El colectivo Los Molinos Existe, agrupado en torno a la página homónima del facebook ha hecho público un comunicado en que anuncian su abandono de la comisión de Presupuestos Participativos del Barrio de los Molinos, tras «intentar encauzar una situación que se ha tornado insostenible» en relación al poco caso que les ha hecho la delegación de participación ciudadana. «Creemos que no debemos tomar parte de una farsa disfrazada de participación que hace a la administración ponerse medallas, anunciando a bombo y platillo actuaciones consensuadas con los vecinos y que realmente son tomadas por 3 o 4 personas, contando a los técnicos del ayuntamiento».
El colectivo de ‘Los Molinos Existe’ presentó 3 propuestas a los presupuestos participativos del 2016; la ‘Construcción de una Plaza Anfiteatro‘, ‘Fines de Semana culturales’ y ‘Diseño participativo de una plaza’. Según el colectio, «todas pasaron el filtro de los técnicos del Ayuntamiento».
Según el comunicado del colectivo, «la comisión acordó, previo a las votaciones, que para proyectos comunitarios se repartiera la dotación de 12.000 euros entre las dos propuestas más votadas, y en actuaciones, se concediera la totalidad del presupuesto [300.000 euros] para la propuesta ganadora».
Las votaciones constataron la victoria de la ‘Ampliación de las pistas deportivas’ en el apartado de actuaciones; en proyectos comunitarios fueron ‘Fines de Semana culturales’ y ‘Disñeo participativo de una plaza’ las que quedaron en primer y segundo lugar.
Tras el resultado, Los Molinos Existe propuso a la Comisión que la denominación de ‘Ampliación de las pistas deportivas’ se cambiara por ‘Diseño participativo de la ampliación de las pistas deportivas’ para que «los vecinos del barrio pudieran decidir qué tipo de pistas quería. No hubo ningún impedimento por parte del Ayuntamiento». Lo que parecía un cambio semántico, en realidad no lo era; se trataba de una cuestión de fondo: encauzar la [verdadera] participación ciudadana.
Desde Los Molinos Existe, con la ingenuidad del que se cree un cuento, aseguran que «cual fue nuestra sorpresa cuando, en la penúltima reunión de la comisión, el técnico del Ayuntamiento trajo incluso planos de la ampliación y nada de proceso participativo». Hablamos con Sara Hernández explicándole lo que estaba ocurriendo y la alcaldesa, con muy buenas palabras, nos dio la razón, diríamos que «como a los tontos».
Tras intentar solucionar el conflicto a través del correo electrónico con la delegación de Participación Ciudadana y darnos la negativa repetidas veces, en la última reunión de la comisión a la que asistieron un vecino a título individual, un vecino del colectivo Los Molinos Existe y los técnicos del Ayuntamiento, nos confirmaron que el modelo de participación del Gobierno Municipal es diferente al de la propuesta aprobada por las vecinas y vecinos y por lo tanto que esa propuesta no se llevaría a cabo.
La comisión de presupuestos participativos, en opinión del colectivo, «carece de toda legitimidad al haberse saltado acuerdos adoptados bajo consenso en varias de las reuniones celebradas. Consideramos que este proceso no reúne los requisitos mínimos para que se considere participativo».
Pistas deportivas en el barrio de Los Molinos
Política de hechos consumados
Además de resultar un poco patética la política de participación ciudadana de Sara Hernández, con las ridículas cifras de asistencia a las asambleas y comisiones de presupuestos participativos, no es la primera vez que los vecinos se encuentran con la política de hechos consumados. Esto es lo que hay; Si no quieres caldo, toma dos tazas; y largo.
Recientemente, con la remodelación de la Plaza de Tirso de Molina en la Alhóndiga, pasó lo mismo. A la reunión para decidir el diseño, la alcaldesa y los técnicos municipales acudieron con el proyecto visado y a punto de adjudicar las obras al contratista.
La participación consiste en asumir lo que se propone, calla y, al final, aplaudir, el ‘espíritu democrático’ del gobierno municipal. Sin embargo, cada vez hay más vecinos [de los que no están afiliados al PSOE-IUCM-AG, y que no dependen económicamente del salario o la subvención municipal, que se rebelan contra el marketing participativo. Por cierto, el proceso, —además de carecer de legitimidad, está privatizado. Un gran éxito de la entidad que cobra por impulsar un proyecto falso desde el origen.
