro, con millones de familias sin recursos, y cientos de miles de negocios cerrados (y todo esto sí que es verdad), presumir de democracia no sólo es inmoral, sino un insulto a la inteligencia de todos los españoles.
Tenemos derecho a estas informados sobre estos dos casos y sobre otros muchos temas que nos conciernen a los ciudadanos. También sobre las recomendaciones de todo tipo que está dando la UE a nuestros dirigentes y que se nos ocultan.
Sin información somos esclavos de la manipulación. También la Comisión y el Parlamento Europeo están obligados a informar.
