Parece que se acerca la tormenta perfecta por causa del coronavirus. El número de contagios está aumentando descontroladamente especialmente entre los jóvenes. Las causas están claras, la falta de prudencia y responsabilidad de muchos.
También el incumplimiento de las normas de distancia social y la proliferación de actos masivos, que extienden más rápidamente la variante Delta y también la británica por todo el territorio español.
Las fuerzas de seguridad están realizando una gran labor, pero no lo pueden controlar todo. Especialmente las miles, decenas o centenares de miles de fiestas ilegales en los domicilios en su totalidad.
Si a esto se añade que, los aeropuertos españoles en estos últimos meses han sido un coladero de positivos por múltiples causas, la situación se va a complicar.
Considero que los controles aleatorios son insuficientes. Aunque la incidencia de positivos en el aeropuerto de Barajas sea del 1% como dice el Gobierno, esto mismo ya sería grave, si se piensa en la alta contagiosidad de la cepa india. Y conviene pensar que alrededor de un 10% de los vacunados con pauta completa se van a contagiar.
Estar vacunado no impide que pueda haber reinfecciones. Tampoco se debe olvidar que las personas vacunadas pueden contagiar sin saberlo. Todo esto parece como si diera igual. Además, existen pruebas erróneas en relación con las PCR, como bien saben los médicos.
Por si todo esto no fuera bastante, resulta que Boris Johnson ha dicho a los británicos que tienen que ser prudentes y responsables para no contagiarse y contagiar. Es esperpéntico. Los sociólogos, psicólogos y médicos ya saben que los consejos del Primer Ministro británico no van a tener ningún resultado.
Hoy 19 de julio de 2021 es el principio de una catástrofe que notaremos en toda su crudeza en los próximos meses. El Día de la Libertad es una barbaridad, porque ya se registran 50.000 contagios diarios en el Reino Unido y los expertos dicen que en agosto serán 100.000 cada día. Casos disparados y colas para entrar en los pubs y restaurantes y sin mascarilla obligatoria en Londres y en el resto del país. Es demencial. Además, Boris Johnson confinado.
El coronavirus se está extendiendo cada vez más rápido. Abrir la economía sin restricciones en Gran Bretaña es aumentar el número de enfermos y muertos.
No extraña que el sector turístico en España reciba el Día de la Libertad con fuertes caídas en Bolsa. Simplemente, con pensar que en junio han llegado a España más de 2,3 millones de turistas desde aeropuertos internacionales se puede calcular cuantas personas pueden haber llegado infectadas de coronavirus.
Aunque en el Reino Unido el 68% de la población está inmunizada resulta que todavía restan más de 20 millones de personas sin la pauta completa de vacunación que es la que protege, según parece, de la variante Delta.
En España las autoridades políticas deberían, en mi opinión, tomar medidas de restricción más generales, porque existe mucha movilidad de las personas de unas comunidades a otras. Con la variante india, según los expertos, la inmunidad de rebaño se alcanzaría con el 90% de la población vacunada.
Además, en algunos países como Israel ya se están planteando la posibilidad de aplicar una tercera dosis de refuerzo a la población. El surgimiento de nuevas variantes en los próximos meses es otra cuestión a tener muy presente. Especialmente, porque podría ser necesaria la modificación de las vacunas actuales.
El presidente Pedro Sánchez se muestra muy optimista con los resultados de la campaña de vacunación en nuestro país, pero también debe saber que siguen muriendo personas por el Covid-19 y que también muchas personas siguen teniendo síntomas persistentes durante mucho tiempo. También es necesario que el Gobierno central que él preside dedique más fondos para la contratación de muchos más médicos y personal de enfermería, ya que no es tolerable que la atención médica deje mucho que desear, por decirlo de un modo respetuoso. No puede ser que siga la consulta telefónica y no directamente la presencial y que se pospongan citas y operaciones por falta de personal médico y medios.
La calidad de la atención primaria en España ha bajado muy considerablemente y los ciudadanos en todo el país están protestando con toda la razón del mundo.
Se está pagando la Seguridad Social cada mes para no recibir las prestaciones sanitarias que corresponden. Y a lo que no hay derecho es a que las personas tengan que pagarse la asistencia sanitaria privada de su bolsillo para poder ser atendidos. El presidente Sánchez tiene que saber que es absolutamente imprescindible dotar de más personal al sistema sanitario español.