El hecho de que España sea considerado como el cuarto mejor país del mundo para vivir, lo único que nos demuestra es que tiene que haber mucha injusticia en el mundo, para que nuestro país, con un porcentaje tan elevado de desempleados, con una juventud en huida, unos sueldos en declive y una corrupción en alza, pueda tener esta valoración. No podemos echar, por tanto, las campanas al vuelo, Además, si miramos hacia el futuro, España no es ni mucho menos uno de los mejores países para prosperar. Dicho con otras palabras, España es un país con muchas personas mayores y con poca juventud, un país con poco futuro y con poca ilusión, un país del que huye la juventud universitaria y la mejor preparada, sociedad que está perdiendo ilusión
La España ilusionante y democrática que salió de la dictadura se ha convertido en la España del enfrentamiento entre buenos y malos, entre izquierdas y derechas, entre periféricos y centrales. Y, sin embargo, la ciudadanía española tiene unas virtudes excepcionales ¿Qué es lo que ha fallado? Que el idealismo ciudadano se ha convertido en partido político y ha perdido todo su frescor y toda su ilusión.Alguien deberá responder de este desencanto colectivo de los ciudadanos españoles.
No es malo que en política cambien de vez en cuando los partidos del gobierno, lo malo es que no haya alternativa a los dos grandes partidos que nos vienen gobernando desde el inicio de la democracia, a pesar de los pesares que todos conocemos. De ellos no podemos sentirnos defraudados ni desilusionados, pues hace ya mucho tiempo que no despiertan ilusión. Sí nos han defraudado, en cambio, aquellos partidos, que nacieron como movimiento ciudadano y que tenían el apoyo y la ilusión de grandes sectores de la sociedad. Y cuando una ilusión se marchita, no sólo muere el tallo, sino que también se pudre su raíz y cunde el desaliento durante varias generaciones
La pregunta que debemos formularnos entonces es ¿Debe un movimiento ciudadano convertirse en partido político? ¿En el siglo XXI no hay otra forma de defender las ideas que a través de unos partidos políticos anquilosados, que son pequeñas dictaduras al servicio del jefe y del aparato del partido? La experiencia de los tres últimos partidos surgidos en España de un movimiento ciudadano -incluso de Vox podemos decir que ha nacido de una reacción ciudadana- debería abrirnos los ojos. Son muchas las virtudes de los españoles, es mucho el coraje que todavía tenemos. Volverán a surgir movimiento ciudadanos, pues son muchos los problemas que están todavía por resolver, pero no permitamos jamás que un movimiento ciudadano caiga en las agarras de un partido político.Matar una ilusión es como matar a un ruiseñor.