El trasvase de gente de UPyD a Ciudadanos ha sido y es un hecho. Más allá de los parecidos o (más bien) diferencias políticas entre estos dos partidos, se encuentran también ciertas diferencias de trato.
Por mi profesión conozco y trato con mucho personal de los gabinetes de prensa de los partidos. No todo el trasvase es de políticos. Los hay también de los jefes de prensa. La que era jefa de prensa del políticamente malogrado Andrés Herzog, Susana León, ha mudado a la vitamina naranja. Ahora es la nueva jefa de prensa del grupo parlamentario de C’s en el Congreso de los diputados.
La conozco personalmente de su etapa en UPyD. Una persona con buena diligencia, predisposición y correcta en el trato periodista-gabinete. Claro, su trabajo era posibilitar todos los impactos de UPyD. Sabiendo de la urgente y agónica situación del partido, en las últimas elecciones de diciembre, era conveniente tener hilos de vida mediáticos. Entrevisté al propio Herzog y ella siempre estaba encantada de cualquier petición de prensa. Susana se mostraba cercana a los periodistas.
Hoy, el cuento cambió. No sabía aún de su trasvase hasta que hablé por última vez con ella. Llamé, para una petición periodística a prensa de C’s nacional y era ella. Cambié el chip e interpreté que estaba en su lógica de ganarse la vida más allá del extinto proyecto magenta. Me sorprendió, eso sí. Antes, Ciudadanos no le hacía mucha gracia. Le molestaba incluso la campaña mediática que se le hacía en según qué sitios; normal. Hoy, parece que se sacudió aquellas antiguas formas y adquirió otras nuevas. Está de moda en la vida actual. Donde dije Herzog, digo Albert.
Ya no es la Susana que yo conocí. No es la persona atenta y con su buen tono. La última vez, no fue como antes. Bebió el zumo de naranja y cambió. La última vez, como Ciudadana, me trató con suficiencia, incluso con cierta arrogancia en sus formas. Ahora, todo es muy difícil. Ahora, gestionar peticiones de prensa puede esperar. Antes, las regalaba. Puede ser comprensible por las situaciones de uno y de otro partido. Pero, no es muy comprensible el cambio de actitud. Hoy ya no importa el hastío de quien remaba en campaña por un proyecto en muerte clínica y protestaba en silencio porque a otros les hacían la campaña sola. Ayer lo dulce, hoy lo amargo. Ayer, la sonrisa, hoy la suficiencia. Ayer Herzog, hoy Albert. La vitamina C, quizás, se subió a la cabeza.
Hay teorías que dicen que las situaciones cambian a las personas. Hay teorías que dicen que las personas son siempre las mismas y que cuando determinadas situaciones llegan es cuando se evidencia la verdadera piel que les recubre.
En cualquier caso, una historia que versa sobre las vueltas de la vida. No sé a qué teoría hacer caso. Sí sé que ésta es una ocasión en la que uno dice, cómo cambia el cuento…