♦ El Presidente de la Comunidad, Ignacio González, ha alertado de los movimientos políticos que urgen a una reforma de la Constitución como «solución a las grandes preocupaciones de los españoles», pero que lo que pretenden en realidad es «un cambio radical de régimen». Por ello, ha apelado a un gran pacto entre todos los demócratas para garantizar que España siga siendo un estado social y democrático de derecho.
En el acto oficial con el que el Gobierno regional ha conmemorado, en la Real Casa de Correos, el 36 aniversario de la Carta Magna, González ha incidido en que «no existe más democracia que la democracia representativa derivada del pluralismo político expresado en libertad, ni existe una legalidad que ampare a quien quiere decretar unilateralmente lo que tenemos derecho a acordar entre todos», en alusión a la deriva soberanista en Cataluña.
En el día en el que se ha conocido la excarcelación de uno de los mayores asesinos de ETA, Ignacio González ha aprovechado el acto para lanzar un mensaje de «apoyo, comprensión y cariño» a todas las víctimas del terrorismo, significándolo en la persona de la presidenta de la AVT, Mari Ángeles Pedraza, presente en la Real Casa de Correos.
Mentiras sobre la modificación de la Carta Magna
Ante una amplia representación de personalidades de la política, la justicia, la economía, la cultura y el deporte, el presidente de la Comunidad ha señalado que «la Constitución ha sido un éxito reconocido en todo el mundo. Sin embargo, no se le puede exigir que sea lo que no es; no es la panacea ni el pozo de los deseos; no lleva al paraíso ni tiene el don de acabar con los problemas; no impide que se puedan aplicar políticas equivocadas, ni que pasemos dificultades, ni que algunas moralidades se corrompan».
González cree que no es necesario modificar la Constitución para conseguir objetivos como mejorar el estado de bienestar, ni para hacer más participativa nuestra democracia, ni para agilizar la Justicia o lograr que la economía sea más competitiva. Por ello, ha cuestionado el empeño actual de algunos movimientos políticos que quieren cambiar la Constitución planteándolo como «la solución a todos nuestros problemas».
Frente a estas políticas, González ha reivindicado el papel de la actual Constitución, que ha facilitado «la mayor época de estabilidad y prosperidad de la historia de España», y ha considerado su reforma si con ello se consigue mayor prosperidad, mayor libertad y mayor democracia. Pero siempre, ha manifestado, «respetando el procedimiento legalmente establecido y con un consenso social y político similar o superior al del 78».
Ignacio González ha aprovechado, además, el acto institucional para defender la Constitución frente a la deriva que están tomando los partidos nacionalistas catalanes. «Ahora se habla de arrumbar la democracia representativa, de acabar con la monarquía parlamentaria, de legitimar privilegios territoriales, de acabar con la soberanía nacional, y de, repitiendo el peor defecto de nuestra historia política, que las ideas de unos españoles se impongan y las de otros queden excluidas», ha explicado.
El Presidente de la Comunidad ha ensalzado las figuras del Rey Don Juan Carlos y de Adolfo Suárez, que «entendieron estos principios y hace casi 40 años dieron una lección de conciliación y de acuerdo en unos tiempos mucho más convulsos que los que hoy vivimos«. Con ambos mandatarios quiso, además, iniciar su discurso agradeciéndoles «su labor, su entrega, su sentido de Estado y, sobre todo, su amor a España».
Y también quiso poner el punto y final a su intervención, con unas palabras de Adolfo Suárez, pronunciadas en un momento histórico complicado en el que presentó su renuncia a la Presidencia del Gobierno, y que siguen estando plenamente vigentes: «Querría transmitirles mi sentimiento de que sigue habiendo muchas razones para conservar la fe, para mantenerse firmes y confiar en nosotros, los españoles. Lo digo con el ansia de quien quiere conservar la fuerza necesaria para fortalecer en todos sus corazones la idea de la unidad de España, la voluntad de fortalecer las instituciones democráticas y la necesidad de prestar un mayor respeto a las personas y a la legitimidad de los poderes públicos»