Estamos ante un concepto y una realidad muy importante, pero a la vez muy compleja. No quiero aburriros con términos jurídicos ni pretendo dar una lección de Derecho europeo. Solamente quiere reflexionar en voz alta con vosotros ¿Es equivalente la ciudadanía europea a la ciudadanía nacional? ¿Tenemos doble ciudadanía? ¿Tiene el mismo valor la ciudadanía europea que la ciudadanía nacional? ¿Nos sentimos tan europeos como españoles? ¿Qué haríamos si hubiera un referéndum y la mayoría de los españoles decidiera que quieren salir de la Unión Europea? ¿Somos conscientes de lo que ha supuesto en nuestras vidas ser ciudadano europeo? Los jóvenes no han vivido la época anterior a la entrada de España en la UE o los primeros años de la entonces comunidad europea quizás den por supuesto que poder moverte por Europa sin ningún tipo de controles, poder trabajar o buscar trabajo en cualquier país, poder llamar por teléfono sin sobre costes a cualquier país de la UE, poder estudiar en cualquier universidad o escuela superior, poder utilizar la misma moneda en el espacio del euro es la cosa más natural del mundo, pero esto solamente se da en los países de la UE.
¡Hay mucho camino por recorrer! Lo sé. Pero también es mucho lo que se ha logrado, y también son muchos los males que se han evitado gracias a la UE.Ahora que la señora Merkel está de actualidad por diferentes motivos, quiero recordar una frase dicha por ella hace muy pocos días en la ciudad de Hamburgo “la moneda común es para nosotros una garantía de paz. Los países que tienen una moneda común no se hacen la guerra entre sí. La historia es testigo de esto. En este sentido, el euro es mucho más que una moneda, es una gran prueba de compromiso mutuo”
Los ciudadanos que se han movido un poco fuera de su país, suelen sentirse mucho más europeos que los que no han salido. En este caso la realidad social va delante de la realidad jurídica. En este caso los ciudadanos somos mucho más europeos de lo que nos brinda el Tratado de la UE. Y es ahí donde quiero llegar. Lamentablemente el tratado de la UE no ofrece muchas posibilidades de poder avanzar hacia una auténtica ciudadanía europea de primera. Somos los ciudadanos los que debemos forzar a que los políticos reformen los tratados para poder llegar a una auténtica ciudadanía europea.
La ciudadanía europea es una ciudadanía de segunda, y no sólo porque depende de la ciudadanía nacional -si pierdes la ciudadanía española, pierdes la ciudadanía europea, y solamente puedes ser ciudadano europeo, si eres nacional de un Estado miembro-, sino porque te pueden quitar la ciudadanía europea, incluso contra tu voluntad, sin que pierdas la ciudadanía nacional, como ha ocurrido con los ciudadanos británicos que votaron contra el Brexit. NO es que a nivel nacional los políticos nos traten a los ciudadanos con mucha consideración, pero, al menos teóricamente, en España el soberano es el ciudadano, y en cambio a nivel europeo los soberanos son los Estados. Son los Estados los que atribuyen las competencias a la UE (art. del Tratado UE). Aunque en realidad los ciudadanos somos meros peones tanto a nivel nacional como a nivel europeo, a nivel nacional, al menos teóricamente, somos soberanos,
Es, por tanto, a nivel de la calle por donde debe avanzar la ciudadanía europea. Es el intercambio de los jóvenes estudiantes y trabajadores, pero también de los niños, en incluso de los ancianos por donde debe avanzar el sentimiento europeo de considerarnos iguales. Cuanto mayorsea el intercambio de personas, que no es lo mismo que el turismo, más avanzará la ciudadanía europea.
Muchos de los problemas que tenemos actualmente no es por causa de la UE, sino porque no tenemos suficiente UE. Somo los ciudadanos los que tenemos que marcar el paso