Lo tengo prácticamente como una filosofía de vida. Siempre pienso y repito que, en la vida, hay que cosas que no se imaginan, simplemente; suceden. Pero, para lo bueno y para lo malo. En esta oportunidad, lo que les cuento a lo largo de estas líneas es bueno. Buenísimo. Una idea parida desde el corazón que estuvo incubándose un tiempo en la caja de los sueños y hoy es ya una realidad. Es una de esas cosas que nos hacen mirar humanamente. A través de los cristales de la solidaridad. De poner nuestros ojos en esos pequeños héroes y heroínas que necesitan un empujón.
Les voy a presentar a Clandestine. Un proyecto cocido a fuego lento, como las buenas cosas, que lideran cuatro jóvenes emprendedores, de los que, a algunos, tuve oportunidad de conocer. Ese es, sin duda, un primer punto en el que conviene hacer una parada. Efectivamente, hay que ser optimista. Con la que está cayendo económicamente, Clandestine nos da una lección, algunos detalles de esto los avanzaremos unas líneas más abajo. Me refiero a ese atrevimiento, dicho en el mejor de los sentidos del término, de lanzarse a la aventura de crear y de empresa. A veces, cuando conocemos casos como estos, nos sorprendemos por esa valentía. Pero, sorprenderá todavía mucho más en cuento a la viabilidad de Clandestine.
¿A qué se dedican? Pues este año lanzaron al mercado online una nueva colección de gafas de sol, con destacadísimos beneficios de compromiso social. Más abajo, os dejamos la web para que, de manera reposada, podáis echarle un ojo, nunca mejor dicho, a todas estas gafas y los distintos modelos. Te lo digo porque soy usuario de ellas, la calidad es extraordinaria y el precio, te dejo que te sorprendas.
Y ahora, vamos a esa parte tan humana. Clandestine y la buena gente que lo hace posible no se ponen gafas ni vendas ante las situaciones sociales que merecen justa atención. Ellos no sólo emprenden, sino que donan la mitad, sí, el 50%, de todos sus beneficios a algo tan noble como a la Fundación Juegaterapia, que lucha y ayuda a los peques con cáncer.
Son tiempos en que la RSC (responsabilidad social corporativa) está en auge, al menos teóricamente, en charlas, jornadas o eventos de Comunicación, Márketing, etc… No en vano, ver que se lleva a la práctica y de una manera tan cuidada es un gusto. Juegaterpia empezó como todas las cosas que son enormes, con un “pequeño” gesto. Su fundadora, Mónica Esteban, regaló una consola a un niño que recibía tratamiento de quimioterapia en el hospital. Rápidamente, el pequeño se animó y comenzó a jugar. Así las cosas, todo fue creciendo y hacen mucho más felices las estancias de estas niñas y niños en sus ingresos. También han empezado a construir jardines en las zonas más grises e inutilizadas de algunos hospitales. Ya han realizado este tipo de trabajos en lugares como La Paz, el Hospital 12 de octubre, La Fe de Valencia… Y así continuarán hasta que los niños y niñas puedan jugar bajo los rayos del sol. Esos rayos, esencia de vida, que todos podemos disfrutar con nuestras gafas Clandestine. Porque, a veces, no somos conscientes que mientras disfrutamos de un buen momento, como una charla en un parque al atardecer con el astro de testigo, más allá de ser efímero, hay personas que al mismo tiempo no tienen esa misma gran suerte. Por eso, qué mejor que hacerlo ayudando.
Clandestine te ofrece la opción perfecta. Mira a través de los cristales más bonitos, de las gafas más solidarias. En su web, definen a los modelos de Clandestine con un toque canalla y eso me encanta. Sin embargo, lo que realmente me enamoró del proyecto, como habrá quedado ya claro, es su fondo. Te animo a que mires y compres las que más te gusten. Estarás ayudando en la construcción de una gran obra a dos bandas. Desde aquí, nuestros mejores deseos a esas y esos luchadores por sonreír cada día. ¡Para que la quimio jugando, se pase volando!
Clandestine: www.clandestinesun.com | Juegaterapia: www.juegaterapia.org