♦ El fútbol es el deporte con más esguinces recurrentes y la gimnasia el que más síntomas ocasiona tras el primer esguince
♦ Es necesario un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado para reducir los riesgos de recurrencia y las complicaciones
La instauración de un programa personalizado pautado de ejercicio físico tras una lesión es clave para evitar que se complique o cronifique, según los expertos reunidos en el XIII Simposio Internacional Clínica Cemtro sobre Avances y Actualizaciones en Traumatología y Ortopedia, que se celebra del 20 al 22 de octubre en Madrid. El congreso, centrado en la inestabilidad articular, cuenta con los auspicios de la Federación Española de Medicina del Deporte, la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, la Sociedad Española de Traumatología Deportiva, el Comité Olímpico Español, el Comité Paralímpico Español y la Agencia Española de Protección de la Salud del Deporte.
En el caso del esguince de tobillo, la lesión más frecuente en el deporte, un estudio publicado en el último número de la revista Journal of Orthopaedic and Sports Physical Therapy concluye que “tras un esguince de tobillo, un programa de entrenamiento da mejores resultados en cuanto a dolor y funcionalidad y en reducción en esguinces recurrentes de tobillo que una política de esperar y ver”. Para los investigadores, la evidencia sugiere que “la movilización precoz postoperatoria era más efectiva que una férula de escayola”.
“Hay quienes se sorprenden de que los deportistas de élite se recuperen tan pronto tras una lesión. Eso no es sólo debido a su físico sino también a que realizan programas de rehabilitación supervisados por un traumatólogo deportivo de manera inmediata, mientras que muchos pacientes esperan a que les retiren la férula para iniciar la rehabilitación, lo cual es un error”, explica el presidente del congreso, el doctor Pedro Guillén, jefe del Servicio de Traumatología de la Clínica CEMTRO.
La fisioterapia y el ejercicio físico, pautado por un traumatólogo, está destinado a mejorar la función neuromuscular, aumentar el equilibrio estático y dinámico y reducir la posibilidad de que se vuelva repetir la lesión, comenta este especialista.
Una investigación publicada este mes de noviembre en Sports Medicine señala que “el fútbol tenía el mayor porcentaje de participantes con esguinces recurrentes (61%) e inestabilidad mecánica (38 %), mientras que el atletismo tenía el mayor porcentaje de participantes con inestabilidad percibida (41%). Los gimnastas tenían el mayor porcentaje de tobillos con síntomas persistentes tras un esguince de tobillo inicial”.
Entre el 15 y el 20 % de pacientes que han sufrido un esguince de tobillo presentan inestabilidad de la articulación, señala el doctor Ramón Navarro, de la Unidad de Pie y Tobillo de la Clínica Cemtro. En estos casos está indicada la cirugía artroscópica, menos agresiva que la abierta y con una recuperación más precoz.
Imáenes de alta resolución
Los expertos reunidos en el congreso destacan la necesidad de analizar la evolución de las lesiones con técnicas de imagen de alta resolución para reducir los riesgos de recurrencia y degeneración. De hecho, un estudio publicado el pasado octubre en Ostheoarthritis and Cartilage revela que la resonancia magnética “puede visualizar y localizar anormalidades precoces del cartílago, posibilitando opciones de tratamiento específicas para prevenir la osteoartritis en atletas jóvenes”.
Otra articulación que suele presentar recurrencias e inestabilidad es el hombro, explica la doctora Marta Guillén, de la unidad de Mano y Miembro Superior. “Es la articulación que más movimiento permite y por eso es la más inestable y la que más se lesiona”, admite. Una de las casusas de luxación es la laxitud articular, personas a las que se les sale el hombro desde muy jóvenes sin que sufran ninguna lesión. “No suelen ser muy dolorosas ya que no se rompe ninguna estructura”, añade. La mayoría de pacientes se tratan con rehabilitación. En cambio, en las lesiones traumáticas, frecuentes en el deporte, se suele producir una rotura de estructuras que requiere cirugía. “Cuanto más joven es el paciente en la primera luxación, más posibilidades hay de que se repita: con menos de 18 años tiene un 90%, mientras que en mayores de 40, lo habitual es que no se le vuelva a salir, en cuyo caso se procura reducir la luxación sin operar el hombro”, destaca. Los deportes de contacto aumentan las posibilidades de recidiva.
Los deportes de contacto y en aquellos en que hay giros bruscos y saltos también aumentan el riesgo de inestabilidad en la rodilla, como baloncesto, balonmano, fútbol, voleibol, y tenis. La rotura del ligamento cruzado anterior da lugar a una inestabilidad crónica que necesita cirugía. Sin embargo, un porcentaje alto de roturas del ligamento cruzado posterior se reparan por si mismas con fisioterapia y tratamiento conservador.