CILUSIONADOS

¿Ahorrar? ¿Para qué? Total, lo pagarán nuestros hijos

Hay muchos españoles que no pueden ahorrar, aunque quieran. Su sueldo apenas da para ir sobreviviendo. Para mayor inri, hay alguien que se está gastando lo que los pensionistas han venido ahorrando durante años, alguien que nos está enseñando a no ahorrar, y ese alguien se llama “Papá Estado”. Claro que este concepto de Estado es tan vago, que nadie se da por aludido. El Estado no ahorra, porque hay un libro cada año vez más gordo, que se llama “Presupuestos” y que escriben todos los parlamentarios y en el que se especifican los ingresos  y los gastos, pero casi nunca los ahorros. El “Papá Estado” no ahorra porque los parlamentarios así lo establecen, es decir porque estos señores no quieren ahorrar.  Así de simple.

Claro que en materia social ni se debe ni se puede ahorrar más en España. Claro que hay partidos que piden más dinero en los presupuestos para los temas sociales, y en esto estoy de acuerdo.  Pero como los presupuestos nunca dan para todo -y esto es lo que ocurre en el 90% de las familias españolas-, si queremos más dinero para las necesidades sociales, tenemos que recortar en temas superfluos. Y es aquí donde falla la lógica de los señores que aprueban o debaten los presupuestos, pues mientras la gran mayoría de los españoles pensamos que es en el campo de la política donde se podrían ahorrar muchísimos millones para dedicarlos a las necesidades sociales y a la investigación, lo políticos de profesión dicen “NO”. Es curioso, pero en esto, todos los políticos profesionales están de acuerdo.

Ha llegado, por tanto, la hora del ciudadano. ¿Qué quiero decir con esto? Que si los políticos no quieren ahorrar para cubrir las necesidades sociales, los ciudadanos tenemos que obligarlos a hacerlo   ¿Cómo?  Estamos en el siglo XXI. No lo olvidemos

a) En gastos y tiempos de desplazamiento se puede  ahorrar un 90 %. La videoconferencia que se utiliza en ámbito empresarial, también tiene que ser posible en muchos casos en el ámbito político. Los abogados ya no necesitan ir a la prisión para visitar a sus clientes. Ya lo hacen por videoconferencia.

b) El ciudadano del siglo XXI, que se encuentra mucho mejor preparado, ya no necesita apenas de intermediario en los temas administrativos. ¿Por qué tenemos que recurrir a intermediarios en el ámbito de la política, sobre todo, cuando en muchos casos se trata de intermediarios incompetentes? No digo que debamos prescindir de nuestros representantes políticos, pero en la mayoría de los casos, es decir en cuanto al número, son absolutamente innecesarios. También aquí se puede ahorrar.

c) Hay que reconocer y revalorizar el trabajo de los funcionarios públicos. El funcionario debe estar al servicio de los ciudadanos y de todos los partidos políticos. Debe ser políticamente independiente, sin que se le pueda cambiar cada vez que hay un cambio de gobierno. Es injusto que sean los funcionarios los que realizan el trabajo y el mérito se lo lleven los altos jefes políticos. Un funcionariado independiente sería la mejor arma contra la corrupción y haría innecesarios la mayoría de los altos cargos políticos.

d) Como los tres puntos anteriores son pura utopía con el sistema actual de partidos políticos, los ciudadanos debemos actuar prescindiendo de los partidos. A ellos les va muy bien con el sistema actual,  pues tienen una fuente extraordinaria de financiación  y un campo de colocación de sus afiliados. No pido, sin embargo, la desaparición de los partidos políticos, aunque sé que muchos sí desearíais que desaparecieran, pues no lo permitirían y, además, cierta representación sí es necesaria.  Hay que ir al voluntariado político que coexista libremente con los partidos políticos y les demuestre a los ciudadanos y a los políticos profesionales que hay otra forma de hacer política.

No se trata de constituir un nuevo partido político, que al final terminaría siendo uno más. Se trata de apelar a los ciudadanos españoles que estén dispuestos a hacer política de forma gratuita. Sí, de forma gratuita. Se trata de organizarse. Unos podrán dedicar ocho horas a la política -prejubilados y jubilados- otros podrán dedicar solo una horas- Se trata de renunciar a las subvenciones y a los sueldos (no a la compensación de gastos justificados). Y si te obligan a cobrar, el dinero se destinara a necesidades sociales Y como la única posibilidad actual que hay de conseguir esto es a través de las elecciones municipales, conviene empezar a organizarse a nivel municipal. Este sería el primer paso. No es el momento ahora de bajar a detalles.

No se necesita ser de izquierda ni de derechas. Lo único que se requiere es voluntad de salir de este laberinto en que nos han metido los partidos políticos y del que no vamos a poder salir. Creo que el hecho de prestarse a dedicar su tiempo de forma gratuita es la mejor garantía de honradez y de seriedad y la única forma de que no se cuelen intrusos en la política. Política gratuita, respeto a la Constitución e igualdad de todos los españoles son quizás las tres únicas condiciones previas.

Los españoles no somos mejores ni peores que otros pueblos y hemos demostrado que sabemos ser solidarios y generosos. No podemos permitir que los políticos se gasten los ahorros de los jubilados y endeuden más a nuestras futuras generaciones. 

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