La ‘Orquesta de Pulso y Púa y Coros Daniel Fortea’, con sus cuarenta y cinco componentes, ha cesado en su actividad musical el pasado 27 de octubre al no haber llegado a ningún acuerdo con el Ayuntamiento de Getafe para la continuidad de su director y profesor de la Escuela de Música que estaba contratado a media jornada. Además del cese de la agrupación musical, supone la desaparición de la Escuela en la que estaban inscritos 14 alumnos.
La Orquestade Pulso y Púa y Coros Daniel Fortea hunde sus raíces hasta la [pionera] fundación de la rondalla de Andrés Díez en Getafe hace, nada más y nada menos, que 74 años. Y para celebrarlo, el Ayuntamiento de Getafe, en otro acto heroico para la cultura de Getafe ha sentenciado a muerte su trayectoria.
El primer concierto de cuerda [del que se tenga constancia], en Getafe se celebró en el año 1942 en el Gran Teatro de la calle Guadalajara, más conocida como ‘antigua Casa de la Cultura’. Un grupo de amigos, capitaneados por Andrés Díez, deleitaron al publico con dos conciertos solidarios —con laúdes, bandurrias y guitarras— para obtener dinero con el fin de adquirir zapatos y pantalones a los huérfanos de la Guarda Civil.
La rondalla de Andrés Díez se erigió en la única agrupación musical hasta que en el año 1982, cuando el empuje cultural y político del cambio —representado en Getafe por los alcaldes Jesús Prieto y Pedro Castro— propiciaron la creación de la Banda Municipal de Música. Andrés Díez es el presidente de honor de la ‘Orquesta de Pulso y Púa Daniel Fortea’.
Andrés Díez nació en 1915 en Ceuta y llegó a Getafe con 10 años donde ingresó en el colegio de Los Escolapios. Inició sus estudios universitarios en Matemáticas Exactas, algo necesario para su ingreso en la Academia militar, así como algunos estudios de filosofía en la rama de Historia. Fue Oficial de Artillería en el ejército republicano en la Guerra Civil. Posteriormente fue trabajador de Telefunken y Ericsson. En mayo del 2015 recibió un homenaje en el marco del XI Encuentro de Corales y Laúdes celebrado en el Hospitalillo.
En la actualidad, la asociación está presidida por Lucio Pardo Pantoja. «Yo empecé en la rondalla en 1979 y en el año 1999 Andrés me propuso que me hiciera cargo de la rondalla porqué él ya era muy mayor y su objetivo era que este tipo de música tuviera continuidad en Getafe».
En el año 2000, tras el concierto de Año Nuevo en el Teatro Federico García Lorca, Lucio Pardo coincidió con José Ramón Martínez Reyero, profesor en la Escuela de Música, y que tenía el deseo de montar una orquesta de laúdes por ser un amante de este tipo de música. Y así, en la Escuela de Música, unieron sus destinos [musicales] tanto en la vertiente musical como en la pedagógica. Lucio Pardo se encargaría de gestionar el ‘asunto’ con los políticos para «materializar el sueño».
En febrero del año 2002 el grupo se registró en el Ministerio del Interior como una nueva asociación sin ánimo de lucro bajo el nombre de ‘Orquesta de Pulso y Púa y Coros Daniel Fortea’. El dinero que el Ayuntamiento aportaba servía para fomentar la música entre niños y jóvenes.
En el año 2005 se incorporó un profesor para dar clase gracias a la subvención del Ayuntamiento. En el año 2007, con Pedro Castro en la alcaldía, la Agrupación firmo un convenio con el Ayuntamiento de Getafe.
Nueve años más tarde, Sara Hernández, alcaldesa también del PSOE, ha firmado el certificado de defunción de esa aventura cultural. Es el final de la historia. Todo el mundo sabe que la Alcaldesa no es amiga de mantener la memoria [histórica ni cultura] anterior a su mandato. El pasado 27 de Octubre de este año, tras varias reuniones con la actual concejala de Cultura [Raquel Alcázar] y con la Alcaldesa, sin ningún acuerdo para mantener la media jornada de la persona que ejerce como director de la orquesta y además es profesor de niños y jóvenes, la Orquesta ha exhalado el último suspiro acompasado de sus cuerdas y voces.
