El aprendizaje por proyectos es una de las metodologías mejores y que da resultados más positivos en la enseñanza media. Ya era utilizada por la Institución Libre de Enseñanza, porque se aprende al hacer.
Otros partidarios de ella son grandes pensadores y psicólogos como Dewey y Jean Piaget. Los alumnos tienen que ser actores principales de sus proyectos de aprendizaje. Es lo que corresponde y además les va a proporcionar más resultados que con una actitud poco activa o simplemente receptiva sin más. Las soluciones a los problemas de la realidad provienen del pensar y de la investigación. Los estudiantes tienen que acostumbrarse a reflexionar por sí mismos y a rectificar siendo conscientes de sus errores y aciertos.
Afrontar nuevos retos y proyectos es una de las claves en la formación. Se trata de que los alumnos no sean simples receptores de los contenidos, ya que deben implicarse en su proceso de aprendizaje. Es formarse como en la vida misma con más autonomía, trabajo colaborativo y pensando en el presente y el futuro. Por supuesto, también es decisivo que sepan investigar en el pasado. Ya que estamos hechos de pasado y de tradiciones. La actitud o el espíritu crítico se desarrollan, en gran medida, con el aprendizaje por proyectos.
En esta metodología primero es preciso elegir un tema y una pregunta guía sobre el mismo. En segundo lugar, se pueden formar grupos de 3 o 4 alumnos y que cada uno desempeñe un rol o actividad. También es necesario establecer el producto o resultado final que tienen que conseguir: una disertación, un artículo, una investigación científica, un folleto, una maqueta, etcétera. Y se aportará una rúbrica en la que estén explicados los objetivos cognitivos y competenciales que los alumnos deben lograr y los criterios para evaluarlos o valorarlos.
En este sentido, frente a las explicaciones teóricas que también son necesarias con este tipo de enseñanza se posibilita que los estudiantes aprendan más a través de la práctica y de la elaboración de actividades, en las que pueden mostrar sus avances en la adquisición y dominio de los conocimientos que tienen que trabajar personalmente desde el inicio.
La resolución de problemas y la adquisición de una mayor autonomía en el manejo del conocimiento son algo esencial en un mundo tan cambiante.
Se trata de que se aprenda descubriendo. Y esto es una tarea apasionante con los medios actuales.
El aprovechamiento de las tecnologías de la comunicación debe estar unido a los soportes de conocimiento e información tradicionales, como son los libros en papel. Ya que no todo está en Internet. Aunque es cierto que cada vez se publican más libros en PDF de libre acceso en la red. La cultura es más accesible que hace 40 o 50 años.
El aprendizaje significativo se consigue con metodologías activas. Los estudiantes tienen que tomar acción y sentir que son capaces de aprender más de lo que creen. La condición fundamental es el interés. Conectándose a la realidad y a las actividades que les apasionan pueden saber más cosas y aplicarlas en su propia vida de una manera satisfactoria. Y de eso se trata.
Se está abriendo una nueva etapa en la formación, en la que el aprendizaje será una constante en toda la existencia. El autoaprendizaje será clave en el futuro y ya lo es en el presente.
Los conocimientos son esenciales, porque son la base que permite desarrollar las competencias. Los objetivos cognitivos, sin conocer cosas concretas, no tienen sentido real ni significado. La memoria y la imaginación son fundamentales para aprender y se activan y desarrollan con la lectura, el estudio y la investigación.
El hábito de la lectura es algo a potenciar como un recurso imprescindible para aumentar la inteligencia y facilitar un aprendizaje más rápido y más extenso y profundo.Y esta es una de las metas o propósitos de la enseñanza.
La consulta del diccionario en la enseñanza secundaria, por parte de los estudiantes, es necesario para que sepan las acepciones y significados de todos los términos que utilicen. Porque el lenguaje y el dominio del mismo es lo que ayuda de una manera enorme en todo aprendizaje. Y conviene ponerlo de manifiesto de una forma clara y rotunda. Es necesaria la flexibilidad y la adaptación de los materiales a las capacidades e intereses de los estudiantes. La multiplicidad de posibilidades, en relación con los temas o cuestiones que se pueden trabajar en las clases es inmensa, sin duda.
La orientación de los profesores es también decisiva para los alumnos, con el objeto de resolver todo tipo de dudas. El gozo de aprender es una de las conclusiones finales de todo el proceso de enseñanza. Es la autosuperación a través del esfuerzo sostenido.