Una sociedad sana es aquella que está bien informada. Una sociedad sana es donde la libertad de expresión es plena y real. En una sociedad sana, los poderes fácticos no ocultan datos ni censuran o vetan a periodistas. En una sociedad sana se deja trabajar a los garantes de la información en libertad. Esto no es una realidad en Leganés.
Hoy, la comunicación política es el “Lobby Feroz” de los defensores de la libertad de prensa. Pero, no voy hablar en general. Iré a lo concreto. Dicen que hay periodistas que darán todo por ventilar candados y otros que compadrearán con el poder. Yo considero que sólo hay un grupo. El grupo de los que publican aunque eso, en ciertos casos, les implique perecer periodísticamente. Los demás se vestirán con traje de pseudoperiodista pero su verdadera piel es similar a la de publicistas, expertos en marketing o propaganda… Estos últimos, los revestidos, suelen ir de banquete (que silencian) con los poderes fácticos. Luego profundizamos. Acuérdense.
Los políticos tienen a sus jefes de prensa. Su labor, en esencia, es aderezar (hasta con especias falsas si es menester) su figura y soterrar todo aquello que no hacen bien. Los periodistas (sólo hay un grupo) van a romper las cadenas de la caja oscura. Los marketinianos hacen el caldo gordo al primero.
Prometí ir a lo concreto. Santiago Llorente, alcalde de Leganés, es el poder. Patricia Sánchez, la máxima responsable de prensa del Ayuntamiento (pagada también con el dinero de todos los vecinos). Y el que escribe estas líneas, periodista. Estamos, más o menos, bastante cercanos a consumir un 25% de legislatura. En ese tiempo son varias las cosas que Llorente pretendía que se quedasen ocultas. Una de ellas, por ejemplo, las múltiples comidas que se ha calzado a costa del peculio vecinal. Hace unos días, en este periódico, publicamos, de manera pormenorizada, los homenajes que Santiago se ha ido dando. También los costes de cada uno de ellos, así como los diferentes restaurantes visitados (algunos fuera de Leganés). Lo que no pudimos ofrecer es, exactamente, con quién come el alcalde en cada banquete. Y permítanme que emplee el término banquete porque con las elevadas facturas no se pueden considerar como “menú del día”. Y digo que no pudimos ofrecer a quién invita con la Visa del Ayuntamiento porque Llorente ha censurado esa información. Además, lo dijo él claramente en el Pleno del pasado jueves, no le da la gana. Evidentemente, cuando empleas dinero de todos en invitar a Misters o Misses X y no desvelas su identidad estás dentro de una actitud antidemocrática. Un alcalde decente daría explicaciones.
Recuerden, lo reprobable va directo a la caja oscura.
Santiago “se defiende” alegando que esos Misters o Misses X no quieren dar pública concurrencia a su identidad. Llorente, no estamos en una novela de Agata Christie. Estamos en Leganés y lo que se hace con el dinero de todos nos interesa a todos. Si invitas de tu bolsillo, haz lo que quieras. Si decides ser autosuficiente para agasajar con el parné vecinal, luz y taquígrafos.
De algunos convites sí hemos conseguido algo más de luz sobre los comensales. Tenemos una factura de un montante que asciende a los 858,40 euros cuyo concepto es “almuerzo con los medios de comunicación”. Lo dice un periodista, ¿por qué demonios tiene que invitar a comer un alcalde a los “medios” y éstos aceptar e ir?
Unos párrafos más arriba les pedí que no olvidasen los revestidos de periodistas que van a almorzar con los poderes fácticos. ¿Qué tienen que acordar ahí? ¿De qué hablan cuando engullen más de 850 euros y mientras la mayoría de vecinos cuidan muy mucho el gasto en su cesta de la compra? ¿Se quitan el pseudotraje de periodista y ejercen de relaciones públicas? Un periodista destapa estas cosas no coge la cuchara para comer de ellas. Convites de vieja política donde acuden los ejercientes del viejo periodismo o los marketinianos. Los que somos de una hornada de periodistas jóvenes estaremos del lado del nuevo y comprometido periodismo. No guardamos compromiso con nadie y somos libres para contar absolutamente todo y de todos.
Otras comidas han sido en pueblos colindantes como Getafe. Ahí, sabemos que invitó al dueño de ese local que, a su vez, es propietario de un medio de comunicación como Al Cabo de la Calle y constructor. No hace falta pensar mal; hace falta pensar y punto.
Pero, sí que es cierto que del resto planea una sombra extremadamente densa y opaca. Primero, como ciudadano leganense pregunté, vía redes sociales (como hacen muchos vecinos, al alcalde y al perfil del Ayuntamiento por la relación de comensales. Obviaron contestarme. Unas horas más tarde, como periodista, pregunté a Patricia Sánchez. Su respuesta fue: “hola Adrián, no tengo ningún dato para facilitarte. Un saludo”. Cortante y tajante. Resulta harto evidente que se trata de una respuesta impropia de su cargo y es lamentable. Esto último lo expreso por Twitter. A los cinco minutos me envía un pantallazo de ese tuit mío y lo acompaña con un arrogante “ok”, que podemos traducir como que si no eres clientelista no te respondemos. Ella ya no me hablaría más. Le digo que estoy en mi libertad de expresión (ésa que ella trata de entorpecer) y le transmito que espero que no le moleste que haga uso de ella. Le comunico también que no dar transparencia desde su cargo es lo lamentable. La acción. Ella, con quien personalmente no tengo ningún problema, no.
Por tanto, toda vez que asimilo que no me lo dirá y que censura esa información le pregunto si, al menos, puedo conocer el motivo de la censura. Tampoco. Ya no me habla y debería hacerlo pues es la responsable y su cargo se lo exige. Pero claro, hace tiempo que dejó de convocarme a ruedas de prensa. Claro, soy un periodista, no un relaciones públicas. Una mordaza que, lamentablemente, atestigua, como diría aquél, que son malos tiempos para la lírica.
Por comportamientos como estos, vetos, censuras, no hablar con periodistas, debería dimitir esta responsable de prensa. Seguramente, esta actitud es la ordenada por su jefe, Llorente. Además, he tenido que soportar descalificaciones de trolls digitales del círculo socialista. Pero, no tienen categoría para tocar el ánimo del periodista.
Sin duda, es una mala noticia este totalitarismo y opacidad de la gestión pública digno de un comportamiento antidemocrático. Es posible que yo esté en una lista negra pero, si lo estimo como conveniente, seguiré preguntando dudas periodísticas a Patricia y espero que me responda aunque me haya dejado de atender.
La pregunta es clara: ¿a quiénes invita a comer Santiago Llorente, alcalde de Leganés, con el dinero de todos? Afortunadamente, aún hay periodistas que quieren ir hasta el final de las cosas. Afortunadamente, aún hay medios que garantizan y respaldan esa libertad. Yo soy un periodista con suerte.