DESDE LA DOBLE A

A tan sólo una fecha para la meta

 

Siempre me ha gustado pensar, para lo bueno y lo no tan bueno, que en la vida hay cosas que no se imaginan; suceden. Y hay que vivir con ello. Por ahí, nunca me imaginé disfrutando tanto en un partido de fútbol sala femenino. Acoto para ser justos, del equipo de Primera División de Fútbol Sala Femenino de Leganés y que seguirá en esta categoría porque va a ganar el fin de semana. No recuerdo exactamente qué me movilizó, hace tan sólo unas fechas, para ver en directo un encuentro de estas chicas con un colega. Quizás un mero impulso. Pero, también soy de los que piensan que lo irracional, en ocasiones, tiene mucha lógica.

Era el partido contra el Cidade de As Burgas. Impresionante. Qué manera de ganar. Quedé prendado de la situación desde el primer momento. No soy ningún especialista en la materia y no hablo de las cuestiones más técnicas. Hablo de la emoción que me produjo ver semejante derroche de esfuerzo, sacrificio, compañerismo, lucha por la causa, nobleza, valentía, concentración, insistencia, orgullo, alma… No voy a engañar a nadie. Soy una persona capaz de emocionarse con la información del tiempo después del telediario. Sin embargo, aquí estaba totalmente justificada. Era alucinante. Por supuesto, el resultado no fue otro que el de ganar.

Fue toda una exposición de valores. Valores que se pueden poner en práctica tanto en la pista como en la propia vida. Obviamente no te garantizan el resultado, pero sí te acercan al lugar que van a conquistar en la última jornada en este club, el de ganar. Y a veces es así, te la juegas en la última jornada. Mejor escenario imposible. Sabrá mucho mejor ganar así. Tengo la certeza de que si esa línea de valores la transmiten contra el UCAM, el juego sólo les va pagar. Y desenlace va a ser el que sabemos, ganar.

Tanto me gustó lo que vi en aquel partido, que he modificado el plan de algunos amigos míos este 3 de junio para ir a ver ganar a estas chicas. No soy ningún especialista en la materia, así que lo que habrá hecho que asistamos, sin duda, es el corazón que le echa al objetivo este grupo. Sin corazón no se conquista. Y conquistar trae, consecuentemente, ganar.

No soy ningún experto en la materia, pero no me imagino una previa a este partido de discursos o demasiadas frases. Ante tal escenario sobran palabras. La motivación radica en la propia meta. No hay que buscarla más allá. Tampoco me imagino un vestuario con presión. Básicamente porque presión tiene quien no le alcanza para dar de comer a sus hijos. Sí me imagino tensión. Mucha. Tensión para ganar. Tensión que van a percibir las rivales desde el primer instante. En cada centímetro, en cada segundo, en cada latido, en cada regate, en cada tiro… Me imagino convencimiento. Eso empieza por uno mismo. Si no estás convencido de algo, difícilmente podrás convencer a quien te siga. Aquí sobra explicar que convencimiento no es sinónimo de relajación. Ganar no solamente lo conjugan quienes tienen más puntos, sino las más convencidas. Ellas han convencido a Leganés que alentará hasta la conclusión para ganar. Pero, saben que los ánimos también vendrán de Valladolid, Almería, Barcelona, Aomori, Kiev, La Rioja…

Los cierres suponen los primeros recuerdos, recapitular el trabajo de los inicios de temporada, todo lo que les ha traído hasta aquí, las últimas miradas del presente ejercicio… Todo lo que se ha trabajado y que, en consecuencia, les ha acercado hasta el partido más importante del año. El partido que hay que ganar. El partido que abrazará un pabellón que está ahora descansando para rugir como nunca cuando eche a correr el crono. No soy ningún experto en la materia, pero seguro que las derrotas les han hecho más fuerte. El éxito no llega sin gestionar bien las caídas. Lo de Majadahonda será pura gasolina que incline, aún más, para ganar.
Cada segundo será la vida. Y los que vivimos de la tele damos fe. Y eso es absolutamente maravilloso porque todo se puede alterar de un momento a otro. En un instante todo te cambia. Y eso indica que en los tiempos del partido la idea ha de ser la misma: ganar. Las ideas son extraordinariamente complicadas de derrotar.

No soy ningún experto en la materia, pero sé que lo van a conseguir. Que van a ganar. Ya lo dicen los de Manel, “nos has costado Dios y ayuda llegar hasta aquí”. Por eso, el horizonte, sólo ofrece A o B, es decir, ganar o ganar. Y yo me quedo con la C; ambas serán correctas. Y, claro, C de Campeonas.

Habéis hecho soñar despiertos a la gente que os siguen. Eso sí, la diferencia entre un sueño y una meta es una fecha. Esa ya la tenemos. Elsá bado.

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