Existe el Día de los Enamorados, el de la Mujer Trabajadora, el Día del Orgullo, el de los Santos Inocentes… Pero también el de profesionales como los conductores, los músicos, oculistas e informáticos, que coinciden con la onomástica de sus patrones: San Cristóbal, Santa Cecilia, Santa Lucía y Santa Tecla, respectivamente.
Y a esta lista se une el Día de los Fruteros y Fruteras, que se celebra por segundo año en España el próximo 6 de febrero, a propósito de la onomástica de su patrona, Santa Dorotea, que además es patrona de los floristas.
La iniciativa está impulsada por las Asociación de Productores Hortofrutícolas de Val Venosta y cuenta con el apoyo de las principales asociaciones del sector: CEC (Confederación Española de Comercio), COEMFE (Confederación Nacional de Empresarios Mayoristas de Frutas y Hortalizas de España), ASOMAFRUT (Asociación de Empresarios Mayoristas del Mercado Central de Frutas de Madrid) y ADEFRUTA (Asociación de empresarios Detallistas de Frutas y Hortalizas de Madrid). Se ha unido también la Dirección General de Comercio del Ayuntamiento de Madrid.
Juntos han inaugurado en el Mercado de La Cebada de Madrid una exposición fotográfica que documenta la acción ‘Grafitis de la Naturaleza’ , para paliar los problemas de vandalismo que sufren muchos de los establecimientos de venta de frutas, que se encuentran con pintadas que afean las persianas y fachadas de sus locales. “Con la colaboración de una serie de artistas urbanos, hemos empezado interviniendo los cierres de una veintena de establecimientos madrileños para transformarlos en murales donde se refleja la vida, salud y naturaleza que estos profesionales ponen a nuestro alcance cada mañana”, ha explicado Sonia Valiente en representación de la Asociación. Durante todo 2017 la acción se va a ir extendiendo al resto del país en un movimiento que pretende dignificar a estos profesionales y al que pueden sumarse aquellos fruteros interesados en participar a través de la web graffitisdelanaturaleza.com
Hasta el 10 de febrero puede verse la muestra que refleja el arranque de esta acción y donde se recoge el antes y el después de las intervenciones. Su inauguración se ha convertido en un acto de reivindicación del sector, que suele tener poca presencia en los principales marcadores socio-económicos del país. Y ha servido para hacer un llamamiento a sumarse a la Celebración del Día de los Fruteros y Fruteras durante todo el fin de semana y el lunes, acudiendo a los puestos de venta de frutas. Unos establecimientos que, según los últimos datos de la Encuesta Anual de Comercio del INE (2014) generan casi 160.000 empleos declarados entre los comercios al por mayor y al por menor, sin tener en cuenta grandes superficies como supermercados o hipermercados, que también disponen de una sección de frutería.
Del campo a la mesa
El sector agroalimentario español supone más del 10% del PIB. El cultivo de frutas, hortalizas y patatas generó una renta agraria en 2015 de 17.022 millones de euros (13,7% más). Y la exportación hortofrutícola alcanzó un nuevo récord, con la comercialización de 12,78 millones de toneladas (un 5,7% más) que supusieron más de 11.900 millones de euros (un incremento del 13,6%).
Para que esa producción llegue de los campos a las despensas de los consumidores españoles, el mercado interior cuenta con dos canales bien estructurados. Por una parte está la distribución organizada, con seis grandes centrales de compra (que, sin ir más lejos, generan unos 10.000 empleos sólo en la manipulación y embalaje) encargadas de surtir a supermercados e hipermercados. Por otra, están los Mercas, una red de 23 grandes mercados distribuidos por todo el país en la que trabajan unas 1.500 empresas. Su actividad comercial mueve en torno al 50% del consumo nacional de frutas y hortalizas frescas y se dedica a abastecer a los pequeños comercios: fruterías de barrio, tiendas tradicionales y puestos de mercado.
En 2015, últimos datos oficiales, la actividad de estos mercas ha crecido un 2,5% en volumen, llegando a comercializar 4,53 millones de toneladas (en las ramas de Mercados de Frutas y Hortalizas, Pescados, Flores y Carnes) y un 13 % en valor, pues se facturaron 5.196 millones de euros.
