Recuerdo como hace meses, cuando estaba entrando por la puerta de las oficinas a firmar mi contrato laboral, soñaba con conseguir quedarme con el puesto. Sabía que era difícil porque no dependía únicamente de mí, pero trabajaba duro y visualizaba que era posible. La situación fue envidiable para muchos y enriquecedora para mí. Era un sueño, una oportunidad que sabía tenía que aprovechar.
Salir de la zona de confort no es tarea fácil para nadie. Pero hay veces que debemos dar 3 pasos hacia atrás y coger impulso. Debemos caer y levantarnos con más fuerza, en ocasiones sabemos que hacemos una labor muy por debajo de muestras capacidades pero debemos aguantar, pelear y sobre todo hacerlo lo mejor posible. El enchufado lo tienes más fácil, su camino es más rápido pero no siempre es el mejor camino. Cada cual empieza desde un punto con más o menos ayudas se debe forjar su nombre , su reputación y eso es lo que más nos va a ayudar a triunfar.
Aún así, no puedo negar que miles de miedos invadían mi cuerpo, pues culminar mi primer semana de trabajo fue mucho más difícil de lo que esperaba. Sigo sin saber si eran las ansias de querer vivir todas las experiencias de inmediato, las expectativas de querer abarcar el máximo o simplemente el deseo de lograr triunfar. Lo que tengo claro, es que las cosas no llegan solas y sin motivo alguno, por eso, sigo peleando y ánimo a la gente a que luche por sus sueños, salga de su zona de confort y crea que se puede. Yo lo sigo intentando, no hay excusas…
En cualquier parte del mundo, es probable que el enchufismo sea parte de la cultura empresarial, casi siempre de manera oculta, disfrazando los procesos de selección. Por ejemplo, uno de cada cinco parlamentarios en Reino Unido emplea a algún familiar para el trabajo administrativo, en España supongo que más.
En EE.UU. la ley federal prohíbe que los empleados públicos contraten a miembros de su familia; algo que, sin embargo, no es ilegal en el sector privado.En China, el organismo anticorrupción adopta una línea dura en contra del nepotismo, se controla de cerca a las empresas clave del país.
Desgraciadamente vemos una y otra vez como un candidato inferior consigue el puesto, al tener algún vinculo con alguien influyente, jefe o responsable. Continúo confiando en uno de mis libros de cabecera, ‘El secreto’ trabajando duro y creyendo que la Ley de la Atracción hará el resto, quien sabe si será cierto, por si acaso pongan toda la carne en asador y demuestren su valía.
Es duro, muy duro…