LEGANÉS

Podemos se desvincula de Leganemos que muestra el nerviosismo de una formación venida a menos

► Un Fran Muñoz acorralado políticamente arremete contra el periodismo crítico
► La victoria judicial de las cuatro concejalas no adscritas, duro revés para el portavoz de Leganemos
► ¿Vieja política?: Buenas caras cuando hablan bien de mí y ataques a la primera de cambio cuando no me gusta
► Podemos se desvincula de Leganemos

Leganemos. Era el nombre de un proyecto ilusionante para gran parte de los leganenses. De hecho, irrumpió con fuerza. Obtuvo la notable cifra de, aproximadamente, 20.000 sufragios. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho desde mayo de 2015. Leganemos sólo conserva dos concejales y la división, fractura y miserias internas han ocupado mucho más tiempo que el trabajo hacia los depositantes de confianza en su proyecto y, por supuesto y de igual manera, a la ciudadanía leganenese. Sin ir más lejos, un juez ha dicho que las edilas Rocío Cruz, Mercedes Condés, Beatriz Alonso y José Manuel Barbé fueron expulsadas de manera ILEGAL. A ellas cuatro se ha estado refiriendo Muñoz durante mucho tiempo como “tránsfugas”. Un concejal de la Oposición comentaba a este periódico que “hay tránsfugas y tránsfugas. Una cosa es lo de Jorge Pérez y otra lo de ellas cuatro”. No hay más preguntas. De hecho, fue el propio Muñoz quien registró un escrito diciendo que estaban expulsadas del partido y lo firmaba en calidad de portavoz. La Justicia le ha dicho que ese no era el camino ni, por supuesto, las formas.

Podemos Madrid no quiere saber nada de Leganemos

Son varias las voces que han expresado a nuevocronica.es, el nerviosismo reinante en Muñoz ante su futuro político/profesional. Y es que ha sido otro revés más en la cara del portavoz de Leganemos ese comunicado que hizo público Podemos, unos días atrás y como consecuencia de la victoria judicial de las no adscritas, mediante el cual quedaba patente la ruptura de vínculos políticos con la formación municipal venida a menos. Se aleja pues de esta candidatura de presunta unidad popular. En dicho comunicado, no valoran nada positivamente las formas, que están alejadas de lo que se le presume a la nueva política y organización democrática. Tampoco hay más preguntas.

Fran Muñoz llamó esclavo a un periodista y luego lo borró

El futuro político, como hemos dicho, del portavoz es incierto y el nervioso creciente. Ambas dos se han incrementado con el comunicado de Podemos. Su futuro y el de alguno de sus colaboradores que últimamente dispara sus frustraciones con según qué sector de la prensa local sin ser ésta la culpable de sus males.
Leganemos no muestra la misma faceta cuando el mismo medio les ha hecho entrevistas y dado puntualmente voz a cuando ha publicado informaciones, que quizás no gusten, pero que son ciertas a todas luces. Cualquier experto en Comunicación lo vería como una nefasta estrategia, más allá de una carencia de amor por la libertad de prensa y de opinión periodística. Quizás también haya que ser elegante en las derrotas y saber digerir. No en vano, el nerviosismo da lugar a estados de pataleta y se ven las verdaderas costuras. Eso lo acaba penalizando la ciudadanía.

Sin ir más lejos, el círculo de Fran Muñoz ha llegado a criticar a un periodista porque en la red social Twitter hacía público los premios recibidos. Algo absurdo y que sólo puede ser fruto del miedo escénico al que invita la situación de Leganemos.

Ello podría quedar como anécdota, pero cuando Muñoz llamó a un periodista esclavo es un paso más. Posteriormente, lo borró evidenciando no solamente su cobardía sino su claro error y pasada de frenada. Debe saber Muñoz que aunque borres un tweet, las notificaciones llegan al correo electrónico de igual forma. Muñoz debe saber que, afortunadamente, la esclavitud ya se abolió y debe saber también que esas afirmaciones bravuconadas son indemostrables por su parte.

El cuento de la vieja política, cuando ese medio me ha dado la posibilidad, a mí y a mi círculo, de ser entrevistado, no una ni dos veces, son buenos. Si son críticos, hay que ir a por ellos o, incluso, hacer de comparsa de presuntos artículos, quizás para caer simpáticos a otros medios.

Quizás, tendrán que seguir metiendo publicidad (legítima) en publicaciones locales para no abocarse al fracaso más absoluto, el cual ya contemplan desde el abismo. Porque el camino, para aliviar el cargarse no una formación, sino algo más importante como un proyecto en el que confiaron 20.000 almas pepineras, no es el de disparar contra el medio o periodista que hace su trabajo. El camino tampoco es ir dejando caer que según qué partidos tienen periodistas en nóminas. Y no lo es porque precisamente, ello no tiene categoría para tocar el ánimo del buen quehacer periodístico.

Las malas estrategias de comunicación son como la droga: autodestructivas. Y ambas pueden acabar condenándote.

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