Menos frutas y hortalizas
Sin embargo, pese a las buenas cifras de actividad de los mercas y del comercio exterior de las frutas y hortalizas españolas, el consumo interno se retrae. En 2015 los hogares españoles consumieron 4,4 millones de toneladas de frutas frescas. Que sumadas a las hortalizas arrojan un total de 8,06 millones de toneladas, lo que supuso un desembolso de más de 11 millones de euros.
Estas cifras preocupan especialmente porque reflejan un descenso del 4,2 % en la compra de estos productos asociados a una alimentación saludable. Cabe destacar que desde 2011, debido a un descenso acumulado del 5,9 %, han llegado a las despensas españolas 500.000 kg de frutas y hortalizas menos. Una situación que puede agravarse debido a la subida de precios que está provocando el descenso de producción en los campos españoles (-30 %) y europeos (-40 %) a causa del reciente temporal y ola de frío.
Por el momento, el 16,48% de la cesta de la compra de los hogares se destina a frutas y hortalizas. En 2015, el consumo per cápita alcanzó 180,8 kilos a los que se destinaron 247,64 euros, todo ello según los últimos datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente.
A la hora de elegir dónde realizar estas compras, el 41 % de las ventas de frutas y hortalizas se realiza en fruterías tradicionales, mientras que el 45,8 % se produce en la distribución. Para apoyar a estos establecimientos y a sus profesionales frente a esta situación de recesión, surgió en 2016 la idea de celebrar este Día de los Fruteros y Fruteras.
“Creemos que los fruteros hacen mucho por la salud económica y social del país, que su actividad es un impulso para el comercio y producción de frutas y hortalizas, uno de los pilares de la economía nacional. Pero también una fuente de alimentación saludable y bienestar para los españoles”, apunta la representante de Val Venosta, Sonia Valiente, quien anima, al menos por un día, a mirar con otros ojos a las fruterías que encontramos en las calles, mercados y supermercados, para poner el foco en un sector que se enfrenta a un preocupante descenso del consumo y que está necesitado de estímulos.
La santa de las flores, frutas y hortalizas
La patrona de los floristas y verduleros, Santa Dorotea nació en Cesarea de Capadocia a fines del Siglo III, cuando Maximiano Galerio (260-315), parte de la tetrarquía que instauró Diocleciano, regía los destinos de una parte del imperio romano.
Dorotea era una devota cristiana que honraba a su dios con el ayuno y la oración. Según la hagiografía, era una mujer muy atractiva, mansa, humilde, pero sobre todo, prudente y sabia. Quienes la conocían, se maravillaban de sus dones y glorificaban a Dios por su sierva.
La fama de Dorotea llegó a oídos del prefecto Sapricio, con fama de perseguidor, quien mandó apresarla. Como se cuenta de la mayoría de los santos, Dorotea se mantuvo firme delante del Prefecto. Fuen torturada y, antes de morir, asegurando que se disponía a reunirse con Cristo en ‘nupcias celestiales’.
En tono de burla, Teófilo, uno de los abogados acusadores del prefecto le dijo: “Oh tú, esposa de Cristo, mándame rosas y manzanas del paraíso de tu esposo.” Dorotea le respondió: “Sí, te las mandaré”.
Al llegar al lugar del suplicio, oró un instante, y se realizó el prodigio: apareció un niño con tres manzanas y tres rosas. Dorotea le ordenó: “Llévalas a Teófilo y dile: He aquí, te mando del Paraíso lo que me has pedido”. Enseguida, la joven fue degollada .
Teófilo estaba aún burlándose de la promesa de Dorotea cuando, en ese mismo instante, apareció el niño con las manzanas y las rosas: “He aquí, Dorotea desde el paraíso de su esposo te manda estos dones”. Era el mes de febrero y Capadocia sufría una ola de frío; no había ni un solo arbusto con un brote verde. Teófilo, ante el milagro, se convirtió al cristianismo muriendo, como no podía ser de otra manera, tras ser torturado cruelmente en un ‘potro’ en forma de cruz.