► La marca francesa no contempló la subrogación como sí hiciese en otros centros
► Afirman con pruebas que Carrefour vulneró el derecho a huelga
► Una trabajadora de Limpieza afectada: “prefiero limpiar letrinas que volver”
Ocho mujeres y dos hombres. Diez personas del servicio de limpieza que Carrefour de Plaza Nueva de Leganés no subrogará. La empresa, Servimil, quebró y la multinacional ha decidido internalizar sin sacar a concurso. Han hecho concentraciones y han estado de huelga, derecho que, según denuncian, vulneró la marca de origen francés. Hoy están en la calle, sin poder cobrar aún el paro e interpretando el nuevo horizonte. Entienden que la situación se podría haber manejado de una forma distinta. Leganés es uno de los siete centros afectados.
Natacha Sánchez es miembro del Comité de Empresa de Carrefour y habla para Crónica desgranando los puntos del conflicto. No era un panorama esperado, “una sorpresa, a primeros de marzo, el acta de Intercentros en la que CCOO, UGT, Fetico y FASGA aprueban la internalización de la limpieza. Nos firman un artículo 41, negociado junto con la empresa, que es la modificación sustancial de las condiciones laborales, así desde el 2009”. El famoso 41 contempla también la polivalencia, es decir, que un trabajador esté, por ejemplo, tres horas en panadería y después a limpiar.
“El 14 de marzo salta un WhatsApp a la plantilla de Carrefour, sin reunir al Comité, y se enteran de la internalización del servicio. Solicitan voluntarios con la oferta de ampliar horas y contrato indefinido a eventuales que se apunten voluntarios. La plantilla habla con las compañeras de limpieza, qué poquito os queda, les dicen; y ahí se enteran”, continúa su relato Natacha y agrega que “el 16 tengo una reunión urgente con un único punto, la internalización. El acta estaba hecha. Propongo que se queden las mismas compañeras y el director dice no. Carrefour no da opción a que subroguen, por lo cual, a la calle”. A partir de ahí, Natacha se reúne con las afectadas. Comienzan las concentraciones. Hay un compañero de 57 y otra de 55 años. Los diez tendrán 18 meses de irrisorio paro y un panorama incierto. Sin embargo, encontrarían más dificultades añadidas. Llega la noticia de que no cobrarán el mes de marzo y la paga de beneficios; se saldaría más tarde. Esto motiva, no en vano, la huelga el 1 de abril, “y el 17, las compañeras intentan entrar a trabajar y Carrefour les niega el paso. Ahí se pueden dar por despedidas, aunque no tengan carta. Al recoger las cosas de las taquillas se les viene el mundo abajo”, recuerda Natacha.
Vulneración del derecho a huelga
“Carrefour vulneró el derecho a huelga”. Así de clara es Natacha, quien me lo explica a continuación; “Nos filtran que entrarán por la noche a limpiar. Nos vamos con el Comité de huelga. Afirmamos que no abandonamos el centro hasta que se vaya el último trabajador. Se pasan información en clave y aparece el director, dos trabajadores y un cuarto ajeno a la plantilla de Leganés. Les digo que si entran a limpiar están vulnerando este derecho. Se llama a la policía”. Se marchan, pero pudieron tomar fotos que prueban lo que cuenta.
Le pregunto a Natacha sobre su opinión en el desenlace del conflicto, “creo que el despido está. No pienso que ningún juez obligue a readmitir a las compañeras, sería posible, pero mi sensación es otra. Cierto que la vulneración está demostrada, se podrá sacar una indemnización, pero ahí quedará la cosa, en despido improcedente. Si ellas quieren, seguiremos haciendo ruido en Los Cubos”. Sin embargo, una cosa les resulta muy extraña, y es que, de los siete centros para internalizar este servicio, dos sí subrogaron. Criterios diferentes. Ellas lo acachan “a la tremenda desorganización de esta empresa. No vemos cuestión personal”.
La voz de una afectada
Ángeles es una de las trabajadoras afectadas. No tuvo reparos en hablar directamente con Álvaro, el director; “le dije que la solución era sencillísima. Subrogar, como en otros centros. No sé qué hace un director entrando a limpiar”, a la par que ilustra la desazón que sufre ella y el grupo, “ni números, sino la última mierda del Carrefour. Que yo me he tirado nueve años aquí y sólo me faltó hacer el pino puente. ¿Habernos dejado los cuernos para un trato así? Si hubiésemos tenido mala praxis…, pero ni quejas de nosotras han tenido”. También cuenta que durante estos días “hemos tenido nuestros ratos. Desde las 7 am. hasta las 22 h. se hace duro y hay compañeros que te dejan de hablar…”
Tal como se han dado las cosas, no se pueden apuntar aún al paro, con lo que ello les puede conllevar. Abril no lo cobraron y en mayo, van por el mismo camino. Hasta que no salga el acta de conciliación no se tramitará la prestación, más lo que tarda en llegar. En suma, cuatro o cinco meses de espera… “Nos despiden y encima esta situación. Yo ahora mismo estoy a base del sueldo de mi marido, ¿y los que no tienen? Pues a tirar de sus familias”, lamenta Ángeles, quien finaliza dando una opinión sobre la marca, “se han portado muy mal, no tengo, personalmente ninguna gana de volver con Carrefour. Prefiero limpiar letrinas de cuarteles. Hay vida más allá de Carrefour y tiene que haberla”.
También han sentido el calor de sus vecinos y vecinas. De hecho, celebraron una comida en la AVV San Nicasio, como iniciativa popular, e hicieron una caja de resistencia. Esto es importante porque, consideran, la sociedad debe tomar nota sobre estas realidades. En esa línea, Natacha apunta que “hoy les ha tocado a ellas… Esto va a más. Ahí está Amazon, “el enemigo” y desencadena un modelo productivo antisocial. Yo seguiré peleando hasta que me despidan. Cada vez somos menos en plantilla, más precarios, exprimen y exprimen y dan salarios que ni alcanzan para mantener los recursos básicos. Pero, la gente dice eso de mejor esto que nada. Están creando una sociedad enferma”.