El presidente de la Orquesta, Lucio Pardo Pantoja, muestra su decepción al asegurar que «como vecino de este municipio, después de estar dieciséis años dedicándome a difundir y mantener la música entre getafenses, me siento defraudado por la falta de conciencia y sensibilidad del actual gobierno municipal por no llegar a un acuerdo para mantener esta trayectoria musical en nuestro municipio».
Con la falta de apoyo del gobierno municipal, —al igual que pasó recientemente con la Agrupación de Arqueros de Getafe— desaparece la Orquesta de música y los niños se quedan sin profesor.
El presidente de la Asociación, claramente dolido, deja entrever algunos disgustos o maniobras [políticas y culturales] al asegurar que «algún día contaré por lo que he pasado; la Orquesta y el Coro nos vamos con la cabeza muy alta porque durante estos años hemos obtenido el reconocimiento en nuestra localidad, en la Comunidad de Madrid y allá por donde hemos actuado. Con un reconocimiento sobresaliente, todo lo contrario que los políticos que han acabado con esta Orquesta». En los ambientes culturales, se intuye una parte de la promesa futura de aclarar la historia. Algo huele mal en este reino de ‘dinamarca [o cortijo], donde las artes musicales están controladas por un solo y celoso maestro al servicio de sus señoras, la ‘ginecocracia’ que gobierna en Getafe.
Y aunque parezca mentira, Andrés Díez [con sus 101 años] será finalmente espectador excepcional de la desaparición de su amada criatura. Triste final. Esto es dinamarca.
La primera orquesta de Getafe
Según escribió el propio Andrés Díez, la primera banda musical ‘organizada’ de Getafe se constituyó en el año 1912, ejerciendo como director de la misma el sacristán de la parroquia de la Magdalena, Alfonso Núñez Polo Velázquez, quien, —valga como anécdota—, estaba más sordo que Beethoven al final de sus días. El germen de esta primera Banda estuvo en un grupo de guitarras y bandurrias que actuaba en los bailes de las fiestas locales y carnavales.
El sacristán, a pesar de sus limitaciones, les enseñó el solfeo que pudo con el método ‘Eslava’, que era el que más fama tenía en aquella época. Una vez constituida la citada Banda, el Ayuntamiento, le proporcionó un local en la Remonta [final de la calle Toledo] para los ensayos, asignándoles una subvención de 2.000 pesetas anuales, a cambio del compromiso de actuar en las fiestas locales. La banda se dotó de un uniforme con guerreras y pantalón azul. La edad de los componentes oscilaba entre los 16 y los 24 años, a excepción de Pablo Benavente que tocaba el bombo y rondaba los 50 años.
La primera actuación en público fue el 8 de Diciembre del mismo año, en la procesión de la Inmaculada. También actuaban en los pueblos limítrofes y en Madrid
La Banda —según hace constar Andrés Díez en su librito ‘Miscelaneas getafenses 1921/1930’, por referencias que no cita—, se componía de 20 a 30 personas. Y cita, «de sus apuntes» a Emilio Muñoz Hernández (Saxofón), Juan Muñoz Hernández, Clemente Dea (clarinete de 18 llaves), Saturnino Corella (trompeta de 3 pistones), Tomás Corella (tambor), Francisco del Álamo (bombo): Pablo Benavente, instrumentos varios, Eusebio Vara Campillo, Julián Daviñas, Julio Martín Benavente, Hilario Merino y Eugenio Gutiérrez (sacristán de la Iglesia de San Eugenio y sochantre de la misma).
Ricardo de la Vega, con motivo de una función en el pueblo, dedica unos hermosos versos a la Virgen de los Ángeles en los que cita al mencionado sacristán y músico. A finales de la década, entorno a 1919, la Banda se disolvió por la falta de disciplina de sus miembros y las reiteradas ausencias a los preceptivos ensayos.