En el libro Fenomenología de la conciencia inmanente del tiempo Edmund Husserl desarrolla profundísimos análisis sobre la naturaleza del tiempo. Husserl es el creador de la Fenomenología y uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos.
Nació en Moravia en el año 1859 y falleció en 1938 en Friburgo. Escribió grandes obras filosóficas: Investigaciones Lógicas publicadas en 1900 y 1901, Ideas relativas a una fenomenología pura y a una filosofía fenomenológica de 1913, Lógica formal y lógica trascendental de 1929, Meditaciones cartesianas de 1931, etcétera.
Husserl elaboró una fenomenología reflexiva frente a la existencial de Heidegger. Según Husserl el flujo de la vida está conformando la temporalidad o dicho con sus palabras: «El engendramiento de modificaciones incesantes es el tiempo mismo». La captación o aprehensión de impresiones es lo que constituye realmente la existencia a lo largo del tiempo objetivo.
Las cosas están en el tiempo y no pueden entenderse sin referencia directa a la temporalidad. El ser de la realidad y también de los seres humanos solo puede comprenderse dentro del transcurrir del tiempo con los cambios que su flujo produce.
Husserl distingue o diferencia entre lo temporal sentido y lo temporal percibido. Lo sensorial y las sensaciones al recibir significación se convierten en lo percibido que es captado o aprehendido por la conciencia. Como escribe Husserl «Consideremos un pedazo de tiza, cerremos y abramos los ojos. En este caso, tendremos dos percepciones y diremos que vemos dos veces la misma tiza». Por tanto, se puede afirmar que en el objeto hay duración, porque sigue siendo igual aunque sea percibido dos veces en un muy corto periodo de tiempo, en uno o dos segundos, y en el fenómeno se observa cambio o transformación.
O dicho con la explicación de Husserl: «Toda vivencia constituida es impresión o reproducción; y como reproducción es un “actualizar” o no es nada. En todo caso es, como tal, algo (inmanentemente) presente». Se puede decir que la espontaneidad de la conciencia está siendo aplicada al flujo temporal de la vida misma de un modo continuo.
La percepción puede entenderse como presenciación. Las sutiles diferenciaciones de Husserl distinguen, por ejemplo, entre un punto ahora de una melodía y los tonos transcurridos como no percibidos en el momento presente de cada punto temporal de la percepción de la melodía.
De todas maneras, la intención de una composición musical aparece en relación directa a la unidad total de la melodía ejecutada y escuchada. Es describible, según Husserl, la unidad de la conciencia retencional de los tonos transcurridos en la conciencia de una obra musical interpretada.
Es diferenciable también desde un planteamiento fenomenológico la percepción o autodación del presente y la rememoración o recuerdo secundario.
En relación con la fantasía y la imaginación para Husserl está claro que lo representado es temporalmente extendido de un modo artificial por medio de la potencia imaginativa de la mente o conciencia.En la conciencia interna también se elaboran o se constituyen vivencias intencionales y son las percepciones, los juicios y los sentimientos e impulsos.
Ciertamente, las minuciosas especificaciones de Husserl respecto a la conciencia inmanente del tiempo ponen el énfasis en las divisiones y diferenciaciones que se pueden hacer coherentemente entre los procesos de retención, sensación, impresión y reproducción de lo aprehendido por los sentidos.
Además, esta complejidad presente en la captación de lo real es el resultado de que somos seres temporales con inteligencia abstracta y a la vez con procesos sensoriales y perceptivos que interaccionan con la conciencia abstracta y con el intelecto de cada ser humano que procesa la misma realidad que presencia en cada momento.
En este sentido, el análisis y las reflexiones sobre lo que es la memoria o retención y lo que son las impresiones y la imaginación y la fantasía son parte de la investigación de una teoría del conocimiento que es necesaria para comprender el mundo y nuestra propia conciencia, desde unas clasificaciones que aunque puedan ser objeto de discusión responden a unas categorizaciones que Husserl construyó de una manera muy profunda y sistemática.
Por ejemplo, respecto a la atención escribe Husserl en este libro que todo cambio de atención significa una continuidad de intenciones. La intencionalidad es una de las bases fundamentales de la fenomenología husserliana. La lectura de esta muy densa obra de Husserl es muy enriquecedora desde una perspectiva filosófica para la clarificación de la cognición.