♦ Son muchas las personas que necesitan poner voz a sus experiencias personales y dar a conocer a la opinión pública, ‘alto y claro’, las vicisitudes que han tenido que afrontar en algunos momentos de su vida. Y mucho más cuando han sufrido en sus ‘propias carnes’ las consecuencias dramáticas por aquello que puede ser interpretado como una negligencia o una mala praxis. Este es el caso del vecino de Getafe Lucio Pardo Pantoja, que ha querido acercarse hasta la redacción de nuevocronica.es para entregarnos en persona su opinión sobre la experiencia que como paciente del hospital de Getafe ha tenido que ‘soportar’ tras ser intervenido quirúrgicamente nueves veces, la primera en marzo de 2017 y la última en noviembre de 2019, la que por fin le “devolvió a la vida como persona normal”. Y recurriendo al dicho ‘de bien nacido es ser agradecido’, también ha considerado necesario reconocer y hacer público (al igual que es necesario denunciar lo que está mal hecho) la labor de aquellos en cuyas manos ponemos nuestra salud, por su profesionalidad, su buen hacer y su humanidad.
LUCIO PARDO PANTOJA.- Quiero contar mi experiencia vivida en el hospital de Getafe, pero quiero hacerlo de forma sencilla y, sobre todo, transmitiendo mi opinión, ya que cuando hablamos de la sanidad pública o de tal o cual hospital no generalicemos y metamos en el mismo saco a todos los que allí trabajan, pues como en todos los oficios, hay de todo, bueno, regular y malo…
Yo acudí al Hospital porque me habían detectado unos bultitos en la próstata, los médicos que me atendieron me diagnosticaron cáncer y me aconsejaron operar. El día 7 de marzo de 2017 me operaron, no sé lo que me harían, pero a los tres días me tuvieron que operar otra vez de extrema urgencia, me pasé nueve días inconsciente en la UCI y cuando salí tenía bolsas por todas partes, para la vejiga, para las heces, para las bilis. ¿Qué me habían hecho? Pues una auténtica carnicería. El caso es que para reponer esta negligencia he tenido que estar tres años sufriendo una operación tras otra hasta un total de nueve intervenciones. La última fue en el mes de noviembre de 2019, que por fin me ha devuelto a la vida como persona normal. Los artífices de esta ‘obra de ingeniería’ que han tenido que hacer para recomponer la negligencia anterior son los doctores Javier Angulo y Javier Miramón. Mi más profundo y sincero agradecimiento a estos profesionales de volver a dar VIDA Y CONFIANZA EN LOS MÉDICOS.
También quiero recordar con cariño al personal de quirófanos, que ya éramos como amigos, y, cómo no, a la enfermera de planta de urología, MARÍA (qué buena gente es MARÍA).
Pero a pesar de todo yo quiero decir que no le guardo rencor a nadie, los profesionales se equivocan en todos los oficios; por eso me gustaría enviar un mensaje de confianza para que nadie vaya con miedo al Hospital, pues por regla general estamos en buenas manos y, sobre todo, tener siempre optimismo y positividad es muy importante para superar cualquier adversidad que se presente.
Pero como mi mundo es la música, he vuelto a mis orígenes, me he incorporado en la Rondalla del Cerro Buenavista, desde donde estamos haciendo lo que se puede, porque no tenemos ningún tipo de ayuda oficial del Ayuntamiento y lo sacamos adelante con aportaciones de los componentes de la misma; pero bueno, nosotros seguimos con ilusión y esfuerzo colectivo transmitiendo a los más jóvenes la importancia de la música.
Lucio Pardo Pantoja