Queda tan poco por hacer y tanto por conservar y tal vez arreglar. Así como Egipto, escribía Herodoto, era el don del Nilo, Leganés, el Leganés actual, es el don de la izquierda, de las políticas de izquierda llevadas a cabo durante más de treinta años.
♦ Los socialistas han vuelto al gobierno municipal y todo sigue igual. Ellos al mismo tiempo tan reformadores y al mismo tiempo tan conservadores. Es una buena noticia. La ciudad ha seguido funcionando como si aquí no hubiera pasado nada, como si el PP no hubiera estado gobernando con el beneplácito de ULEG cuatro años a su gusto y placer sin ningún caso de corrupción al menos conocido. En Leganés se recoge la basura cada madrugada, los niños por las mañanas van al colegio y los abuelos todas las tardes acuden a sus centros de la tercera edad a jugar una partida a las cartas… todo, lo que se dice todo, la vida misma, sigue igual aunque el alcalde ya no sea quien era ni tampoco el partido que le sustentaba.
Antes el alcalde era del PP y ahora es del PSOE aunque lo sea por los pelos, por apenas un puñado de votos vecinales de más. De momento nadie se echa la calle pidiendo su cabeza y algunos colectivos de trabajadores del ayunta-miento amenazados por el anterior alcalde con despedirlos respiran tranquilos. Los cargos de confianza de PP ahora, para no perder la costumbre, son del PSOE. Apenas ha cambiado nada. Los concejales discuten y discuten y lo que más les preocupa es el sueldo que cobran los unos y los otros.
Los de Leganemos con coleta y sin coleta se unen a los de la ULEG, los de juntos e independientes por Leganés, para acudir los domingos por la mañanacon picos y palas a desenterrar la antigua piscina Solagua que el ayuntamiento está empeñado en enterrar durante la semana. Es todo un símbolo de lo que son capaces de hacer los políticos por su ciudad, al parecer, en Leganés, no hay desahucios y los niños van al colegio bien alimentados.
Como escribía Antonio Machado: “Don José/ como son los liberales / tan perros, tan inmorales./ ¡Oh, tranquilícese usted!/ Pasados los carnavales,/ vendrán los conservadores/ de su casa./ Todo llega y todo pasa./ Nada eterno:/ Ni gobierno/ que perdure/ ni mal que cien años dure./ Tras estos tiempos, vendrán/ otros tiempos y otros y otros/ y lo mismo que nosotros/ otros se jorobaran”.
Queda tan poco por hacer y tanto por conservar y tal vez arreglar. Habría que pensar tal vez en enterrar la vía del tren que divide en dos a la ciudad y acabar de una vez por todas la gran biblioteca municipal, el día de hoy una ruina en construcción.Así como Egipto, escribía Herodoto, era el don del Nilo, Leganés, el Leganés actual, es el don de la izquierda, de las políticas de izquierda llevadas llevadas a cabo durante más de treinta años. En los años setenta del siglo pasado todo estaba por hacer. No había colegios, ni centros de salud, ni hospital, ni jardines, ni metro, ni tampoco universidad… En aquellos años los políticos eran políticos del pueblo, eran uno más entre la gente, ahora son como los extraterrestres, no se sabe exactamente de dónde han venido, dónde viven, a qué se dedican, ni tan siquiera para qué sirven. Una ciudad como Leganés podría seguir funcionando sin ellos, los barrenderos limpiarían las calles, los niños irían a la escuela, los abuelos al centro de la tercera edad y los parados, como siempre, a ningún lugar. No es que no nos representen es que no sabemos dónde están ni tampoco quiénes son.